Se habla del marrón, el gris o el negro en un extremo y del azul, el verde o el amarillo en el otro.

La tecnología, como herramienta, tiene extremos. La energía nuclear puede servir para destruir o para alimentar una ciudad. Lo mismo ocurre con la genética o con internet: todas tienen un lado amable y uno oscuro. Y la inteligencia artificial no es una excepción. Podemos usarla para descubrir nuevas terapias, mejorar los diagnósticos médicos o para preguntarle si somos más o menos inteligentes, dependiendo del color que nos guste.

Esto es lo que asegura un artículo publicado recientemente en el que se señala que, de acuerdo con la IA el azul es uno de los más vinculados a la inteligencia porque “puede mejorar la concentración y la productividad, lo que lo convierte en una elección popular entre los profesionales y académicos”.

También se cita al verde, propio de la “creatividad y el pensamiento innovador. La IA ha identificado que las personas que prefieren el verde tienden a ser más creativas y abiertas a nuevas ideas”. Otra opción es el amarillo, el color de la “sabiduría y la agilidad mental. Este color brillante y alegre puede estimular el cerebro y mejorar la memoria”. Y finalmente sugiere el morado como opción “inteligente”.

En el otro platillo de la balanza se encuentran el marrón (quienes lo eligen “tienden a obtener puntuaciones más bajas en pruebas de creatividad y resolución de problemas”), el gris (un color neutro que puede evocar sentimientos de indiferencia o falta de energía) y el negro, asociado con “sentimientos de pesimismo o negatividad”.

¿Es así? La realidad es que el artículo no cita ninguna fuente ni menciona qué inteligencia artificial (ChatGPT, Midjourney, Siri, Alexa…) realizó tales afirmaciones. Al mismo tiempo tenemos el problema de la percepción de los colores por parte de una IA. Los humanos percibimos los colores a partir de un complejo sistema que involucra física, óptica, y neurociencias, mientras que la IA recibe la información de los humanos: los algoritmos le muestran cómo y qué son los colores.

Finalmente, no hay consenso en la comunidad científica respecto a una relación entre colores e inteligencia. Sin embargo, en el área en la que una IA sí puede prestar una ayuda a la hora de detectar personas con características que relacionamos con la inteligencia (humor, creatividad, empatía…) es en el campo de los recursos humanos.

Sapia, una empresa que utiliza un software de IA para la contratación de personal ha publicado un estudio al respecto. “Todos los candidatos realizan una entrevista con un chatbot – explica el estudio -. Al no usar datos demográficos de otras fuentes, como los CV, el proceso no tiene en cuenta el género, la raza y las características que no son relevantes para la selección de candidatos.

La investigación valida la precisión del enfoque de IA. De modo que una IA puede ayudarnos a determinar ciertas características vinculadas a la inteligencia… al menos aquellas que los programadores le han dado.

Textos y fotos: www.elmundoalinstante.com

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