Por Diego  E. García Cañón, médico epidemiólogo, terapeuta neurobiológico y coach ontológico.

Diego  E. García Cañón

Originada del griego krisis y del verbo krinein, que significa “decidir”, “separar” o “juicio”, la palabra crisis ha sido de uso frecuente en nuestro vocabulario. Desde Hipócrates cuando utilizó el término para hacer referencia al momento en que una enfermedad cambia su rumbo con un resultado incierto, hasta nuestra actualidad enmarcada por la pandemia generada por el SARS-COV2 vemos a diario este término para hacer referencia al efecto a nivel social, económico, político y en salud.

Sin embargo, empleamos este término para denotar una situación que tiene implicaciones negativas, como lo puede ser la pérdida de trabajo, el deceso de un familiar y todas las diversas situaciones derivadas de la pandemia. Culturalmente la crisis engloba otras palabras como: ansiedad, temor o calamidad y la lista puede continuar. Se nota como todas comparten un componente negativo.  Es importante resaltar que ante la crisis generada por la pandemia, “ansiedad” es una de las palabras más buscadas en internet para el año 2020, estudio de la universidad de california en San Diego, publicada en la revista JAMA.

Pero no todo es negativo. La definición que da La Real Academia Española de la Lengua de Crisis es de “cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que estos son apreciados”. Por lo tanto, una crisis es un evento que genera cambios en nuestras vidas, afectando a su vez, nuestro estado emocional y físico. 

Es una situación que exige tomar decisiones, y considerar las posibles soluciones ante estas circunstancias es un proceso mental que puede ser muy extenuante.  Existen dos preguntas para tener en cuenta ante una crisis: ¿Cómo es interpretada? y ¿Cómo es afrontada?. La interpretación de la situación depende de quien vive la experiencia, lo que para unos es un problema, para otros no lo es. Por otra parte, el afrontamiento del evento y su resolución, está sujeto a las herramientas que cada uno tiene, como los recursos mentales para actuar y tomar decisiones que son desarrolladas a partir de nuestra educación familiar, cultural y social, haciendo parte de nuestro sistema de creencias.  

Cuando los recursos no son suficientes y tenemos un inadecuado abordaje de las crisis,  se desarrollan procesos que afectan la salud física y mental, entonces tenemos: estrés,  trastornos en el patrón de sueño y alimenticio, acarreando consigo otras alteraciones en el estado de salud; hipertensión arterial, diabetes, gastritis, migraña, espasmos musculares entre otros. Otro mecanismo de respuesta ante las crisis pueden ser las adicciones, por ejemplo; al alcohol, sustancias psicoactivas como marihuana, éxtasis, heroína y otras, empeorando nuestra salud y relaciones con los demás. 

Conociendo y desarrollando estrategias

Las crisis tienen un componente negativo, caracterizándose por estar asociados a estados de ánimo como: mal genio, irritabilidad, tristeza o desesperanza. Estos se hacen visibles a través de la comunicación no verbal, es decir, los gestos de la cara y nuestra posición corporal, afectando nuestro entorno. 

Es momento entonces de ver las cosas como son, no se trata de ver todo con positivismo o negativismo extremo. No podemos cambiar cómo ocurren, pero sí podemos decidir cómo vamos a responder ante una situación en particular, que para nosotros sea considerada una crisis. 

Los siguientes pasos permiten ver y entender de una forma objetiva el conflicto por el cual estamos atravesando, además de estar en una posición más tranquila, para tomar una mejor decisión. Lo dijo el psicólogo y escritor Wayne Dyer: “Si cambias el todo en que miras las cosas, las cosas que miras cambian”.

Paso 1.  Ver las crisis como un CAMBIO.

Ver las crisis como un CAMBIO, sin ser positivistas pero sí realistas, permite afrontar desde una perspectiva diferente el suceso que ocurre en nuestras vidas. No dar el calificativo de situación buena o mala, es fácil juzgar la situación sin conocer el resultado final, solo ahí, al final podemos darle el nombre que nos parezca más apropiado. 

Como situación de cambio debemos explorar en sí, nos podemos preguntar: ¿Por qué pasó? ¿Para qué pasó? y ¿Qué impacto tiene este cambio en mi vida a corto, mediano y largo plazo?, y ¿Qué puedo hacer yo?, no para cambiarla, pero sí para cambiar mi percepción sobre la situación, estas preguntas nos permiten ir aclarando el panorama. Debemos tener un enfoque más holístico,  cuando nos concentramos sólo en el árbol, nos perdemos de todo el bosque. Recopilar esta información es importante para poder tomar una decisión.  

