Por Guillermo Romero Salamanca

Raúl Campos, el conocido empresario artístico y socio de Los 50 de Joselito se degustaba una sopa en un reconocido restaurante de Villavicencio cuando recibió una llamada. Dejó a un lado la cuchara y escuchó la invitación de Julio Santos, organizador del Mundial de Coleo, para invitarlo a almorzar y proponerle un negocio.

–Dígame dónde está y salgo para allá, le contestó Raúl, mientras terminaba el plato y empezaba el segundo. Pidió doble postre y café oscuro y salió para la cita.

–Le tengo una carne asada, especialmente para usted, le dijo Julio Santos, al tiempo que le servía el suculento platillo.

Raúl, hombre de buen apetito, aseguró un cuchillo, un tenedor, mientras acercaba también una gacha con yuca, papas sudadas y una porción de arroz.

–Mire, tengo un problema: Queremos traer a Los Tigres del Norte al Mundial de Coleo, pero ellos vendrían si hay tres presentaciones como mínimo en Colombia.

–¿Quiénes?, le preguntó Campos, mientras pedía una cerveza litro, bien fría.

–Los Tigres del Norte.

–¿Y esos quiénes son?

–Pues los reyes de la música popular norteña, han vendido unos 400 millones de discos, han ganado todos los premios posibles, han cantado desde Chile hasta Canadá, tienen más de 150 clubes de fans, más de 200 éxitos y son toda una cultura musical, le explicaba Julio a Raúl. ¿Ha oído la banda del carro Rojo?

–No señor, es que yo sólo oigo a Diomedes Díaz.

Y Julio, con paciencia, le comenzó a cantar: “Dicen que venían del sur/ en un carro colorado/ traían cien kilos de coca/ iban con rumbo a Chicago/ Así le dijo el soplón/ que los había denunciado/ ya habían pasado la aduana/la que está en El Paso, Texas”.

–Si la he oído. ¿Será que hay más ají por ahí?, le contestó Raúl.

–¡Señorita!, le gritó Julio a la mesera rubia y de trenzas que los venía atendiendo en el almuerzo. Hágame el favor y  me le trae unas costillitas a don Raúl, de esas bien llaneras, con un chorizo de los grandes y otras dos cervezas.

Después de media hora de cantarle éxito tras éxito como Ni parientes somos, La banda del carro rojo, El jefe de jefes, La mesa del rincón, Pobre Pablo, Golpes en el corazón, Más americanos y Billete verde, Raúl le contestó: Me gusta el grupo, pero toca ir a verlos a ver si me convencen.

Julio, un hombre paciente, pero visionario, le comentó que en dos días saldrían para México para un concierto con Los Tigres del Norte.

Fueron a Tijuana y presenciaron un espectáculo con los artistas de los cuáles tanto le había hablado Julio. Incluso ingresaron a su camerino, los saludaron, les firmaron autógrafos, hablaron de negocios.

Raúl estaba feliz. Él había hecho conciertos con El Binomio de Oro, Diomedes Díaz, Vicente Fernández, Antonio Aguilar, Rómulo Caicedo, Juan Gabriel, Wilfrido Vargas y Galy Galiano, pero no imaginaba estar con uno de los grandes del mundo del espectáculo.

Los Tigres del Norte han llenado conciertos en Nueva York, Los Ángeles, ciudad de México con más de 40 mil presentaciones y en festividades centroamericanas, abarrotan las entradas y tienen marcas inimaginables. Hace unos días ofrecieron un concierto a más de 32 mil pies de altura, como invitados especiales en un vuelo inaugural entre Toluca y Los Ángeles.

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Raúl Campos y los integrantes de Los Tigres del Norte antes de una presentación. Foto archivo particular.

Desde ese almuerzo en el 2008, Raúl ha hecho más de 40 conciertos en Colombia. La que siempre recuerda fue la de Girón en Santander, donde celebraron el Día de las Madres. Abrieron puertas a las 12 del día, comenzaron el concierto a las 3 de la tarde y a las 10 de la noche no había una botella de agua ni mucho menos de licor. Todo se había acabado.

“Fue un día inolvidable”, dice Raúl.

Cuando más sufrió fue cuando se extraviaron rumbo a Garagoa.

Este año estarán el 2 de noviembre en Villanueva, Casanare; el 3 en La Plata, Huila y el 4 en Pacho, Cundinamarca.

 

UNA CULTURA LLAMADA NORTEÑA

“Lo que mas gusta de Los Tigres del Norte es su sencillez y su manera como se le brindan al público. Ellos no van a estrenar discos. Ellos cantan un repertorio de más de 50 años de historia y ellos complacen en vivo y en directo las peticiones que les hacen sus seguidores. Luis va leyendo quien pide una canción y la van cantando. Al final, recogen todos los papeles y llevan un récord en un programa diseñado para tal fin. La tienen clara”, dice ahora Raúl.

