Por Guillermo Romero Salamanca

Ese jueves 19 de enero de 1995 el país se reponía de un sismo de magnitud 6.5 en la escala de Richter a las 10 y 5 de la mañana y cuyo epicentro fue Tauramena en Arauca, cuando se conoció la noticia del fatídico accidente de Patricia Teherán, la diosa del vallenato.

Otra información, la que había protagonizado el presidente Ernesto Samper al descartar la extradición de nacionales, pasó a un segundo plano.

Pero la pronta desaparición de la cantante más popular del vallenato en toda la historia de ese género musical ocupó las emisiones de noticieros y las estaciones radiales comenzaron a contar aspectos de la vida de esta cartagenera que con tan solo 25 años había conquistado el corazón de millones de seguidores e iniciaba una vida musical en Ecuador y Venezuela, donde ya le solicitaban presentaciones.

El éxito de Patricia consistió en seleccionar un buen número de canciones vallenatas muy sentimentales, rayando con el despecho. Su grabador y quien más la conoció fue Darío Valenzuela, el famoso “brujo de la consola”.

Patricia Teherán Romero había nacido en Cartagena el 10 de junio de 1969 y

por su voz fue llamada a integrar el grupo Las Musas del Vallenato con la acordeonera Graciela Ceballos.

“Nos presentaron la propuesta y nos pareció novedosa. Graciela tenía su estilo propio de tocar el acordeón y Patricia tenía una magia con su voz que nos impactó en primera instancia y comenzamos a morar compositores y canciones y se grabó la primera producción en 1990 con el título “Alma de Mujer”, relata Fernando López Henao, vicepresidente de Codiscos.

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Con un gran carisma, Patricia dominó los escenarios del espectáculo a principios de los noventa. Foto Wikipedia.

“De ese álbum me acuerdo de que uno de los temas más exitosos fue “Acabaron lo nuestro” de Pedro Pablo Peña”, agrega Fernando.

La segunda producción se tituló “Guerreras del amor” y llevó canciones de Miguel Morales como “Por qué, mi amor”, Romualdo Brito “Muchas gracias Cartagena” y Ómar Geles, “Me dejaste sin nada”, que fue el primero en ser escuchando nacionalmente.

“El primer gran hit fue la grabación de El Show de las estrellas con Jorge Barón. Aún recuerdo sus vestidos azules y sus cuellos tortugas que para ellas era una gran novedad”, recuerda ahora Fernando.

La tercera producción dejó éxitos como “Me acostumbré a tus besos” de Ómar Geles y “El amor que soñé” de Luis Egurrola.

Pero ya en 1994, Patricia quería conformar su propia agrupación y luego de conversaciones con los directivos de Codiscos determinaron grabar como “Las diosas del vallenato”, pero le pedían que llevara un éxito.

Patricia le preguntó a Darío Valenzuela qué temas grabar y él le aconsejó que hablara con Ómar Geles quien estaba por esos días en los estudios en Medellín.

Ella lo esperó y le comentó su situación, el cantante y compositor de Los Diablitos, le dijo que tenía una canción que él deseaba grabar, pero que le haría unos arreglos para que se adaptara en la voz de una mujer. Al día siguiente le llevó “Tarde lo conocí”.

Le comenzó a tararear: “Yo no pensé que usted me fuera a despertar/ esta gran ilusión que tengo yo que, que tengo yo/ yo no me imaginé que no te iba a encontrar/ ese tipo de hombre que quería yo, que quería yo”.

Le impactó a Patricia y siguió escuchando: “Cuánto diera por tenerlo/ mi vida, mi vida entera la daba/ por descubrir el misterio/ mi vida entera la daba…”

Se emocionó tanto la cantante que abrazó a Ómar Geles y le agradeció por entregarle semejante canción.

En efecto, a los pocos días, lo grabaron y en unas semanas era un tema nacional y ese 1994 se convirtió en la canción más sonada.

“Tarde lo conocí” le abrió las puertas al estrellato, le comenzaron a llamar para presentaciones en todo el país, los medios preguntaban quién era la rubia y alta mujer que interpretaba la canción y los musicales la buscaban.

Estaba en lo más alto de la popularidad cuando ese jueves 19 de enero se trasladaba de Barranquilla, donde había firmado varios contratos para el Carnaval y esperaba llegar a su casa para ver a su pequeño hijo de cuatro meses. Le acompañaban su esposo Víctor Sierra y los músicos Dairo del Cristo Renals y Billy Pertuz. Estaban conversando sobre próximas presentaciones en Villavicencio y otras ciudades.

Cuando pasaron a toda velocidad por Loma de Arena, cerca del popular cerro del Totumo, al vehículo se le estalló una rueda y se produjo el aparatoso accidente.

Páginas enteras se vieron en los periódicos, programas de radio y televisión comentaron todos los detalles de la vida de Patricia.

En el 2017 Caracol Televisión presentó la novela “Tarde lo conocí”, con altos rating de sintonía. Le leyenda continuaba.

“Nunca la podré olvidar”, comenta ahora Fernando López Henao.

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