Redacción Confidencial
Laureano Ortega Murillo, asumiendo un rol de canciller de facto, fue quien el 10 de diciembre de 2021 puso fin con su rúbrica a 31 años de congelamiento de relaciones diplomáticas entre Nicaragua y la República Popular de China.
Detrás de la firma del hijo del dictador Daniel Ortega, quedaba una atropellada ruptura diplomática con Taiwán –el más generoso donante del régimen durante sus primeros 14 años en el poder– y empezaba una lluvia de promesas de China que, un año después, solo se ha traducido en pequeñas dádivas y pocas ayudas misceláneas.PUBLICIDAD
Ortega Murillo, como “asesor presidencial para la Promoción de Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional”, también dirigió el acto de celebración oficial de la reanudación de las relaciones diplomáticas, que no contó con la asistencia de Daniel Ortega ni Rosario Murillo. La actividad, realizada este 8 de diciembre en el Teatro Nacional Rubén Darío, en Managua, fue una retórica vacía que reiteró promesas incumplidas animada por un concierto con melodías del folklore de ambos países.
“Para nosotros es una fecha muy especial. Ha sido un año de trabajo intenso entre la República Popular China y la República de Nicaragua en intercambios, cooperación, solidaridad en todos los momentos con Nicaragua y que ha sido recíproco”, dijo Laureano, tras agregar “el saludo fraterno” de sus padres.
Al acto asistió el embajador de China, Chen Xi. “La confianza política se ha consolidado cada día más, las cooperaciones de beneficio mutuo se han desarrollado fructíferamente, los intercambios culturales y humanísticos se han desenvuelto dinámicamente”, afirmó el diplomático, sin precisar detalles sobre ese fructífero dinamismo.
En términos concretos, la cooperación de la República Popular de China ha significado hasta ahora para Nicaragua la donación de 800 000 dosis de vacunas Sinopharm contra la covid-19, la entrega de seis contenedores con insumos médicos valorados en un poco más de un millón de dólares, la promesa de iniciar la construcción de 12 000 viviendas “de dos habitaciones y un piso” en el desempolvado proyecto de viviendas Bismarck Martínez, y la oferta de restauración de un centro de educación especial ubicado en la ciudad de León.
Pero los anuncios de que habrá un mayor flujo de cooperación e intercambio comercial han estado constantemente presentes en este vuelco diplomático del orteguismo, que significó la ruptura y expulsión de Taiwán, uno de los donantes más generosos y fieles del régimen.
Expertos en las relaciones de China continental con Occidente, consultados por CONFIDENCIAL, concuerdan que a un año del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, al poderoso dragón asiático no le ha interesado cargar con el maltrecho guardabarranco nicaragüense para elevarlo a los cielos de la prosperidad económica y comercial, como prometía la propaganda del régimen de Ortega y Murillo.
El politólogo Evan Ellis, profesor e investigador de estudios latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos, considera que el tipo de productos que Nicaragua puede proveer a China son, principalmente, frutas o insumos agrícolas, que necesitan ser enviados en contenedores refrigerados, por lo que no podrían competir con productos similares ofertados desde países más cercanos, como Filipinas o Malasia.
Margaret Myers, directora del programa de Asia y Latinoamérica en Diálogo Interamericano, agrega que “China busca establecer fuertes aliados políticos en toda la región, incluso en países con relaciones históricamente problemáticas con EE. UU.”.
Myers y Ellis coinciden en que el principal valor geopolítico de Nicaragua es como una pieza para erosionar la influencia estadounidense en Latinoamérica. Una pieza para perturbar a Estados Unidos. Algo para lo cual un régimen como Daniel Ortega se presta perfectamente.
“Los fuertes lazos con la región presumiblemente también ayudarán a China a promover sus amplios intereses, ya sea en lo que respecta a Taiwán, derechos humanos, cuestiones de gobernanza de internet u otros temas. Por ejemplo, Nicaragua ha sido un firme partidario de la agenda de China en derechos humanos, Hong Kong y otros asuntos”, añadió Myers.
Exportaciones a China entre las menos relevantes
El Informe de Comercio Exterior del Banco Central de Nicaragua señala que entre enero y noviembre de 2022, las exportaciones a China alcanzaron apenas los 11.3 millones de dólares.
En contraste, Estados Unidos, que es el mayor socio comercial de Nicaragua y con el que el régimen orteguista mantiene un abierto enfrentamiento político, registra en el mismo período 1425.9 millones de dólares en exportaciones.
