La Diócesis de Cúcuta celebra por estos días los tres años de apertura de la Casa de Paso ‘Divina Providencia’, que ha entregado más 3.530.520 raciones de alimentos. Este un lugar inició como una olla de caridad, por iniciativa del obispo de esta Iglesia Particular, monseñor Víctor Manuel Ochoa Cadavid.

En este sitio se demostró que “la caridad de Cristo nos urge” siendo una obra que se edificó con el anhelo de ayudar a los hermanos migrantes venezolanos y colombianos retornados, gravemente afectados por una crisis social, económica y política, proveniente del vecino país de Venezuela.

En la Casa de Paso ‘Divina Providencia’ durante casi tres años, miles de personas necesitadas a diario recibieron permanente acompañamiento espiritual; una alimentación balanceada; atención médica, así como la entrega de medicina; atención psicosocial y jurídica gratuita, con el apoyo de profesionales voluntarios.

Para cumplir con estos servicios, la Iglesia Católica de Cúcuta estuvo permanentemente apoyada por el Papa Francisco, los cucuteños, empresas, organizaciones internacionales como: Programa Mundial de Alimentos (PMA); Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR); Cáritas Internationalis; Adveniat; Cáritas Colombia; Cáritas Española; la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos; Conferencia Episcopal Española; y la cadena radial española COPE.

Fuente y fotos: Centro de Comunicaciones Diócesis de Cúcuta

5 MIL PERSONAS ATENDIDAS POR DÍA

Gracias a la generosidad de estas personas de buena voluntad y organizaciones, en el primer año de funcionamiento se entregaron 421.400 almuerzos, atendiendo diariamente a 1.500 migrantes. Para el segundo aniversario, se llegó a la cifra de 1.500.000 raciones entre almuerzos, desayunos y “repeles”, para entonces, ya llegaban 5.000 personas cada día, donde se les daba prioridad a los niños, mujeres embarazadas y adultos mayores.

A sus casi tres años de servicio, el 13 de marzo de 2020, la Casa de Paso sumaba 3.530.520 raciones de alimentos, en esta fecha tuvo que cerrar sus puertas, cumpliendo con las normas dadas por el gobierno nacional, debido a la pandemia del coronavirus (COVID-19).

En Cúcuta, la Iglesia ha sembrado caridad, esperanza y fraternidad, el padre David explica que estas virtudes y valores se continúan evidenciando con acompañamiento espiritual y material en las diferentes comunidades parroquiales, ya que en medio de la dificultad “en que estamos todos”, no se ha desamparado al más necesitado.

También puede leer:

Please follow and like us:
Wordpress Social Share Plugin powered by Ultimatelysocial