El acné es una afección de la piel que sufre una gran mayoría de la población, pues el 80% de adolescentes y 40% de adultos del mundo la padecen. Se puede presentar en una variedad de sitios, aunque los más comunes son la cara, el tronco y la espalda. Si su piel es oleosa, es más proclive a que se presente, aunque también se manifiesta en pieles mixtas o secas.

El acné se puede presentar por varias causas, principalmente por componentes genéticos y hormonales. Si sus padres o familia cercana sufrieron de acné, tiene mayor probabilidad de desarrollarlo. Por otro lado, las causas hormonales están relacionadas a los cambios presentados en la adolescencia, el embarazo y los ciclos menstruales. Factores externos como el estrés también aumentan la producción de sebo en la piel, lo cual puede llegar a causar acné. Cuando éste se presenta en la adolescencia, se le conoce como acné primario y en la adultez como acné secundario. Se suele presentar de manera más temprana en mujeres que en hombres.

La doctora María Bernarda Durango, dermatóloga adscrita a Colsanitas, advierte que, en cuanto a las rutinas de cuidado de piel, no todas las fuentes son igual de fiables: “Las rutinas de cuidado de la piel que vemos en redes sociales, donde se recomiendan productos sin tener en cuenta si son adecuados o no para las necesidades de cada tipo de piel, pueden provocar o agravar el acné. Por esto, el cuidado de la piel y el tratamiento del acné debe ser orientado por un dermatólogo”.

A continuación, le presentamos una clasificación de tipos de acné según la edad en la que se presentan, tipo de manifestación y gravedad:

  • Acné neonatal: Se presenta en recién nacidos a raíz de la influencia de hormonas maternas. Se observa como pequeñas protuberancias rojas y suele desaparecer sin necesidad de intervenciones o cuidado.
  • Acné comedoniano: Generalmente conocidos como espinillas, es evidenciado por comedones abiertos (puntos blancos) o cerrados (puntos negros).
  • Acné vulgaris: Se refiere a la presencia de comedones abiertos, cerrados, pápulas (lesiones rojas elevadas) y pústulas (lesiones con pus).
  • Acné noduloquístico: Se refiere a la presencia de nódulos profundos y quistes con pus por debajo de la piel. Puede dejar cicatrices y causar dolor.
  • Acné conglobata: Incluye lesiones graves como nódulos, abscesos y quistes. Es una variante severa, pero poco común.
  • Acné fulminans: Presenta nódulos, úlceras y llagas, por lo que es una forma grave de acné que afecta principalmente a adolescentes. Puede traer consigo fiebre y malestar general.

En cuanto a la severidad del acné, hay tres tipos; leve, que implica aparición de comedones o espinillas, moderado, que trae consigo comedones y pápulas o pústulas, y severo, que presenta abundancia de lesiones mayores, como nódulos o quistes.

Como recomendación general, se aconseja no molestar, apretar ni frotar agresivamente lesiones de acné, porque puede llevar a infecciones que agraven la situación. El método con el que se trate el acné depende según estas clasificaciones. “En primer lugar, el acné se trata con medidas tópicas, como el uso de un limpiador, hidratante y protector solar adecuado para la piel acnéica. En el caso de tener un acné donde hay lesiones de comedones o espinillas, se realiza una limpieza facial profesional para extraerlos manualmente. En casos más graves, se toman las mismas medidas y se pueden recetar antibióticos, corticoides, algunos productos tópicos, como los retinoides, o medicamentos derivados, como la isotretinoína”, dice la doctora Durango.

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