En Colombia, se conoce poco al respecto. De hecho, solamente hay tres médicos certificados para atender pacientes, aplicando los fundamentos de esta ciencia.

Uno de ellos es la doctora Lina Acuña, jefe de Asesoría Familiar y Personal del Instituto de La Familia de la Universidad de La Sabana, quien explica que esta ciencia es conocida como la tecnología de la procreación natural, pues en sus tratamientos no se utilizan métodos de reproducción asistida o de fecundación artificial.

“La naprotecnología o tecnología de procreación natural es una ciencia al servicio de la mujer, basada en el profundo conocimiento de la fisiología femenina para abordar diferentes condiciones de su salud. Con el seguimiento del ciclo menstrual, se identifican la ventana fértil de la mujer o las alteraciones que pueden provocarle infertilidad”, explica la doctora Lina Acuña.

Esta ciencia se originó en Estados Unidos, a raíz de los estudios del ginecólogo y obstetra Thomas Hilgers, científico y académico con amplia trayectoria en países como Canadá, Irlanda, Reino Unido, Holanda y Alemania. Dichos análisis empezaron a investigarse desde los años 70 hasta lograr su consolidación en los 90. Sin embargo, hoy son muchas las investigaciones sobre este campo del conocimiento.

En la naprotecnología se usa el método Creighton como una herramienta guía en el proceso, tanto del diagnóstico como del proceso terapéutico. En este, se acude al estudio del comportamiento diario del ciclo menstrual de la mujer, para llegar a un diagnóstico preciso de las alteraciones o de las patologías que experimentan.

Lina Acuña del Instituto de la Familia Universidad de La Sabana.

–¿Cómo funciona un tratamiento de naprotecnología?

–Una vez hallado el diagnóstico, se comienza un tratamiento personalizado de un año, en el cual hay dos caminos: Cuando se detectan las patologías, como endometriosis, ovarios poliquísticos, miomas o quistes, según sea el caso, se emplean técnicas quirúrgicas avanzadas, que son llevadas a cabo por los especialistas en ginecología.

Cuando hay alteraciones en el ciclo menstrual, como el síndrome premenstrual, la presencia de ciclos irregulares y/o sangrados abundantes, entre otras, se emplea un tratamiento adaptado a las necesidades de la consultante.

–¿Solo se acude a una consulta de naprotecnología si se desea tener hijos?

–La naprotecnología va mucho más allá de un tratamiento para quedar en embarazo. Se monitorea y se mantiene la salud procreativa con tratamientos médicos y quirúrgicos que ayudan al sistema procreativo total de la mujer, de forma natural y sin sustituirlo, explica la doctora Acuña. Eso quiere decir que todas las mujeres en edad reproductiva que deseen monitorear su ciclo menstrual, acompañadas por expertos, pueden beneficiarse de la naprotecnología.

–¿Por qué es importante este método?

–Se trata de un cambio de paradigma, ya que la naprotecnología llega como otra posibilidad para las mujeres que quieren apreciar y cuidar su fertilidad de forma natural.

En tal sentido, la naprotecnología genera los siguientes beneficios:

  • Cuidado entre el médico y el paciente:
  • Tendencia a la medicina funcional (que atiende a la persona en su totalidad, no a un grupo de síntomas aislados).
  • Ética médica (respeta la dignidad de la mujer).
  • Restauración de la función procreativa de forma natural. Satisfacción marital (crecimiento en el ejercicio mutuo de la sexualidad).
  • Menor riesgo en la salud de la mujer (cuidado médico integral).
  • Tratamiento de factores asociados (nutrición, hormonas y estrés). Promoción de la maternidad/paternidad saludable y responsable.
  • Trabajo interdisciplinar (garantiza el éxito del tratamiento).

