PorChristian Bitar Giraldo-director
En nuestro documental Machismo en la era moderna hablamos sobre cómo el patriarcado sigue existiendo en nuestro país a pesar de los miles de luchas que se han dado por acabarlo. Como el vigilar y castigar de Foucault, el machismo se transforma para adaptarse a cada tiempo, a cada época de pensamiento, a cada movimiento que lo evidencia y le hace frente.
Instituciones constituidas principalmente por hombres, valores pensados para las personas de hace cientos de años, ideales de sociedad que cada vez encajan menos en las nuevas formas de pensar y que se convierten en obstáculos para seguir adelante, se hacen evidentes cada día en países como el nuestro.
La mujer ha logrado posicionarse a la cabeza de una revolución contra los ideales de ser (persona y sociedad) impuestos por muchos años, unos ideales que vociferaban que el hombre blanco de mediana edad era el centro del mundo: alrededor giraban la mujer y los niños, un poco más lejos los pobres y los ancianos, a una distancia mayor los indígenas y, mucho más lejos todavía, los gais, casi al lado del infierno. Las mujeres han liderado la lucha por destruir esas barreras, lo que ahora permite que muchos conciban un mundo distinto, donde ser diferente no sea un problema.
La mujer, en sus múltiples cualidades, demuestra cómo el país y el mundo pueden ser dirigidos de otro modo, bajo las formas del amor, de la luz, de la paciencia, la comprensión y el cuidado de la naturaleza, para repensar el mundo desde caminos más alegres.
Finalmente, una mirada al futuro, a las nuevas ideas, a las nuevas iniciativas que nos muestran cómo los hombres pueden aportar cuestionando sus roles cotidianos, sus obligaciones y necesidades, para llegar a una igualdad fundamental. Hombres y mujeres al tiempo en una sola lucha por lograr las metas reales como humanidad.
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