Por Luis Felipe Salamanca
Miedo, mucho miedo,
por la pandemia que nos acosa
y que nos cogió sin prevención.
Miedo, mucho miedo,
si desconfiamos de todo y de todos,
por posibles portadores del virus letal.
Miedo, mucho miedo,
porque la confianza está en lo que tengo
y poco y nada en lo que soy.
Miedo, mucho miedo,
porque nos quedamos sin amigos,
o sin aquellos que creíamos tener.
Miedo, mucho miedo,
cuando se nos cayeron las certezas
y nos quedamos solo con las apariencias.
Miedo, mucho miedo,
por las oportunidades perdidas,
porque el futuro se nos volvió incertidumbre.
Confianza, confianza,
porque no estamos solos,
aunque nos abandonen los demás.
Confianza, confianza,
porque nada saldrá improvisado
si siempre buscamos el bien común.
Confianza, confianza,
si mejoramos las oportunidades
de hombres y mujeres sin salud y sin pan.
Confianza, confianza,
si evitamos un peor virus:
el del egoísmo y la insolidaridad.
Confianza, confianza,
si construimos una sociedad nueva,
con más justicia y más equidad.
Confianza, confianza,
si no sucumbimos al desánimo
que dejan el delito y la corrupción.
Confianza, confianza,
para superar esta y otras pandemias,
a fuerza de coraje, inteligencia y oración.
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