Forman el tándem perfecto: los churros con chocolate llevan alegrando los desayunos de los madrileños desde tiempos inmemoriales. Los más famosos en nuestra ciudad son los de la centenaria Chocolatería San Ginés.

Por Silvia Roba esmadrid.com- Fotos Álvaro López del Cerro

En un pasadizo muy cerca de la Puerta del Sol. Ahí está desde 1894 la chocolatería más famosa de Madrid (©Álvaro López del Cerro).

Que los churros fueron inventados en Oriente y traídos a Europa por los portugueses puede que sea verdad. Pero qué raro se nos hace pensar que una fruta de sartén tan nuestra tenga unos orígenes tan lejanos… Hay otras teorías, como las que dicen que si se llaman así es por las ovejas churras que guiaban los pastores castellanos, que idearon este alimento para comer en el campo al calor de sus hogueras. Lo que sí que es cierto es que a mediados del siglo XIX ya formaban parte de nuestra dieta, a veces casi como golosina en las verbenas y otras como protagonista total en las cartas de los cafés y chocolaterías de moda.

Con solo ver su puerta ¡dan ganas de entrar! (©Álvaro López del Cerro).

Los churros más famosos de Madrid son los que prepara la Chocolatería San Ginés, en el pasasizo del mismo nombre, junto a la calle Arenal, o, lo que es lo mismo, a solo unos pasos de la Puerta del Sol y de la Plaza Mayor. El local que ocupa fue construido en el año 1890 para servir como mesón y hospedería, aunque solo cuatro años más tarde ya era lo que hoy es.

Un lugar estupendo para disfrutar de este particular dulce, que entonces se elaboraba con la técnica conocida como “a hombro”, porque era precisamente sobre él donde el churrero colocaba el molde para su preparación.

Valle-Inclán la inmortalizó en Luces de Bohemia (©Álvaro López del Cerro).

Huele bien, muy bien, en la Chocolatería San Ginés, donde pueden llegar a servir en un solo día 2000 chocolates y más de 10 000 churros. Para conseguir esta cifra ayuda que esté siempre abierta, 24 horas al día los 365 días del año. Entrar en ella es como viajar un poco en el tiempo… El verde de las paredes contrasta con el blanco de las mesas, que son de mármol. Cuenta con varios salones en los que podemos ver fotografías de sus clientes más famosos.

Una placa recuerda que en este establecimiento pensaba Valle-Inclán cuando hablaba de la Buñolería Modernista en Luces de Bohemia. El histórico arco que la une con la iglesia de San Ginés aparece también en los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós.

Su interior conserva todo el encanto de los cafés del siglo XIX (©Álvaro López del Cerro).

Puede que hoy sus mesas aparezcan pobladas de turistas atraídos por su fama y su delicioso olor, pero en otro tiempo era la bohemia quien se sentaba en ellas. Durante la Segunda República la chocolatería era conocida como La Escondida, por su ubicación en un callejón, aunque también hay quien la llamaba el Maxim’s golfo porque era el único local abierto cuando los cafés de la Puerta del Sol cerraban. Con el transcurrir de los años se convertiría en el preferido de todos aquellos que querían porlongar la noche después de asistir a una función de teatro.

Así preparan las ruedas de churros en San Ginés (©Álvaro López del Cerro).

Aunque en Madrid es más habitual comer churros en forma de lazo, los de aquí son más bien rectos porque, debido al volumen de trabajo, los realizan en grandes ruedas. Cada una da para unas doce raciones de seis churros. Es muy típico en Madrid venir hasta aquí a primerísima hora del 1 de enero para empezar de la mejor manera posible el Año Nuevo… Aunque tratándose del desayuno más castizo, cualquier día es bueno. Por eso, los maestros churreros de San Ginés nos han dado su receta para que, si no puedes pasarte por el local, al menos sepas cómo preparar unos auténticos churros con chocolate. ¡Está permitido mojar!

ELABORACIÓN

250 gr de harina de trigo

250 ml de agua

Una pizca de sal

Aceite de girasol

Lo primero que hay que hacer es poner el agua a hervir con la sal. Una vez que el agua haya empezado a hervir incorporamos la harina. Mezclar bien y dejar templar. Lo ideal es tener una churrera, que se puede adquirir fácilmente en tiendas especializadas en repostería. Usarla es muy sencillo: hay que introducir la masa y… ¡todo listo para fabricar churros! Lo más fácil es hacerlos en forma de palo. Calentamos el aceite a una temperatura medio-alta (nuestras freidoras están a 190º) y a freír.

El desayuno más castizo: churros con chocolate de la Chocolatería San Ginés (©Álvaro López del Cerro).

Silvia Roba es una periodista muy viajera, que ha recorrido el mundo para poder contárselo a los demás. Es responsable de contenidos de esMADRIDmagazine y coordinadora de Bloggin’ Madrid.

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