Por Esteban Jaramillo

Noticia bomba, viral, para conmocionar el ambiente de Millonarios. Gamero afuera, adentro David González. Buena elección para calmar la crisis.

Como un relámpago con sus efectos, se movieron los dirigentes Serpa y Camacho, para surtir el cargo. La preferencia inicial fue Dudamel, pero este extralimitó sus exigencias económicas.

Surgió la ampliamente comentada, alternativa de González, en medio del barullo del mercado producido por el periodismo que, en asocio de los empresarios, puso a rodar nombres nunca analizados, hasta hacer el ridículo, en rocambolesco show.

El contratado es un entrenador sin títulos desde la raya, con finales a cuestas, como llegó Hernán Torres en 2012, para marcharse campeón.

Su salida intempestiva de su anterior club, tuvo las mismas aristas del portero Montero, cuando en 2021 abandonó con tempestad a “los pijaos”. De traicionero y desagradecido lo trataron. 

Ambos vieron grande a Millonarios y pequeño al Tolima. Lamentable, pero es una de las leyes no escritas en el fútbol: el pez grande se traga al chico.

Tiene, el otrora rockero, así lo llamaban cuando se coronó campeón con Medellín y jugó en el Cali, y usaba frondosa cabellera, la obligación de armar un equipo de alta competencia, como lo merecía Millonarios.

Así lo exige su caudalosa hinchada, sin concentrarse solo en la renovación de Falcao. Muchos puntos débiles existen en la nómina actual, lo que exige refuerzos inmediatos.

“El tigre”, astro goleador de antaño, un éxito comercial asegurado, no garantiza por sí solo el potencial del equipo. Sus efectos emocionales en la tribuna y en los negocios tienen la aprobación directiva, pero entre los aficionados muchos discuten su rendimiento deportivo.

El cargo de entrenador azul no es “pera en dulce”. Las cargas de estrés son grandes. Lo han padecido quienes antecedieron a Gamero, quien sacrificó dinero por calidad de vida, tras recibir palizas constantes de los hinchas y los medios partidarios, que poco recordaron sus éxitos y se ensañaron en sus equivocaciones.

Gamero dividió a la multitud embajadora. Su fútbol muchas veces fue alegre, técnico, colectivo, atacante. Su equipo llegó a ser el que mejor jugaba. De esa manera ganó un título y se movió entre los finalistas. Promovió jugadores, pero a estos, por desgracia, les falló la cabeza. Tantos inmaduros.

Sus asesores desde los escritorios no acertaron en los fichajes y las lesiones golpearon fuerte el proceso. Sus diseños se hicieron repetidos y los neutralizaron, cuando llegaron los sinsabores. Se hizo larga su estadía en el club, con fatiga en lo proyectado.

David González basa su juego en la pelota. En la posesión constructiva. En la ocupación de espacios en ataque y defensa, a través de la técnica del juego, con agresividad y velocidad por las bandas y el interior del campo.

Le encantan los volantes creadores, los zagueros grandes y vigorosos. Sus laterales de marca, son piezas estimadas en ofensiva.

¿Tiene Millonarios jugadores con estas características? ¿O debe empezar a explorar en el mercado?

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