
¿Alguna vez has oído decir que solo usamos el 10% de nuestro cerebro?
Esta afirmación se ha repetido en libros de autoayuda, películas y hasta conferencias motivacionales, presentándose como una puerta abierta al desarrollo de “poderes ocultos” o al despertar de un potencial humano inexplorado. Pero ¿Qué hay de cierto en esto?
El origen del mito del 10%
Aunque no hay un único responsable identificado, se cree que la idea de que usamos solo el 10% del cerebro tiene raíces a finales del siglo XIX o principios del XX. Se ha atribuido erróneamente a figuras como Albert Einstein o al psicólogo William James, quien dijo que “la mayoría de nosotros no desarrolla todo su potencial mental”. Sin embargo, jamás afirmó que solo usamos el 10% del cerebro. A lo largo del tiempo, esta idea fue adoptada y exagerada por medios populares y autores sin base científica.
¿Qué dice la neurociencia?
Gracias a las modernas técnicas de neuroimagen, como la resonancia magnética funcional (fMRI), hoy sabemos que utilizamos prácticamente todas las regiones del cerebro, incluso cuando realizamos tareas simples. Aunque no todo el cerebro está activo al mismo tiempo (lo cual sería un signo de disfunción), diferentes zonas se activan según la actividad: leer, hablar, caminar, recordar, emocionarse o planificar.
Además, el cerebro humano consume alrededor del 20% de la energía del cuerpo, a pesar de representar solo el 2% de su peso. ¿Tiene sentido que algo tan costoso en términos energéticos esté en su mayoría inactivo?
La confusión entre “uso” y “potencial”
Una fuente de confusión frecuente es la diferencia entre usar el cerebro y aprovechar todo su potencial. Es cierto que muchas personas podrían desarrollar habilidades cognitivas, creativas o sociales de forma más eficiente —a través del aprendizaje, la experiencia y la práctica—, pero eso no implica que tengamos un 90% de cerebro “desconectado”.
En otras palabras: usamos todo el cerebro, pero no necesariamente de la forma más eficaz posible.
¿Y qué hay de los “superpoderes mentales”?
Películas como Lucy o Sin límites han explotado este mito para construir tramas atractivas sobre poderes psíquicos, memorización instantánea o fuerza sobrehumana. Si bien estas historias son entretenidas, no están respaldadas por la ciencia.
Los descubrimientos sobre la neuroplasticidad —la capacidad del cerebro para adaptarse y reconfigurarse— muestran que podemos mejorar habilidades, aprender nuevas cosas o recuperarnos de lesiones, pero dentro de los límites naturales del cerebro humano, no con poderes sobrenaturales.
La ciencia es clara: no usamos solo el 10% de nuestro cerebro, utilizamos prácticamente todo, aunque no siempre de forma simultánea ni optimizada. El verdadero reto no está en “despertar zonas dormidas”, sino en aprender a usar mejor lo que ya está en funcionamiento. La educación, la curiosidad y el entrenamiento cognitivo son las llaves reales para desarrollar el potencial humano, no una idea errónea repetida durante más de un siglo.
Textos y fotos: www.elmundoalinstante.com
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