¿Qué tan preparados están los colegios en Colombia para las necesidades del presente y futuro? Esa es una pregunta que adquiere más relevancia en la actualidad, donde las necesidades profesionales están en constante transformación y bajo nuevos paradigmas.
La innovación ha sido uno de los pilares de actualización. En Colombia, especialmente en territorios carentes de recursos en materia educativa, se han impulsado iniciativas como los Centros de Interés en Ciencia, Tecnología e Innovación, que han beneficiado a más de 25.000 estudiantes y 1.430 docentes, cerrando brechas territoriales.
No obstante, los planteles educativos deben plantearse soluciones que van mucho más allá del despliegue de recursos tecnológicos. La flexibilidad y la inclusión deben hacer parte del modelo pedagógico actual. Así lo explica Verónica Más García, docente de la Maestría Oficial en Dirección, Liderazgo y Gestión de Centros Educativos de la Universidad Internacional de Valencia – VIU, perteneciente a la red de formación superior Planeta Formación y Universidades.
«Los centros educativos deben tener espacios donde se fomente el pensamiento crítico y creativo, además de estar abierto a la personalización del aprendizaje de todos/as sus estudiantes», explica. «Así mismo, es importante que se promuevan valores como la ciudadanía global, la ética digital y la sostenibilidad».

Nuevas metodologías y habilidades blandas
Para que un colegio esté alineado a las nuevas necesidades de la sociedad, debe haber una visión pedagógica centrada en el desarrollo integral del alumno, según explica la experta de VIU.
Para los colegios, es clave que haya una capacitación del profesorado en metodologías activas, así como brindarles la participación en comunidades prácticas donde ellos puedan compartir sus experiencias y fomentar la innovación pedagógica en la aplicación práctica en sus aulas, además de abrir espacios de creación donde el error pueda ser contemplado como parte del proceso de aprendizaje.
Asimismo, el currículum escolar debe estar diseñado para ir más allá de la realización de contenidos académicos tradicionales ajustados a las normas clásicas educativas. El programa educativo de un colegio actualizado debe aspirar a que los conocimientos y habilidades aprendidas tengan una aplicación en contextos reales.
Para hacer todo esto posible, existen metodologías innovadoras que los colegios pueden implementar en su día a día y cuyos resultados ya han sido ampliamente demostrados.
«Se pueden destacar el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), el DesignThinking y el Flipped Clasroom (clase invertida)», detalla la docente y experta de la Universidad Internacional de Valencia. «Todas ellas enfocan al estudiante como centro del proceso de aprendizaje, trabajando problemas reales, habilidades prácticas, fomentando el pensamiento crítico, la creatividad a la hora de resolver situaciones complejas y habilidades sociales para trabajar en equipos donde no hay una única visión posible».
La tecnología y su uso ético sigue siendo fundamental
Los recursos tecnológicos son y seguirán siendo una necesidad, de cara a una sociedad que está atravesada por ella en sus diferentes esferas. Su uso en los planteles educativos ha de contribuir y potenciar el proceso de enseñanza y aprendizaje, mas no sustituir jamás al profesorado y equipo directivo.
Para ello, los docentes deben estar formados en materia de competencia digital, y esto es una de las variables a tener en cuenta en el cierre de brechas digitales que se hacen en los diferentes territorios del país. Lograrlo dará resultados muy positivos.
«La tecnología puede ayudarnos a personalizar el aprendizaje de nuestros estudiantes, facilitar el acceso del alumnado a los diferentes recursos y materiales, facilitar el trabajo colaborativo, mejorar el proceso de evaluación y seguimiento, aumentar la motivación del alumnado y docentes, además de optimizar la gestión administrativa y más burocrática escolar», concluye la vocera de VIU.
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