Nacho se tatuó en su espalda a los integrantes de Los Tigres del Norte. Espera continuar por todo su cuerpo llevar un tributo a sus ídolos. Foto archivo particular.

Para sus conciertos de este año, muchos de sus seguidores ya apartaron habitaciones en los hoteles de Villanueva, La Plata y Pacho.

Nacho, uno de sus fieles seguidores, se tatuó en su espalda a Los Tigres del Norte. No le importó el dolor ni el tiempo empleado, porque su amor por su música soporta cualquier cosa.

Existen en el mundo más de 150 clubes de seguidores del grupo, tienen páginas web y además participan en un congreso de fans que se realiza al menos una vez al año donde organizan planes futuros.

En Colombia estarán en cada una de sus presentaciones y llevan decenas de recuerdos de sus ídolos. Además saben de la historia de cada uno de los integrantes.

 

 

 

SEBASTIÁN CAMPOS ABRIRÁ LOS CONCIERTOS

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En el 2016 grabó su primer trabajo discográfico en los Ángeles-California, bajo la producción general de THOM RUSSO ganador de 16 Grammys.

El ahijado de Los Tigres del Norte será el encargado de dar apertura a los conciertos.

“Sebastián Campos es un joven y talentoso artista, ha tenido la oportunidad de cosechar grandes éxitos en muy poco tiempo, demostrando que con humildad, perseverancia y disciplina se pueden lograr los sueños. En el 2015 firmó contrato artístico con Universal Music, en el 2016 grabó en Los Ángeles temas como “Solo dame una oportunidad” y “No pongas cuidado”. En el 2018 presentó el tema “Voy a olvidarte” –cuyo video fue rodado en Paipa—y espera llevar nuevas canciones en estas presentaciones”, cuenta Diana Janeth Alfonso Mora, su jefe de prensa.

LOS 50 DE JOSELITO TAMBIÉN ESTARÁN PRESENTES

Este 2018, representa una titánica y brillante carrera profesional de 7.300 días, 1.040 semanas, 240 meses, 4 lustros y 2 décadas, 20 años llevando a Colombia y el mundo entero alegrías, éxitos y satisfacciones. Foto Los 50 de Joselito.

A Jorge Hernández, líder de Los Tigres del Norte, le fascina la música que interpretan Los 50 de Joselito. Tras bambalinas escucha siempre cuando cantan temas como El Bailador, El Palito—gran éxito con más de 250 mil visitas en YouTube–, La Espumita Del Rio, Hace Un Mes, Suéltala Pa’ Que Se Defienda, El Pájaro Amarillo, Dame Tu Mujer José y La Cinta Verde.

Ahora Anddy, Harry y Kamy, los vocalistas de Los 50 de Joselito llevarán en estos conciertos su nuevo tema musical para fin de año: “Me alejé llorando”.

“Los 50 de Joselito” iniciarán una gira promocional en todo el país a la par con sus presentaciones, con este nuevo éxito el cual conserva su toque inconfundible, como la agrupación de tradición de los hogares colombianos, que desde ya se perfila como uno de los temas más escuchados.

LA LECCIÓN DE LAS TOALLAS NEGRAS

Los casi 50 conciertos que han hecho en Colombia le han dado una basta experiencia a Raúl Campos. Ha logrado un sonido y un escenario que no demeritan a los que llevan los artistas a sus presentaciones en diferentes partes del mundo.

“Ellos piden mucha agua, se debe tener un termo con agua caliente para el té que preparan a cada instante, miel pura de abejas y un amplio camerino. Antes de cada actuación, una persona que viaja con Jorge, Hernán, Eduardo, Luis Hernández y Óscar Lara, ellos les tiene planchados y bien alineados tres uniformes. Cuando ingresan al camerino, escogen con cuál cantarán. Ni antes, ni después”, explica Raúl.

“Otra de sus exigencias es tener una buena cantidad de toallas negras en el escenario”, confiesa Raúl.

“Una vez, para un concierto, se me olvidó comprar las toallas y en el último momento mandé a alguien para que me las trajera”, relata Raúl.

Cuando se las llevé al escenario. Me dijeron: “Son negras, negras señor Campos”.

“Yo no entendía por qué las pedían de ese color”, sigue Raúl. “Yo llamé a don Julio Santos para que me sacara de la duda”.

–Almorcemos y le explico, le comentó pacientemente el hombre que sabe del Coleo.

–“Mire, lo que pasa es que ellos como se entregan tanto al público, con las luces del escenario, el calor de la ciudad, ellos sudan bastante y las toallas blancas se ensucian más y se ven feas, entonces, con las negras, no se nota”, le comentó don Julio Santos a Raúl.

Raúl pidió lo mismo del famoso piscolabis del 2008.

CUANDO LOS TIGRES DEL NORTE SE PERDIERON EN COLOMBIA


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