“Las crisis pulen tu vida. En ellas descubres lo que realmente eres”: Allan K. Chalmers.

Paso 2Vivir mis sentimientos.

Vivir mis sentimientos, como frustración, ira, desesperanza,  alegría, soledad, tristeza. Es un paso  que permite reconocer y comprender mejor la situación, sin ajustarla a lo que creemos, simplemente la aceptamos como una realidad.  No sirve en este punto hacer negación de lo que sentimos, si es ira, pues sentimos ira. Se debe realizar un proceso adecuado desde el principio, es importante saber que vamos a hacer con lo que sentimos, por que según sea nuestra aceptación de esa emoción, así va a ser nuestra respuesta con la situación de cambio. 

No se trata entonces de estar como en el ejemplo, siempre de mal genio, sentir ira o enojo, o estar triste, pero sí explorar que sentimos y qué beneficio nos trae sentirlo o si vamos a tener un buen resultado.  Si yo me enojo, porque perdí mi trabajo, puedo sentirlo, pero no me puedo quedar con ese enojo siempre. Lo siento y encuentro o busco las formas adecuadas para liberarlo y continuar mi vida, te pregunto ¿realmente solucionas algo cuando estas enojado?

“Sentir es lo más valiente que hay. Requiere agallas” Sergi Rufi.

Paso 3. Calmar la mente.

¿Calmar la mente? Sí, siempre estamos pensando, esa voz interna que nos dice qué pasó ayer o que va a pasar mañana y nunca vivimos las experiencias en el presente. En su libro “El poder del ahora” de Eckhart Tolle dice: “El momento presente tiene la clave de la liberación”.  Vivir en el ahora, es una estrategia para controlar nuestra mente, es un ejercicio que podemos realizar a diario, en cualquier momento y lugar, necesitamos ir paso a paso, intentarlo por un minuto y cada día ir avanzando.

Intenta lo siguiente: tiene más efecto si lo haces sentado con la espalda derecha, sin cruzar los brazos ni las piernas, inicia respirando, concéntrate en tu respiración, escucha el sonido del aire, siente como pasa por tu nariz y los pulmones se expanden, de nuevo concéntrate en sentir como entra y sale el aire, ve cerrando los ojos lentamente, siente tu cuerpo, explora  tus piernas, los brazos, respira de nuevo y  sé consciente de que estas escuchando en este preciso momento, puede ser; música, un carro, un perro, personas hablando en la casa, el trabajo o incluso en el colegio. Sigue respirando. Al finalizar, lentamente abre los ojos y continúa trabajando, estudiando o realizando la actividad que estabas haciendo. 

La idea de este pequeño, pero poderoso ejercicio, es ser consciente del ahora, donde estás y qué te rodea. Hacemos las cosas y no las vivimos, comemos pero estamos con el celular en la mano, podemos estar con nuestra pareja o nuestro hijos, pero no los escuchamos, estamos pendientes del problema de la oficina o del pago de la hipoteca, y nos perdemos la dicha de disfrutar la vida, de gozar momentos únicos, que tal vez no podremos repetir.  

Calmar la mente nos permite tener un mejor proceso de análisis y así, poder diseñar una estrategia efectiva para la solución de nuestra crisis. 

Recuerda: las crisis son momentos de cambios, y estas situaciones son transitorias, las enfrentamos con lo que tenemos, pero podemos desarrollar habilidades y abrirnos a nuevas herramientas. SIEMPRE podemos aprender!!!

Por último, la palabra crisis en chino es WEIJI,  WEI es riesgo y JI es oportunidad. Tu eliges como vivir la crisis…

En resumen: 

1. Analizar la situación sin desgaste mental, siendo objetivos. No podemos cambiar los hechos, pero sí la forma en que los vemos. 

2. Explorar que sentimos con las situaciones. Vivir la experiencia como es, hace parte del aprendizaje, negar la realidad no conduce a una verdadera solución. 

3. Dominar nuestra mente. Una mente en calma es la clave para poder tomar decisiones.

Frases célebres para motivarte en momento de crisis:

  • “ En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”: Albert Einstein. 
  • “Ojo a las situaciones inesperadas. En ellas se encierran a veces las grandes oportunidades”: Joseph Pulitzer
  • “Las crisis, cuando ocurren, tienen al menos la ventaja de que nos obligan a pensar”:  Jawaharial Nehru
  • “La vida es 10% lo que nos ocurre, y un 90% cómo reaccionamos a ellos”: Charles Swindoll
  • “El gran descubrimiento de mi generación es que los seres humanos, pueden cambiar sus vidas cambiando sus actitudes mentales”:  William James. 

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