Vínculo con la pareja

  • Método de cooperación (con el ciclo menstrual de la mujer y con la toma de decisiones en conjunto con su pareja).
  • Consolidación de la pareja (diálogo, confianza y compromiso con respecto a la situación).
  • Satisfacción marital (crecimiento en el ejercicio mutuo de la sexualidad). 
  • Respeto por la dignidad humana. Menor riesgo en la salud de la mujer (cuidado médico integral).
  • Libertad para elegir cómo vivir la fertilidad.
  • Promoción de la maternidad/paternidad saludable y responsable.
  • Trabajo interdisciplinar (garantiza el éxito del tratamiento). 
Impulsora de la nueva tecnología.

–¿En qué se diferencia la naprotecnología de otros métodos?

–Aborda la raíz de la patología o la alteración: los métodos que conocemos no suelen buscar el origen del problema. La naprotecnología se enfoca en encontrarlo y tratar a las consultantes a partir de ahí.

Tratamiento único para cada paciente: la naprotecnología estudia cada caso y encuentra una solución, de acuerdo con las necesidades de cada mujer.

Método natural para la infertilidad: los métodos tradicionales utilizan la reproducción artificial o asistida para intervenir, en caso de presentar infertilidad. La naprotecnología respeta y fortalece el ejercicio de la sexualidad, como el entorno natural para lograr un embarazo.

Tiene en cuenta a la pareja: los métodos tradicionales le otorgan la responsabilidad sobre el cuidado de la fertilidad a una sola persona. Por el contrario, en estos tratamientos, basados en naprotecnología, el cuidado es compartido por la pareja y de ambos depende su éxito.

Es multipropósito: la naprotecnología aborda otros aspectos fundamentales de la salud procreativa de la mujer, como espaciar embarazos, infertilidad, abortos espontáneos recurrentes, síndrome premenstrual, síndrome de ovario poliquístico, entre otros.

–¿Qué hace la Universidad de La Sabana con respecto a esta ciencia?

–El Instituto de La Familia de la Universidad de La Sabana ofrece, en el Servicio de Asesoría Personal y Familiar, la orientación en el modelo Creighton, la cual fundamenta los principios de la naprotecnología. El Instituto también cuenta con un equipo interdisciplinar, que busca, además de lograr el éxito en los tratamientos, fortalecer el vínculo entre las parejas consultantes.

En el momento se está asesorando a 31 parejas, algunas remitidas desde otros países de Latinoamérica y Europa.

Es importante tener en cuenta que, con el fin de trabajar de manera integral el cuidado y el tratamiento de los consultantes, un experto en naprotecnología busca el apoyo de otros especialistas médicos expertos en la misma ciencia y de otras áreas, como urología, ginecología y obstetricia.

–¿Cuál es el panorama actual de la naprotecnología en Colombia?

–En Colombia, aún tenemos un camino largo por recorrer, tanto en la difusión de esta ciencia, como en la formación de los profesionales en medicina. Sin embargo, en algunos países de Latinoamérica, como Brasil, México, Chile, Argentina; de Europa, como España, Polonia, Francia e Italia; de Asia, como Filipinas, Corea del Sur, Japón y China; y algunas zonas de África, entre otros, ya ponen esta ciencia en práctica y al servicio de la medicina.

“Por lo anterior, esperamos que, en Colombia, la naprotecnología se convierta en un tema coyuntural, que la gente y, si es posible, los gobiernos hablen de esto”, explica la doctora Acuña. “El país recibiría beneficios, como ahorro para el sistema de salud y prevención de embarazos no deseados, entre otros”, agrega.

“Sin embargo, lo más importante con esta ciencia es entender que es una opción para aquellas mujeres que quieren cuidar su fertilidad de una forma natural (es importante tener en cuenta que esto no hace referencia a la ausencia de medicamentos, sino al uso indicado de estos para cada caso y según lo que el cuerpo de cada mujer necesite)”, afirma la doctora Acuña. “Se trata también de ofrecer soluciones a problemas reales, con alternativas médicas centradas en la persona”, concluye. (GRS).

Con información del Instituto de la Familia-Universidad de La Sabana.

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