Por Guillermo Romero Salamanca- Fotos lachachara.org
Justo cuando comenzaba la misa de las 6 y 30 de la tarde del 12 de febrero del 2019, en la iglesia Santa María del Camino, en el barrio Colina Campestre, al norte de Bogotá, con su porte imperial llegó don Efraín Sánchez, con su esposa, doña Xiomara Hernández. Le acompañaban cinco de sus seis hijos.
Los asistentes se impresionaron con la elegancia de don Efraín. Se ubicaron en la primera silla del templo, se sentaron y estuvieron pendientes de toda la celebración. En un principio no se le reconoció, pero a medida que la ceremonia transcurría el cuchicheo era mayor: “Es Efraín, “el caimán” Sánchez”, dijo quien se percató primero y el rumor avanzó por el lugar.
Ese día, la primera lectura era del Génesis y hablaba de la creación. “Dijo Dios:
«Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra».
Y la mente de los presentes se fue entonces para recordar algunas de las hazañas de este imponente deportista que marcó hitos en la historia del fútbol nacional. Se recordaba, por ejemplo, que él defendió el arco la primera vez que la Selección Colombia asistiera a un mundial de fútbol. De allá se recuerdan esas atajadas y ese mítico 4 a 4 contra la extinta URSS en Arica.
El Salmo de ese día parecía también hacer referencia a este deportista barranquillero que tantas glorias le dio al país y que fue ejemplo de nobleza para miles de personas. “Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad; le diste el mando sobre las obras de tus manos. Todo lo sometiste bajo sus pies”, leyeron ese día. Cuántas maniobras hizo con sus extensos brazos y con ese dominio que tuvo con el balón.
Don Efraín fue el primer colombiano en jugar en Argentina y atajó en el equipo del Papa Francisco, el San Lorenzo de Almagro.
Él escuchaba atento, mientras doña Xiomara lo miraba de reojo, sabiendo lo que tenía a su lado. Los asistentes observaban maravillados a esta pareja que, cogidos de la mano, seguían las lecturas y las palabras del sacerdote que oficiaba ese día.
Luego de la lectura del Evangelio según san Marco, en el cual algunos fariseos criticaban a los discípulos de Jesús por no lavarse las manos, el padre Carlos Emilio Salas Lezaca –que en el cielo esté—habló unos minutos sobre el matrimonio.
“Hoy es un día muy importante para la Iglesia. Sólo me quedan palabras de admiración al ver a esta pareja que hoy viene a renovar sus promesas matrimoniales. Llevan 70 años de matrimonio. Son siete décadas repletas de amor, dificultades y momentos difíciles, pero que se han mantenido en unidad para el ejemplo de miles de parejas que ahora querrán consagrarse en matrimonio. Los hogares cristianaos deben ser luminosos y alegres, como fue el de la Sagrada Familia”, comentó el sacerdote.
“Xiomara fue un amor a primera vista. Nos tocaba vernos a escondidas y desde el primer día que la conocí juré que sería mi esposa y gracias a Dios así fue. Llevamos 70 años de estar juntos viviendo un amor eterno del cual nacieron seis hijos. Hoy puedo morir feliz por la familia que Dios me dio y todas las bendiciones en mi carrera como futbolista”, expresó Efraín Sánchez, sobre el amor de su vida a Francisco Figueroa de la página de internet La cháchara.
El padre Carlos no hizo alusión a la carrera deportiva de don Efraín ni de su paso por equipos como Junior, Millonarios, Atlas de Guadalajara, Independiente Medellín, el Junior ni del glorioso Independiente Santa Fe.
Luego el ministro se acercó a ellos y les dijo: “Al renovar el sacramento del matrimonio, ¿están dispuestos a continuar amándose y respetándose mutuamente durante toda la vida?
Don Efraín la miró extasiado y ella lo observó un segundo. Los dos contestaron al unísono y fuerte.
“¡Sí, estamos dispuestos!”.
En ese momento los asistentes aplaudieron hasta el cansancio. Era otro hit de don Efraín: ¡setenta años de matrimonio!
Ahora, desde el cielo, don Efraín seguirá siendo ejemplo por su eterna fidelidad. Mil gracias por esa tesonera vida don Efraín.
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