Por: Julián Escobar

El BD Bacatá fue un proyecto cuya concepción inició en 2008, su obra en 2011 y su entrega que debía realizarse para 2015, ya tenía un retraso. Clientes insatisfechos, periodistas desprestigiados, empresarios preocupados y un promotor llamado Venerando Lamelas, comprometido. Todo esto ocurría en un ambiente enrarecido donde el único que llevaba las de perder era Lamelas y este debía entregar el edificio en 2016.

Pero, del 2016 se corrió la fecha al 2017 para la entrega de las unidades. Nuevamente aparecieron las pautas en medios grandes, ahora con otro enfoque. El de comprometer a los medios aliados para ganar credibilidad y a personas de la farándula. Uno bastante curioso era el de un piloto que sobrevolaba un proyecto aliado, el BD Cartagena y antes de aterrizar decía:

  • Voy a circular por el BD Cartagena Beach. Como dice el doctor… “fantástico”-.

Curiosamente todos los audios, piezas de publicidad, etc. desaparecieron de los medios de comunicación que estuvieron involucrados en el cubrimiento como aliados y se encontraron en los repositorios de BD Promotores o en medios que fueron más neutrales hacia el proyecto. Quedan algunos pocos donde también participaron bastantes influenciadores de opinión afirmando que los proyectos de BD eran de “ensueño”, “fantásticos”, “extraordinarios” y lo más importante, eran una realidad.

Apoyar a Lamelas se vuelve imposible y la opinión en 2018 se le vuelve en contra luego de tres años de retrasos. Los medios que fueron aliados ya cuestionan al promotor, los inversionistas se sienten estafados, la fiducia debe salir a dar explicaciones y Venerando Lamelas se empieza a esconder de la opinión. Comienza un tema donde la fiduciaria dice que es culpa de BD Promotores y del lado de BD Promotores que es culpa de la fiduciaria los temas del fracaso del proyecto.

Comienzan los impagos de las amigables fidis, el proyecto empieza a perder credibilidad. Entra en reorganización la empresa de forma voluntaria. La fiduciaria se declara optimista. Pero acto seguido ocurren embargos a las cuentas de los promotores y para sorpresa de muchos, todas están en cero. Ha sido una obra inconclusa.

Los inversionistas tratan de que se les entregue el proyecto para salvarlo. En épocas de crisis por supuesto abundan los mesías con la verdad revelada sobre qué hacer. Sin embargo, a 2024 la obra sigue en construcción. Los pocos apartamentos que se entregaron terminan con problemas ya que la infraestructura del edificio causa apagones constantes, problemas de luz, agua y hay evidentes grietas en toda la estructura. Son difíciles de arrendar, con arrendatarios inconformes por fallas en electrodomésticos, causadas por bajones de corriente.

Las oficinas que se entregaron fueron sin acabados y ahora las facturas abundan para terminarlas y rescatar algo de efectivo. Demandar a una constructora quebrada se vuelve difícil ya que como parte de pago la única opción es entregar el edificio u otras propiedades que a la vez tienen deudas de más de 125 mil millones de pesos. Caso igual ocurre con el BD Cartagena y BD Marantus. Es todo un desastre.

Alguien que desapareció fue el presidente de BD Promotores, Venerando Lamelas. Su reputación ya era conocida por el fracaso del BD Bacatá y su última aparición en proyectos fue en Argentina donde promueve una fidi para un condominio vinícola llamado Tupungato Tierra de Vinos. Este desarrollo se dio muy distinto al original que planteaba una hacienda de producción de vinos de alta calidad, el cual, si bien tuvo un mejor desenlace que los proyectos de Colombia, no fue una hacienda con vinos de precios altos y autosostenible. No volvió a figurar en ningún proyecto.

Las lecciones del BD Bacatá y la forma en que el proyecto pasó de ser un éxito a un fracaso en un tiempo tan largo dejan lecciones para los posibles inversionistas. La primera es recordar que los proyectos deben ser realistas, no creer que se será millonario de un día a otro. Segundo, comprender los riesgos inherentes a figuras de titulación que suenan pomposas e inofensivas para luego descubrir que se estuvo desprotegido a muchos riesgos durante todo el proyecto, cuando lo que se vendió era algo que no correspondió nunca a la realidad.

Finalmente, el hecho de que estuvieron influenciadores, periodistas y famosos, para dar un aire de confianza, así como medios de comunicación muy reputados, debería ser un motivo para llamar a la calma y mantener una actitud objetiva ya que los que recomiendan sólo hacen eso: Recomendar. Años después con esquemas parecidos aparecieron otros proyectos de alta envergadura que terminaron en fracasos por sus expectativas ambiciosas pero irreales.

Lo que vendió Lamelas en sus varios proyectos inmobiliarios de BD: Bacatá, Cartagena y Marantus, fue algo atractivo al principio que terminó desfigurado y casi veinte años después de su planteamiento original, es el elefante blanco más alto de Colombia y sigue sin terminarse.

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