Onu Noticias. Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud y la London School of Hygiene & Tropical Medicine revela el alarmante impacto mundial del estreptococo del grupo B -una bacteria común que puede transmitirse en el útero, durante el parto o en las primeras semanas de vida-, que provoca alrededor de 150.000 muertes de bebés cada año, más de medio millón de nacimientos prematuros y una importante discapacidad a largo plazo.

El informe llama al desarrollo urgente de vacunas maternas contra la bacteria que serviría para reducir el número de muertes y, a su vez, destacan su alto potencial rentable en todas las regiones del mundo.

Aunque hay varias vacunas contra el estreptococo del grupo B en fase de desarrollo todavía no hay ninguna disponible, a pesar de llevar varias décadas en proyecto.

Se calcula que, si la vacuna estuviera al alcance de más del 70% de las mujeres embarazadas, se podrían evitar más de 50.000 muertes anuales relacionadas con el estreptococo B, así como más de 170.000 nacimientos prematuros

Según el informe, los beneficios monetarios netos derivados de un año de vacunación contra la infección podrían alcanzar los 17.000 millones de dólares, acumulados a lo largo de varios años, si las vacunas tuvieran un precio asequible.Cada año, 140 millones de mujeres dan a luz. La mayoría de estos partos ocurren sin complicaciones. OMS/PAHOCada año, 140 millones de mujeres dan a luz. La mayoría de estos partos ocurren sin complicaciones.

Unos 20 millones de mujeres son portadoras de la bacteria

La nueva investigación cuantifica por primera vez la importante influencia del estreptococo del grupo B en los nacimientos prematuros, así como las deficiencias neurológicas -como la parálisis cerebral y la pérdida de audición y visión- que pueden producirse tras las infecciones asociadas a la bacteria.

Una media del 15% de las mujeres embarazadas de todo el mundo -cerca de 20 millones al año- son portadoras del estreptococo del grupo B en la vagina, aunque normalmente no ocasiona síntomas. La bacteria puede transmitirse al feto de la mujer embarazada, o a los recién nacidos durante el parto.

Si se detecta la bacteria durante el embarazo, el principal medio para prevenir la infección en los recién nacidos es la administración de profilaxis antibiótica a la mujer durante el parto.

Sin embargo, siguen existiendo importantes riesgos para la salud, ya que es poco probable que esta medida prevenga la mayoría de los nacimientos de bebés muertos asociados al estreptococo del grupo B, los partos prematuros o a la enfermedad por la bacteria producida tras del nacimiento.

Hay que acelerar la creación de la vacuna

El estudio también destaca que la mayor incidencia de la infección se encuentra en los países de ingresos bajos y medios, donde el cribado y la administración de antibióticos durante el parto son más difíciles de implementar, y por lo tanto se necesita una vacuna con mayor urgencia.

Las tasas más elevadas de la infección se dan en el África subsahariana, donde ocurre cerca de la mitad de la incidencia mundial, y en Asia oriental y sudoriental.

El informe hace un llamamiento a los investigadores, a los fabricantes de vacunas y a los donantes a acelerar el desarrollo de una vacuna eficaz contra el estreptococo del grupo B que pueda administrarse a las mujeres embarazadas durante sus revisiones habituales.

Igualmente destaca la importante falta de datos “que generan cierta incertidumbre” relacionadas con a cantidad total de muertes y enfermedades causadas por la bacteria.

El estudio se presentó durante la conferencia mundial sobre el estreptococo del grupo B que la Organización Mundial de la Salud y la London School of Hygiene & Tropical celebran virtualmente del 3 al 5 de noviembre desde el Reino Unido.La OMS señala que las primeras 24 horas después del parto son las más peligrosas para los bebés y las madres. Foto: UNICEF/MarinovichLa OMS señala que las primeras 24 horas después del parto son las más peligrosas para los bebés y las madres. Foto: UNICEF/Marinovich

Impacto del estreptococo del grupo B durante 2020 en cifras

  • 700.000 mujeres embarazadas afectadas por el estreptococo del grupo B
  • 000 nacimientos prematuros asociados a la infección
  • 000 casos en bebés
  • 000 muertes de recién nacidos
  • Más de 46.000 nacidos muertos
  • 000 lactantes con deficiencias neurológicas tras infecciones asociadas a la bacteria

Reacciones al informe

El doctor Phillipp Lambach, Oficial Médico del departamento de Inmunización, Vacunas y Productos Biológicos de la Organización Mundial de la Salud, y autor del informe, señaló:

«Esta nueva investigación muestra que el estreptococo del grupo B es una amenaza importante e infravalorada para la supervivencia y el bienestar de los recién nacidos, que tiene efectos devastadores para muchas familias en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud se une a sus socios para pedir el desarrollo urgente de una vacuna contra el estreptococo del grupo B materno, que tendría profundos beneficios en países de todo el mundo».

La profesora Joy Lawn, directora del Centro de Salud Materno-Adolescente-Reproductiva e Infantil de la London School of Hygiene & Tropical, y colaboradora del informe, afirmó:

«La infección por estreptococos del grupo B supone un grave problema para todas las familias afectadas y en todos los países. La vacunación materna podría salvar la vida de cientos de miles de bebés en los próximos años; sin embargo, 30 años después de la primera propuesta, el mundo no ha conseguido una vacuna. Ha llegado el momento de actuar para proteger a los ciudadanos más vulnerables del mundo con una vacuna contra el estreptococo del grupo B».

La doctora Martina Lukong Baye, coordinadora del Programa Nacional Multisectorial de Lucha contra la Mortalidad Materna, Neonatal e Infantil del Ministerio de Salud Pública de Camerún, que también ha colaborado en el informe, declaró:

 «Una nueva vacuna materna contra el estreptococo del grupo B cambiaría las reglas del juego a la hora de reducir la mortalidad neonatal y materna en los países más afectados, especialmente en el África subsahariana, donde es alarmante la incidencia de estas muertes. Pedimos a todas las partes interesadas que traten esta cuestión como una emergencia moral».

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