Además, de todos los mercados asiáticos, China es el de menor importancia para las exportaciones nicaragüenses. El informe del Banco Central reporta que entre enero y noviembre de 2022, el principal mercado de Nicaragua en el continente más grande del mundo fue Corea del Sur, con 52.6 millones de dólares en exportaciones.
Tomando en cuenta que en 2021 las exportaciones hacia China apenas alcanzaron los tres millones de dólares, se puede establecer que porcentualmente si hubo un incremento considerable del 270% en 2022.
Sin embargo, los montos absolutos siguen siendo bajísimos, más aún, tomando en cuenta el peso de China como la segunda economía del mundo y el intercambio de Nicaragua con otros socios comerciales.
Por ejemplo, Taiwán, a quien el régimen orteguista prácticamente sacó a empujones del país, destinó 1051 millones dólares en 2021 para diversos proyectos de cooperación y financiamiento, algunos de los cuales todavía se siguen ejecutando a un año de la ruptura de relaciones diplomáticas.
Enorme brecha comercial entre China y Nicaragua
En contraste con las exportaciones, los registros del Banco Central también revelan que en 2022, China es el principal mercado en Asia para las importaciones de Nicaragua.
Los registros indican que de enero a noviembre de 2022, Nicaragua importó 798.3 millones de dólares en productos desde China. El segundo país asiático en importancia es India, con 144.2 millones de dólares importados en el mismo período.
Esto significa que existe una brecha comercial de 787 millones de dólares entre lo que Nicaragua le compra a China, con lo que apenas logramos vender en el mercado del gigante asiático.
Acuerdo de cosecha temprana no tuvo efectos en 2022
Durante el transcurso de este primer año de relaciones diplomáticas China-Nicaragua, se han dado dos eventos que buscan apuntalar el intercambio comercial entre ambos países.
El 7 de septiembre, la Asamblea Nacional –controlada por diputados de la dictadura y sus colaboracionistas políticos– aprobó el Acuerdo de Cosecha Temprana entre Nicaragua y China. Este promete incentivar el intercambio comercial de bienes de exportación e importación de Nicaragua con el gigante asiático.
Hay 66 productos e insumos de Nicaragua incorporados en este acuerdo. Entre estos destacan: carne bovina, langosta, cangrejos, camarones, langostinos, pepino de mar, frijoles rojos, garbanzos, lentillas, arvejas, maní, rones, camisetas, chaquetas, chalecos, pantalones, calzoncillos y artículos para vehículos.
En el caso de los productos provenientes de la República Popular de China, el acuerdo enviado al Legislativo detalla 78 insumos y productos del gigante asiático que entrarían al mercado nicaragüense con ventajas comerciales.
Entre estos productos destacan: arreglos florales, plántulas de hortalizas y tabaco, árboles, arbustos, cebollas, sardinas, maíz dulce, frijoles (alubias, judías, porotos, fréjoles), arvejas, salmones, sardinas, polvos para preparar golosinas, insecticidas, comidas para animales, juguetes, aguas minerales, pastas alimenticias, atún, pan tostado, galletas dulces, polvos para preparar panes dulces y preparaciones compuestas para bebidas, entre otros.
Programa de viviendas no arrancó en 2022
Hasta la fecha, el proyecto de cooperación más relevante prometido por China a Nicaragua es un programa de viviendas que supuestamente iniciaría en 2022, para abarcar 84 de los 153 municipios del país en tres años.
El programa fue anunciado con bombos y platillos por Rosario Murillo desde el 28 de enero de 2022 y fue firmado el 27 de abril, siempre por Laureano Ortega Murillo en representación de Nicaragua. El acuerdo es por 60 millones de dólares, financiados por la Agencia Internacional de Cooperación para el Desarrollo de China.
Sin embargo, fue hasta el 28 de agosto que se conoció durante un acto en el que participó Zhao Fengtao, vicepresidente de Agencia Internacional de Cooperación para el Desarrollo de China, que la primera fase del proyecto contemplaba la construcción de “920 viviendas de dos habitaciones y un solo piso en la ciudad de Managua”.
Fengtao añadió que el programa proyectaba construir 12 034 viviendas bajo una “modalidad de cooperación no reembolsable”, lo significa que estas serían donadas. Fue la última información que se supo públicamente sobre este programa.
La investigadora Myers, de Diálogo Interamericano, no descarta que en 2023 se den avances en esta iniciativa de viviendas sociales. “Esto es similar al tipo de asistencia que China ha ofrecido a Venezuela en el pasado”, comparó.
