Por lafamilia.info

Estamos próximos a la Navidad y desde ahora las familias tienen sus mentes puestas en el descanso y en las fiestas de fin de año. Pero aparte de esos preparativos, ¿hay tiempo para compartir en familia? ¿para vivir el verdadero sentido de esta época?

La Navidad es el momento propicio para que las familias se reúnan y mejor aún cuando se cuenta con las vacaciones para dedicar este tiempo libre a la familia. Quizá tantos afanes nos hacen olvidar de lo importante que es para el ser humano, encontrarse con sus seres queridos, y a través de ellos, encontrarse a sí mismo.

Costumbres navideñas para compartir en familia

Todo tiene un sentido. El árbol, el pesebre o nacimiento, las luces, la corona, las canciones e incluso los regalos. Y así debemos transmitírselo a los hijos para que comprendan que detrás de cada costumbre hay un origen cristiano. Las siguientes actividades convocan a la familia de manera especial:

El adviento. Este tiempo de cuatro semanas que antecede a la Navidad es el momento dedicado a prepararnos espiritualmente para la llegada de nuestro Señor. Es importante enseñarles a los hijos el significado de este tiempo. El calendario y la Corona de Adviento son algunos símbolos.

La novena. Se inicia el 16 de diciembre y es una estupenda oportunidad para enseñarles a los niños el verdadero sentido de la Navidad: el nacimiento del Niño Dios. Cada grupo familiar se puede encargar de una novena y hacer algo especial en ella, como por ejemplo cantar villancicos y preparar los alimentos propios de esta época.

El pesebre o belén. Armar el pesebre siempre será una actividad muy divertida y, por tanto, la preferida de los niños. Además es la costumbre más importante de las festividades navideñas. Debemos explicarles a los más pequeños el significado de cada figura y contarles que el pesebre es la representación del nacimiento de Cristo.

Decoración del árbol. El árbol vestido de luz es símbolo de la iluminación que Cristo enciende en nuestros corazones. Así que esta costumbre también se puede convertir en un acontecimiento para disfrutar en familia.

La cena navideña. Una bonita oportunidad para que suegras, nueras, hermanas, madres e hijas, tías y algunos hombres cocineros, trabajen en equipo.

Los regalos. Los obsequios materiales son una muestra de nuestro cariño hacia los demás, pero que tal si damos otro tipo de regalos como: una carta de perdón, un abrazo de reconciliación con un pariente que nos hayamos alejado, una sonrisa a aquel familiar que está triste, una invitación a alguna persona cercana que no tiene con quién compartir la Navidad… Estos regalos dan más satisfacción y son una bella demostración del verdadero espíritu de Navidad.

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