Desde el año 2000, cada 18 de octubre es celebrado el Día Mundial de la Menopausia, instituido conjuntamente por la Organización Mundial de la Salud-OMS y la International Menopause Society-IMS. Su finalidad es crear conciencia sobre la importancia de la evaluación de la salud y la prevención de enfermedades entre las mujeres, durante este periodo de su vida. A partir del año 2011 lo conmemora la Asociación Colombiana de Menopausia-Asomenopausia.

Según el Dane, en Colombia la expectativa de vida de las mujeres en el 2020 era de 79,4 años y de los hombres de 73 años. Sabiendo que en promedio la menopausia llega a los 50 años de edad, las mujeres van a vivir más de la tercera parte de su vida en menopausia.  Actualmente nuestro país tiene más de 6 millones de mujeres mayores de 50 años.

LA SITUACIÓN Y OPCIONES TERAPÉUTICAS

Adriana Camero Lascano, presidente de la Asociación Colombiana de Menopausia, Capítulo Bogotá, describe así la llegada de esta situación a la vida de toda mujer: “Irregularidades menstruales, labilidad emocional, bochornos, dificultad en conciliar adecuadamente el sueño, rechazar las relaciones sexuales, son algunos de los síntomas que le hacen pensar a la mujer que su cuerpo está cambiando, que no es la misma de antes y que está llegando a una nueva etapa de la vida: la MENOPAUSIA (temida por algunas). Desafortunadamente, a pesar que ya llevamos 21 años de este siglo XXI, aún para muchas mujeres tiene una connotación negativa y se convierte en una verdadera carga”.

Agrega: “No sólo constituye el paso de la etapa reproductiva a la no reproductiva (ya no se está en la capacidad de tener hijos), con todos los efectos en el organismo que conllevan la disminución de la producción de estrógenos y otros esteroides sexuales, sino que se suman otras situaciones que impactan la vida de la mujer, la salida de los hijos de la casa (síndrome del nido vacío), el retiro de la vida laboral (por pensión de ella y de su pareja), el sentimiento de soledad, el no saber qué hacer con su vida, etc., por lo que representa una etapa real de ajustes en todo sentido”.

En concepto de la especialista, “es fundamental saber que existe un abanico de opciones terapéuticas que incluyen desde modificaciones en el estilo de vida, tales como: implementar rutinas de ejercicio, recomendaciones nutricionales, suspender algunos hábitos como el cigarrillo, el alcohol, la organización del tiempo libre y el manejo del estrés, etc., y las farmacológicas como la terapia hormonal de la menopausia (THM)”.

El objetivo de la THM es mejorar la calidad de vida, al impactar la sintomatología relacionada con la menopausia, considerando las prioridades para cada paciente y los riesgos individuales.

Adriana Camero Lascano, presidente de la Asociación Colombiana de Menopausia, Capítulo Bogotá.

NOVEDAD EN PULVERIZADOR TRANSDÉRMICO

Recuerda la presidente de Asomenopausia que mundialmente existen los estrógenos, disponibles en varias presentaciones:  orales como el estradiol micronizado, el valerato de estradiol y los estrógenos conjugados, transdérmicos o percutáneos en forma de parches, geles, spray, el anillo vaginal y los implantes subcutáneos y terapia local con estrógenos conjugados, estriol y promestrieno, algunos de ellos no los tenemos en nuestro país.

Este año llegó a Colombia el pulverizador transdérmico de estradiol, un avance importante, porque facilita la aplicación y dosificación para la paciente, evitando el metabolismo a nivel del hígado.  Con este tipo de aplicación en el antebrazo, hay una muy rápida absorción, haciendo más amigable esta terapia.

LA TERAPIA HORMONAL AYUDA ANTE EL COVID-19

En concepto de la especialista, la evidencia sugiere que los niveles de hormonas sexuales pueden influir en la función del sistema inmunológico contra la infección por SARS-CoV-2. Reduciendo así los efectos adversos de COVID-19, los estrógenos facilitan el balance de las enzimas convertidoras de angiotensina 1 y 2 (el virus se une a la ECA 2) y la modulación inmunológica, disminuyendo la tormenta de citoquinas y los riesgos de trombosis.

Las estadísticas de Covid han constatado mayor afectación de hombres que de mujeres con respecto a la presentación del Covid, ingreso a Uci y mortalidad. Cuando diferenciamos por edad, encontramos que antes de los 60 años hay cifras de mortalidad de 72% hombres vs 28% mujeres, pero después de esta edad se igualan las cifras, se piensa sea por la pérdida del efecto protector de los estrógenos.

Algunos estudios han demostrado de manera retrospectiva como el uso de la THM en pacientes con COVID 19 redujo el riesgo de muerte en un 50%, asegura la médica Camero Lascano.

Revela que durante la pandemia, “el confinamiento, las pacientes que se encuentran en esta etapa de sus vidas dejaron de asistir a sus controles por menopausia, no lo consideraron prioritario, muchas de ellas a pesar de las recomendaciones no continuaron con la THM, o no fue suministrado por sus prestadores de salud y lo peor de todo es que las medidas no farmacológicas relacionadas con el estilo de vida saludable como el ejercicio, la alimentación saludable, el empleo del tiempo libre, no las siguieron, conllevando a presentar incremento de peso, inestabilidad emocional, mayor estrés, agotamiento y exacerbación de las enfermedades crónicas, especialmente las de nivel cardiovascular. No podemos olvidar que la enfermedad cardiovascular es la primera causa de muerte en la mujer madura”.

LAS POSMENOPÁUSICAS Y LA PANDEMIA

Durante la pandemia en nuestro país, han sido llevados a cabo varios estudios en mujeres maduras, acogidos en importantes revistas científicas. Entre ellos están los del Grupo de Salud de la Mujer de la Universidad de Cartagena, Proyecto de Investigación Calidad de Vida en la Menopausia y Etnias Colombianas bajo Condiciones de Pandemia, liderado por el ginecólogo Álvaro Monterrosa, encontrando que en mujeres posmenopáusicas 65,1% de ellas han afrontado problemas de sueño, y en forma severa el 10.1%. Además de soledad emocional, social y general en 4 de cada 10 mujeres, con factores asociados de alto miedo al COVID-19, deterioro severo de la calidad de vida e impacto a nivel psicológico y urogenital.

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