La última donación hecha por China apuntó hacia la principal herida que actualmente desgarra a Nicaragua. Laureano Ortega Murillo, siempre en representación, recibió en la sede de la Policía de la dictadura una cantidad no determinada de pertrechos para los antimotines, la principal estructura represiva de la Policía y principal responsable de la violencia y muertes durante la represión a las protestas de 2018.
El hijo del dictador agradeció el donativo diciendo que era un aporte de China para “garantizar la paz en Nicaragua”, algo que, en términos reales, significa un espaldarazo del dragón asiático para perpetuar el estado policial de facto en la tierra del maltrecho guardabarranco nicaragüense.
Régimen anuncia apuradas pláticas para un TLC
La otra iniciativa promovida por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo para aparentar un dinamismo comercial entre China y Nicaragua son las apresuradas negociaciones de un Tratado de Libre Comercio.
Este acuerdo estaría listo para ser aprobado por la Asamblea Nacional del régimen en el primer trimestre de 2023, a diferencia de los TLC con Estados Unidos y la Unión Europea, cuyas negociaciones duraron varios años.
Según las mismas autoridades económicas de la dictadura, las negociaciones del TLC entre China y Nicaragua iniciaron a finales de septiembre de 2022, sin que se conozcan detalles de estas pláticas, debido al hermetismo con el que actúa el régimen orteguista.
Luego del anuncio, operadores del régimen comenzaron a alabar la rapidez de estas negociaciones y sus supuestas bondades por encima de los TLC firmados con Europa y Estados Unidos.
Operadores de la dictadura fustigan TLC con EE. UU.
El diputado de la dictadura orteguista y presidente de la Comisión Económica de la Asamblea Nacional, Wálmaro Gutiérrez, resaltó en una intervención: “Lo que en otros acuerdos nos llevaba cinco años de negociaciones, estas nos van a llevar unos pocos meses, lo que demuestra la voluntad política del Gobierno de China”. Posteriormente, fustigó el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, aduciendo que ha sido utilizado como un instrumento de presión política y diplomática para “interferir en los asuntos internos y menoscabar la soberanía de los países”.
“Este acuerdo de cosecha temprana y el TLC nos permitirán diversificar las exportaciones de Nicaragua y de esta forma ya no dependerá de un solo mercado, además que productos de la canasta exportadora de Nicaragua y otros insumos podrán entrar con tasa cero de aranceles al principal mercado consumidor del mundo”, subrayó el diputado, sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por su rol como operador político del régimen.
Prioridades de Pekín no pasan por Managua
Los especialistas consideran que el anuncio de estos acuerdos comerciales, cuyos efectos todavía no son percibidos por la economía nicaragüense, y el resto de la ayuda miscelánea aportada, indican que –al menos hasta la fecha– las prioridades económicas de Pekín no pasan por Managua.
El politólogo Evan Ellis, profesor e investigador de estudios latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de Estados Unidos y experto en el tema de relaciones entre China y el Occidente, afirma que el patrón de comportamiento económico del país asiático es similar a lo ocurrido con Costa Rica, Panamá, República Dominicana y El Salvador, con una interesante salvedad: al menos los aportes entregados a estos países en inversiones o proyectos donados directamente, son bastante superiores a lo recibido hasta ahora por Nicaragua.
“Hay un aumento en ‘comercio bilateral’ después del reconocimiento diplomático, principalmente un aumento en importaciones de bienes y servicios desde la República Popular de China, dado a la apertura del mercado local. Este impacto en términos netos es generalmente un perjuicio para la mayoría de los empresarios locales”, advirtió el profesor Ellis.
“Un eventual aumento en las exportaciones hacia China, centrado en productos tradicionales, en estos casos ocurren en escalas pequeñas gracias a arreglos especiales hechos por el Gobierno de China para mostrar un ‘beneficio’ simbólico, generalmente está asociado con las élites políticamente conectadas y sus empresas de exportación, y generalmente desaparecen después de los primeros dos a tres años” subrayó.
Además, reiteró que Nicaragua enfrenta graves limitantes por lo que denominó “la falta de conocimiento y la infraestructura necesaria para penetrar un mercado como el chino”.
2022 culmina sin evidencias de mejora en intercambio comercial
Margaret Myers, directora del programa de Asia y Latinoamérica en el reconocido centro de pensamiento Diálogo Interamericano y una de las mayores estudiosas de los vínculos de China con la región, afirma que no existen evidencias que indiquen que las relaciones comerciales de este país con Nicaragua vayan a experimentar un cambio sustancial en el futuro.
