¿Qué tan eficaces son los tapabocas para evitar la dispersión de enfermedades contagiosas transmitidas a través del aire?

Las pruebas sugieren que, cuando estás enfermo, utilizar un tapabocas puede ayudar a proteger a los otros de enfermarse. Del mismo modo, cuando estás sano, usar un tapabocas posiblemente disminuirá tus probabilidades de contagio si estás rodeado de enfermos.

Los tapabocas, o lo que los médicos llaman mascarillas quirúrgicas, comenzaron a usarse en los quirófanos a finales del siglo XIX. Rápidamente, se volvieron populares entre el público deseoso de protegerse durante la epidemia de influenza de 1918.

Tú me cuidas a mí, yo te cuido a ti. Este es el concepto del uso del tapaboca. Es una barrera más que impide el paso del virus y protege a la otra persona.

El tapabocas impide que la persona que pueda tener el virus (sea asintomática o simplemente haya salido de casa a pesar de tener síntomas) lo transmita a otras.

La OMS ahora ha decidido respaldar a los gobiernos que decidan promover el uso masivo de tapabocas

Que dicen los científicos sobre el uso de el tapabocas

Muchos investigadores, entre ellos un premio Nobel de Química, señalan que la distancia social y el lavado de manos no son suficientes para evitar el contagio

La mascarilla es un arma fundamental en la lucha contra el covid-19. Así lo cree un grupo de investigadores liderado por Renyi Zhang, de la Universidad de Texas A&M, quienes advierten en la revista PNAS de que el virus se transmite principalmente por el aire, propagándose tan fácilmente que la distancia social no es suficiente para protegernos. Por eso, el equipo señala la importancia de utilizar protección facial y acusa a los distintos gobiernos y responsables sanitarios mundiales de no haber enfatizado adecuadamente su uso durante la pandemia.

Zhang, un distinguido profesor de ciencias atmosféricas, y sus colegas, entre ellos un premio Nobel de Química, el mexicano Mario Molina, explican que las partículas diminutas, rápidas e invisibles portadoras del virus que se escapan al hablar, respirar, toser o estornudar pueden ser inhaladas fácilmente por otra persona, incluso minutos u horas después de su liberación por un infectado y a pesar de las medidas de distanciamiento social.

Zhang cree que la orientación dirigida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Centros para el Control de Enfermedades no ha sido lo suficientemente estricta como para frenar la propagación de la enfermedad. «El distanciamiento social y el lavado de manos deben continuar, pero eso no es suficiente protección», asegura. «El simple esfuerzo de usar una máscara reducirá las posibilidades de que pequeñas partículas infectadas en el aire que no se puedan ver se adhieran al tracto respiratorio», insiste.

Incluso a dos metros

Los investigadores dan un ejemplo: un hombre que no sabe que está infectado y que no usa una máscara facial está en una tienda de comestibles. Otro cliente, también sin protección sobre su nariz y boca, se encuentra a 2 metros de distancia y nunca habla con el primer hombre. Aun así, fácilmente podría inhalar sin saberlo las partículas infectadas, que se unen rápidamente a lo largo del tracto respiratorio.

«La complicación de los portadores silenciosos que se mueven a través de los espacios públicos, combinada con la actual falta de comprensión total de la transmisión del virus, dificulta el desarrollo de políticas de mitigación efectivas que podrían proteger al público», dicen los investigadores en un comunicado.

Los autores del estudio señalan que la Organización Mundial de la Salud sugirió erróneamente hasta mediados de marzo que el virus no podía transferirse por el aire. Una vez que se demostró que eso no era cierto, el 3 de abril comenzó a recomendarse el uso de mascarillas cuando se está en público.

Salvar vidas

El equipo comparó las tendencias de la tasa de infección de covid-19 en Italia y Nueva York antes y después de que las mascarillas fueran obligatorias. En ambos lugares, las curvas que mostraban las tasas de infección se aplanaron solo después de que la medida fuera adoptada. A su juicio, el uso de estos elementos previno más de 78.000 infecciones en Italia entre el 6 de abril y el 9 de mayo, y más de 66.000 infecciones en la ciudad de Nueva York entre el 17 de abril y el 9 de mayo.

Para Zhang y Molina, expertos en contaminación atmosférica mundial, el hecho de que una máscara ayude a la eliminación del virus y limite la exposición a la infección no es sorprendente, ya que han estudiado durante mucho tiempo cómo las partículas infinitesimales que viajan por el aire pueden ser fácilmente absorbidas por los pulmones.

Molina, muy conocido por formar parte del descubrimiento de la formación del agujero de ozono antártico, advierte a los gobiernos y a los encargados de la toma de decisiones de que «es urgente de que se den cuenta de que ponerse una máscara y cubrir nuestras caras, algo tan simple, puede salvar vidas»

Textos y fotos: elmundoalinstante.com

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