La actividad física mejora la salud física, mental y social y el bienestar general; ayuda a prevenir enfermedades y reduce la carga sobre los sistemas de salud. Según los responsables de la Organización Mundial de Salud se podrían evitar hasta 5 millones de muertes al año si la población mundial fuera más activa.

Los responsables de la agencia de la ONU aseguran que teniendo en cuenta esas cifras, “la actividad física ya no se puede considerar como un componente ‘bonito’ para incluir en la política pública”.

Y añaden que la práctica del deporte “es un componente esencial de la ‘Salud para todos’, que es el credo de la Organización Mundial de la Salud para lograr poblaciones más sanas y un planeta más saludable. En resumen, es tiempo de velar por que la actividad física sea imprescindible”.

Sin embargo, muchas personas viven en zonas con poco o ningún acceso a espacios donde puedan caminar, correr, ir en bicicleta o realizar otras actividades físicas de forma segura. Y cuando existen esas opciones, puede que no se hayan desarrollado para satisfacer las necesidades de los adultos mayores o las personas con discapacidad.

Las estadísticas muestran que uno de cada cuatro adultos de todo el mundo no realiza la actividad física suficiente que le permita aprovechar sus beneficios y revelan que, en todos los países, las mujeres, los grupos étnicos minoritarios, las comunidades desfavorecidas y las personas con discapacidades o enfermedades crónicas tienen más probabilidades de permanecer inactivas.

Por ejemplo, las mujeres son menos activas que los hombres, con una diferencia de más del 8% a nivel mundial (32% hombres frente a 23%, mujeres). Los países de renta alta son más inactivos (37%) en comparación con los de renta media (26%) y los de renta baja (16%).

Las directrices de la Organización Mundial de la Salud recomiendan que todo el mundo sea activo con regularidad para obtener beneficios para la salud mental y física. Los adultos deben realizar al menos entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica moderada y vigorosa a la semana, y una media de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.

Los niveles de inactividad entre los adolescentes son también alarmantes, dado que al menos las tres cuartas partes de ellos no observan las directrices y, de esa proporción, en la mayoría de los países, las muchachas son más propensas a la inactividad que los muchachos.

Los entornos y comunidades de apoyo ayudan a las personas a ser físicamente activas.
OMS. Los entornos y comunidades de apoyo ayudan a las personas a ser físicamente activas.

La injusta desigualdad

La pandemia de Covid-19 ha puesto de manifiesto las desigualdades ya existentes agravándose en las personas y las comunidades vulnerables. Los responsables de la Organización Mundial de la Salud recuerdan que demasiadas personas viven en comunidades con calles inseguras para peatones y ciclistas, con acceso deficiente a espacios públicos abiertos, y programas e instalaciones inasequibles para realizar ejercicios o practicar deportes.

“Esto es injusto y debe cambiar”, aseguran.

Por todo ello, la agencia de la ONU ha pedido a los responsables de la toma de decisiones de los sectores de la salud, el deporte, la educación y el transporte que aumenten urgentemente la oferta de programas y servicios más inclusivos y de entornos más seguros que promuevan la actividad física en todas las comunidades.

En un documento para promocionar la práctica del ejercicio físico, titulado Juego Limpio: Crear un sólido sistema de actividad física para personas más activas, los expertos de salud pública de la OMS explican cómo puede lograrse ese objetivo.

«Hay una necesidad urgente de ofrecer a las personas mejores oportunidades para llevar una vida activa y saludable. En la actualidad, las posibilidades de que las personas participen en la actividad física son desiguales e injustas. Esta desigualdad no ha hecho más que empeorar durante la pandemia de COVID-19», ha señalado la doctora Zsuzsanna Jakab, directora general adjunta de la Organización, con motivo de la presentación del documento.

Recomendaciones basadas en el conocimiento y la experiencia

El informe recuerda que la actividad física contribuye a la integración social, la igualdad de género, la empleabilidad y la educación, destaca los principales retos y oportunidades de cómo los países pueden construir un sistema de actividad física y deporte más justo, y hace un llamamiento para apoyar a los países a ampliar las acciones de promoción de la actividad física en todas sus formas, para todas las edades y capacidades.

La doctora Fiona Bull, jefa de la Unidad de Actividad Física, dijo que el informe «se basa en los conocimientos y la experiencia” y, además, “proporciona mensajes claros a todos los que trabajan para crear una sociedad más activa sobre lo que tenemos que hacer”.

El llamamiento se dirige a las industrias, la sociedad civil y los gobiernos, así como a los organismos de las Naciones Unidas, para que construyan una visión común para crear sociedades más activas a través del deporte, la marcha, el ciclismo y el juego.

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