“No hay mucha evidencia que sugiera que el establecimiento de relaciones diplomáticas formales con China conducirá necesariamente a un comercio bilateral más expansivo. Esto ha sucedido en algunos casos, debido a acuerdos comerciales bilaterales o esfuerzos para acelerar la aprobación china de productos extranjeros específicos. Pero en otros casos, las relaciones comerciales no han cambiado mucho”, precisó.
Myers incluso expresó sus reservas sobre si la aprobación del TLC con China dinamizará las relaciones comerciales con Nicaragua. “Un acuerdo de libre comercio con Nicaragua muy bien puede impulsar las exportaciones de Nicaragua a China, aunque mucho depende de lo que se incluya en el acuerdo y cómo esté estructurado. Al final, el alcance del comercio bilateral seguirá estando determinado por la complementariedad comercial y la competitividad de las exportaciones nicaragüenses”, resaltó.
Esta posibilidad de crecimiento, de acuerdo a la especialista, depende de cómo se pueda despertar el interés de los compradores chinos en determinados productos nicaragüenses.
“Es posible que veamos un cierto crecimiento en las exportaciones de productos nicaragüenses, a medida que los compradores chinos desarrollen interés en estos productos y comiencen a formar asociaciones con los proveedores. Pero aparte de los aranceles, mucho aún depende de los costos asociados con el transporte de productos nicaragüenses, como el café, a China. Y la medida en que Nicaragua puede competir con proveedores establecidos y geográficamente más cercanos”, destacó Myers.
Desinterés de China en represalia con los Ortega Murillo
El profesor Ellis, por su parte, observa que parte del desinterés de China con Nicaragua se debe a que, aunque políticamente reciban con afecto el apoyo ideológico y diplomático de Nicaragua, existe “resentimiento” por la forma en que han actuado los Ortega-Murillo.
“Hay que notar que el resentimiento por el Gobierno chino podría haber contribuido a la falta de éxito en realizar más progreso en el mercado chino. China entiende muy bien que los Ortega esperaron hasta la última hora posible para buscar una reanudación de relaciones diplomáticas, al estar amenazados por las sanciones occidentales y después de haber sacado provecho por tantos años de la generosidad de los taiwaneses”, subrayó.
Esta aparente desesperación política del régimen orteguista por mostrar su fidelidad política a China quedó evidenciada cuando intentó crear una crisis diplomática por la visita a finales de julio pasado, de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán.
El régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo condenó “enérgicamente” la visita, a la que calificó de “provocación”. El Gobierno nicaragüense fue el único aliado de China en Latinoamérica que criticó públicamente la gira de la alta funcionaria estadounidense.
Sin indicios de un proyecto de envergadura
El profesor Ellis destacó la ausencia de proyectos de envergadura y tangibles para Nicaragua.
“Si comparamos con los otros casos de abandono a Taiwán que hemos visto en los últimos años como Costa Rica, Panamá, República Dominicana, y El Salvador, Nicaragua es quizás el país que menos ha recibido, tanto en promesas, como en lo tangible. Para mí, la falta de un regalo de obra tangible, como un estadio, es parte del desprecio sutil que la República Popular de China muestra a los Ortega por haber esperado tanto tiempo”, resaltó.
“Es posible que después de hacer sufrir a los Ortega para enseñarles una lección, en el 2023 los chinos van a tirar a los Ortega algún regalo. No veo por ahora que proyectos grandes como el Canal de Nicaragua sean rentables, ni factibles, para una China cuyas empresas tienen severos problemas con endeudamiento con malas proyectos de construcción de antes”, agregó Ellis.
El politólogo reveló que una idea que podría atraer el interés es probablemente alguna estrategia conjunta entre Honduras, Nicaragua y El Salvador para explotar el Golfo de Fonseca.
“Es que la situación comercial y política de Nicaragua, la corrupción y falta de seguridad jurídica tampoco inspiran confianza para que los chinos vayan a arriesgar mucha plata en un proyecto de infraestructura por ahora”, opinó.
“Es posible que, si la República Popular de China logra convencer al Gobierno de Honduras, algo podría ocurrir en el golfo de Fonseca. Un área estratégica compartida entre El Salvador, Honduras y Nicaragua, con una combinación de un puerto y un corredor seco con conexión Pacífico-Atlántico, pero no veo la posibilidad de proyectos grandes y comerciales de China en Nicaragua por ahora”, afirmó el investigador.
