Por Guillermo Romero Salamanca

Cuando José Vicente Arizmendi, director de la emisora Javeriana Estéreo de Bogotá, estaba en sexto semestre de Comunicación Social, en la Semana Cultural que organizaba el INSE –instituto que antecedió a la Universidad de La Sabana– tomó la guitarra y empezó a cantar: ¿Qué es morir de amor? Morir de amor por dentro, quedarme sin tu luz, es perderte en un momento. Como puedo yo, decirte que lo siento, que tu ausencia es mi dolor, que yo sin tu amor…Me muero. Morir de amor, despacio y en silencio sin saber, si todo lo que he dado te llego a tiempo. Morir de amor, que no morirse solo en desamor y no tener un nombre, que decirle al viento…”

De inmediato, la muchachada gritó de emoción. Era la canción del momento y cuando entonó “Te amaré” y “Linda”, el espectáculo crecía y se acercaban unas 200 muchachas para hacer los coros.

José Vicente canturreaba las canciones del ídolo del momento: Miguel Bosé, el panameño que con tan solo 19 años ya era el rey de la programación de las emisoras de baladas y el vocalista de mayor proyección internacional.

El mismo cantante lo reconoció en una rueda de prensa en México en el 2015.  “Soy hijo de los 80. Mi carrera más importante se desarrolla en los 80 y 90, pero en los 80 es cuando sucede BandidoSalamandraXXX y Te amaré. La mitad de la década se liga a los 70 y la otra mitad hasta la actualidad, fue una época de transición donde saqué música de la historia, de las tendencias, ahí estaba todo”.

Miguel Bosé nació en Panamá, aunque debió prorrumpir en Colombia, sino que se adelantó el 3 de abril de 1956. Es hijo del diestro español Luis Miguel Dominguín y de la despampanante Miss Italia y actriz Lucía Borlini. Se crio rodeado de innumerables personalidades de la cultura, el cine, la actuación, la pintura y las letras.

En su casa se podían encontrar desde el escritor Ernest Hemingway, el pintor Pablo Picasso o el director de cine Luchino Visconti.

Javier Menéndez Flores, quien publicó su biografía no autorizada, ‘Con tu nombre de beso’, dice que Bosé estuvo en contacto, desde niño con todo tipo de creadores: Visconti o Picasso fueron algunos de ellos, de modo que no faltó quien alentara su talento. «Hay una anécdota de cuando sus padres se fueron a América y Picasso se encargó de los niños”, cuenta Menéndez Flores en su libro. “Cuando volvieron, el torero se encontró a su hijo vestido con unas mallas negras, que le había regalado el pintor por sus dotes para la danza. Le llamó maricón y le obligó a quitárselas».

Miguel comenzó con la danza y luego con la actuación en cine, pero después el gran Camilo Sesto descubrió en él su capacidad para el canto y le produjo su primera grabación discográfica.

Triunfó en España y luego atravesó el océano y conquistó América. Bosé ha vendido unas 30 millones de copias de sus producciones.

Miguel Bosé es también un activista por la paz. El domingo 20 de septiembre de 2009, fue el abanderado de la segunda versión del Concierto Paz sin Fronteras, después de la apoteósica de Cúcuta y cantó al lado de figuras como Silvio Rodríguez, Amaury Pérez, Olga Tañón, Juanes y Danny Rivera entre otros.  

Ese espectáculo, en la plaza de la Revolución de La Habana contó con la asistencia de más de un millón de espectadores.

Miguel Bosé sigue sonando en el mundo con canciones como “Te diré”, “Corazones”, “Olvídame tu”, “Mirarte, “Sevilla”, “Creo en ti”, “Morir de amor”, “Manos vacías”, “Te digo amor”, “Tesoro” y “Nena”, entre otros.

Es el rey de la balada pop y sigue conquistando seguidores.

 




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