Por Hernán Alejandro Olano García

Con ocasión de la nueva serie de plataforma “El secuestro del vuelo 601”, de NETFLIX, basada en el libro Los condenados del aire, escrito por el periodista italiano, Massimo Di Ricco, que recuerda la retención, por más de sesenta horas de un avión de la Sociedad Aeronáutica de Medellín SAM (en la serie “Aero Bolívar) y de la audacia de una de las auxiliares de vuelo que según la trama logró liberar a un grupo significativo de pasajeros, debemos reseñar que la primera azafata de la historia fue la enfermera norteamericana Ellen Church, contratada en 1930 por la Boeing Air Transport. La segunda y, a su vez, la primera de Europa fue Nelly Hedwig Diener, tripulante de Swiss Air, quien pocos meses después del inicio de sus actividades, murió en el primer accidente aéreo de la compañía suiza, cuando solo tenía 22 años.

Muchas mujeres y hombres han estado como tripulantes de cabina en 112 años de historia del oficio y, tal vez, la azafata más famosa de la historia ha sido Lucía, sin que se conozca su apellido. Fue ese el nombre de la canción que Joan Manuel Serrat le compuso a una auxiliar de vuelo que le puso el freno de mano cuando el cantante quería sobrepasarse con ella en un vuelo mediante tocamientos indebidos: “Vuela esta canción / para ti Lucía, / la más bella historia de amor / que tuve y tendré…»

Fue la aerolínea española Iberia, la que en 1946 incorporó a las primeras auxiliares de vuelo, que inicialmente procedían de las principales heladerías de Madrid. Iberia puso un aviso en el diario ABC de la capital española, donde decían que buscaban jóvenes de alta sociedad, educadas y políglotas para un trabajo y, la primera muchacha en ser contratada fue María Encarnación «Marichín» Ruiz de Gámiz, marquesa de Ulzurrun y condesa de Casa Angulo. Luego se incorporaron Ana Marsans, Pilar Macías y María José Ugarte, quienes vestían un uniforme con falda y de corte militar, color azul oscuro y, en verano, el mismo modelo, de color blanco, pero elaborado no en paño, sino en tela de paracaídas. En 1947 se vinculó el primer azafato a esa compañía, Fernando Castillo, a quien, en el oficio de ‘cabin boys’ le antecedió el alemán Heinrich Kubis en 1912.

Se pensó en darles el denominativo de camareras, pero eso, según los fundadores de Iberia, espantaría a muchachas de la sociedad, así que le pidieron a la Real Academia Española RAE, crear un término y, apareció “provisora”, pero, el presidente de la Compañía seguía sin convencerse, así que una tarde, encontró un texto histórico donde se hablaba de las camareras de las reinas moras, denominadas “azafatas”, derivado del árabe “As-safat”, el pequeño canasto donde se depositaban las joyas reales y, como el funcionario sí tenía claro que los pasajeros iban a ser tratados como reyes, apareció esa denominación, que ha compartido con Tripulante de Cabina de Pasajeros (TCP),  ‘sky girls’, sobrecargo y ‘stewardess’.

En diferentes textos colombianos, se observa a la tripulación de vuelo del avión Boeing 247D C-145 (1938-1947), en el que se puede ver a las auxiliares de vuelo con “un traje sastre conformado por una camisa blanca, un saco de botonadura al frente con resabios de apariencia militar y una falda en línea A y un gorro usado de lado. Acompañado de calzado negro con tacones de aprox. 5 cm de alto. Estas mujeres llevaban el cabello corto y correctamente peinado cuando SCADTA se volvió AVIANCA en 1940. El uniforme constaba de un conjunto sastre de blusa blanca, falda línea A y saco con 3 botones en la parte delantera y gorro con visera. Todo en color caqui a excepción de los zapatos y la blusa”.

Uniformes de Iberia en 1954

Ya en 1954, en el caso de Iberia, ésta le encarga al diseñador valenciano Pedro Rodríguez, es el encargado de bajar el tono militar al vestuario de las azafatas, aunque conservando cierto estilo más estilizado y menos marcial, pero con el kepi. Estos modelos tuvieron una mayor evolución, cuando para el año 1968, la aerolínea le encarga al modisto Manuel Pertegaz un nuevo modelo de uniforme, llamado “Rosa Real”, por su color; este era realizado a la medida para cada aeromoza y se llamaba así por el color, incluyendo desde ese momento una capa del mismo color y material y, unos zapatos de tacón medio.

Los uniformes de AVIANCA en la década de los cincuenta van a tener influencia francesa, pues el uniforme constaba de una falda tipo Channel de color azul Francia por encima de la rodilla, una sobrechaqueta de manga ¾ y un gorro completamente circular y blusa blanca. En los años sesenta, llegaría al uniforme de las colombianas, la popular “ruana roja”, que además era sinónimo del excelente servicio de la época, “garantía y símbolo de la hospitalidad suramericana”, como se leía en los avisos de la empresa.

Uniforme de Iberia en 1977.

Posteriormente, en 1972, la “guerra” de los uniformes, que ya se vislumbraba en otras aerolíneas internacionales como Pan American, Air France, KLM, Aerolíneas Argentinas o Avianca, lleva a Iberia y a Aviaco a contratar separadamente al diseñador Elio Berhanyer, quien elabora para cada empresa diseños, que si bien compartían el mismo aire, se distinguían porque el de la primera llevaba zapatos y el de la otra abrigo tipo cosaco y botas altas, siempre acompañados de sombrero, lo cual llevó a que la IATA les concediera, dos años antes de su “puesta en servicio”, en 1970, el premio al mejor diseño. Berhanyer, en 1977 evoluciona en el diseño y le propone a Iberia que sus auxiliares lleven un sastre rosado, pero él mismo se da cuenta que no es operativo y, por tanto, en 1983 regresa a un sobrio diseño azul oscuro con ribete rojo. Para 1987 el modisto Alfredo Caral ganó el concurso de diseño y puso a lucir la falda amarilla con la chaqueta azul.

En Colombia, María Arelisse Velásquez Berrocal realizó en la universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, un estudio denominado “Cambios en la historia del vestuario de los auxiliares de vuelo en la trayectoria de la aviación comercial en Colombia desde 1919 hasta 2020”, para optar al título de Diseñadora de Vestuario, bajo la dirección de Ana María Sossa Londoño.

Allí, abordó los cambios del vestuario de los auxiliares de vuelo a partir de los conceptos de diseño de vestuario, auxiliar de vuelo y segregación por medio de un análisis del contexto histórico, político y social de la aviación comercial en Colombia, pues en la trayectoria de la aviación comercial, la iniciativa de crear empresas surgió desde 1919 en Manizales, luego con la Compañía Colombiana de Navegación Aérea, CCNA, en Medellín, el 26 de septiembre de 1919, y en Barranquilla, el 5 de diciembre de ese año, con la Sociedad Colombo-Alemana de Transportes Aéreos, SCADTA.

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