Nicaragua tiene más valor estratégico que comercial
El profesor Ellis no descarta que Nicaragua se convierta en una pieza que se preste a apoyar a China en eventuales operaciones militares, algo que también ve posible con Rusia.
“El valor de Nicaragua para China es más estratégico que comercial. Es un país anti-EE. UU., con proximidad a los EE. UU., que ofrece cierto terreno estratégico en cuanto a acceso a puertos y otros tipos de cooperación militar. Esto incluye una probable cooperación entre Nicaragua y China en una posible guerra por el futuro sobre Taiwán”, estimó.
“En un corto plazo, Nicaragua presenta cierta utilidad a China en su cooperación con Rusia, Cuba e Irán y en sus actividades como parte del ala autoritaria radical de la izquierda norteamericana, lo que presenta una distracción estratégica para EE. UU. Pero de todo este valor estratégico, me temo que quien menos se va a beneficiar, es el pueblo de Nicaragua”, advirtió el politólogo.
China también incumple promesas en Centroamérica
Atractivos megaproyectos y grandes intercambios comerciales que dinamicen sus economías son las promesas en las que descansa la estrategia diplomática de la República Popular de China para atraer países a su redil, y de paso, que estos rompan relaciones con Taiwán, la “isla rebelde” que el gigante asiático reclama como propia.
Bajo la política exterior de “una sola China”, que considera a Taiwán una parte inalienable de su territorio, el país no acepta tener relaciones con las naciones que reconocen a la isla como una nación independiente.
Cuatro países de Centroamérica han dado la espalda a Taiwán atraídos por el poderío económico del dragón chino: Panamá, Costa Rica, El Salvador, y el caso más reciente: Nicaragua.
Solamente Guatemala, Belice y Honduras mantienen relaciones diplomáticas con Taiwán, con la salvedad de que la mandataria hondureña Xiomara Castro, prometió en su campaña electoral establecer los vínculos con China continental, aunque a la fecha no lo ha cumplido.
Grandes promesas: refinerías, puertos y ferrocarriles
Sin embargo, tampoco se han cumplido las millonarias promesas que hizo China para lograr que estos países dieran la espalda a Taiwán.
En el caso de Costa Rica, el decantamiento a favor de China continental en 2017 fue acompañado de la promesa de la construcción de un nuevo Estadio Nacional de Fútbol, una refinería petrolera y la inversión una carretera hacia Puerto Limón, en el Caribe costarricense.
También hubo promesas de inversiones en hidroeléctricas y un “boom” de turismo chino. Cinco años después, lo único que se ha concretado es la construcción del Estadio Nacional, que tuvo un costo de 111 millones de dólares, mientras en la ampliación a la carretera a Limón persisten los retrasos.
En Panamá, el restablecimiento de relaciones diplomáticas vino acompañado de la promesa de financiamiento por 4100 millones de dólares para la construcción de un tren de alta velocidad para pasajeros y carga. Con un tramo de 391.3 kilómetros de longitud, este atravesaría por tierra, túneles y puentes las provincias de Panamá, Coclé, Herrera Veraguas y Chiriquí. El acuerdo fue firmado por el entonces presidente Juan Carlos Varela y el líder chino Xi Jinping en 2019. A la fecha, el proyecto sigue estancado en el desarrollo de los estudios de factibilidad.
En noviembre de 2018, el entonces presidente salvadoreño Salvador Sánchez Cerén –quien está asilado junto a su familia en Nicaragua, huyendo de los procesos judiciales en su contra– rompió con Taiwán a cambio de la promesa china de insertar al país centroamericano en la denominada “Nuevas Rutas de la Seda”.
Los dos países firmaron acuerdos de cooperación y de inversión en infraestructuras terrestres, portuarias y ferroviarias, que cambiarían por completo el paisaje económico de la nación. A la fecha, China no ha concretado una sola inversión en pos de esta iniciativa.
Taiwán queda con pocas opciones
En el resto de Latinoamérica, Taiwán solamente está reconocida por Paraguay y los estados caribeños de San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y Las Granadinas.
El primer ministro de esta pequeña isla, Ralph Gonsalves, –llamado por Rosario Murillo el “tío Ralph” en una visita para el aniversario de la Revolución Popular Sandinista, el 19 de julio de 2022– estuvo en Taiwán menos de un mes después de su paso por Nicaragua, para reafirmar sus lazos de cooperación, mientras su “sobrino” Daniel Ortega seguía despotricando por la rebeldía de la isla en contra de la política de una “sola China”.
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