Por Mauricio Salgado Castilla mslagado@xmaseducacion.com #genplata

El capitán de origen portugués, Jácome Bruges, nunca había experimentado una emergencia como aquella, a pesar de sus largos años en el mar. En una noche sin luna y sin la posibilidad de guiarse como los antepasados, debido a la oscuridad y la ausencia de estrellas, ocultas tras las nubes; justo en aquel punto en el que el mar no tiene nombre, porque es la unión de los océanos Atlántico y Pacífico, al extremo del Cabo de Hornos al sur del continente americano; su buque había sufrido una descarga eléctrica en medio de la tormenta. Todos los sistemas de navegación del siglo XXI que poseía la nave se averiaron de manera considerable, incluso la brújula de alta tecnología por GPS, convertida ahora en otra pieza más del inservible gigantesco tablero.

Al inicio, este parecía otro viaje más por esas turbulentas aguas, al capitán Bruges no le importaban las condiciones del clima y era habitual que el equipo de navegantes determinara la ruta con seguridad gracias a la tecnología de punta. Sin embargo, ahora no tenían más que una antigua brújula y las mismas rocas que habían hecho naufragar al geógrafo Hernando de Magallanes en 1520, podían estar a escasos metros del casco de acero de la nave. Si bien no se hundiría como el Titanic, podían quedar gravemente encallados en esas aguas, donde difícilmente los remolcadores podrían ayudarles.

Las miradas de quienes estaban en el puente de mando reflejaban gran preocupación. No obstante, este sentimiento se transformó en un gran alivio cuando, de pronto, un pequeño punto luminoso apareció hacia el norte y, luego, de manera intermitente los empezó a acompañar. Era el Faro del Fin del Mundo, como lo llamó en su novela Julio Verne en 1901. Ya no estaban en la misma situación de Magallanes. Inmediatamente, el primer oficial y el navegante pudieron determinar exactamente dónde estaban y, así, corregir algunos grados el rumbo, alejándose del desastre.

Una pequeña luz, sin importar la intensidad de su brillo, es todo lo que hace falta para cambiar el rumbo y, por qué no, la vida misma. Entonces, puede decirse que no importa cuántos títulos, conocimientos y riquezas se hayan adquirido en la vida o qué tantos recursos se tengan en una empresa, si no se sabe con claridad hacía dónde ir las decisiones que se tomen no serán asertivas, llevando a vidas sin sentido, matizadas con tristezas y a empresas que simplemente desaparecen.  

Actualmente, en todas las culturas, países, empresas y en las familias se tiene un gran temor por las noticias falsas, el mal uso de las redes sociales y los peligros que pueden encontrarse en el día a día, porque, sin duda alguna, hay personas y organizaciones dedicadas a confundir, manipular e influir indebidamente en los otros.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) disponibles actualmente han maximizado todo tipo de datos que no necesariamente son veraces, convirtiéndose en desinformación y manipulación política, esto no es nuevo, ya en siglo XVI Nicolás Maquiavelo (Florencia, Italia, 1469-1527) lo hizo profusamente, ahora las TIC solo lo han maximizado. Ahora, por ejemplo, alguien en Rusia a miles de kilómetros, puede crear mensajes y cambiar lo que se piensa ya sea en los Estados Unidos, Europa o Colombia.

Misterio en el Faro del Fin del Mundo – Tierra de Enigmas
El faro del fin del mundo.

En este contexto las relaciones sociales, el modelo económico, la educación, las familias y la política se viven de acuerdo a los intereses de unos pocos, que no necesariamente buscan el bienestar de la mayoría. Campañas para generar odio y miedo, se han creado para inducir a las personas a actuar, ya sea siguiendo retos absurdos en Tik Tok o promoviendo acciones que van contra sí mismos, o de otros por el solo hecho de pensar diferente.

Se vive, entonces, en una época de desasosiego, y es imperativo pensar en un nuevo modelo de vida que lleve a un futuro mejor, construyendo una nueva narrativa, en la cual las palabras sean coherentes con los hechos y el hacer que si busque el bienestar propio y de los otros. No se puede seguir sobreviviendo o coleccionando experiencias como si el mañana no existiera.

Una ventana con el cristal roto y adherido con cinta sigue sirviendo, pero se necesita otro; hace falta un vidriero que traiga un nuevo cristal, tal vez con algunos ajustes adicionales para que no se vuelva a romper fácilmente. En la actualidad seguimos usando métodos de comunicación rotos, que ya no cumplen su función, la educación y el discurso político imperante es para otra era y las soluciones propuestas no son viables, pues no son coherentes con las necesidades, los recursos disponibles y realidades de la mayoría de la población.

Además, el dinero se ha convertido en el organizador de la vida, de modo que se hace todo por tenerlo, sin importar los medios. Como consecuencia, la corrupción, pertenecer a grupos fuera de la ley y los negocios ilegales son los modelos más buscados.

Ante este panorama urge encontrar nuevos organizadores, nuevos símbolos que unan, motiven e inspiren. Así, una de las tareas definitivas de la educación es la formación de criterio para que las decisiones que se tomen sean asertivas, pero ¿qué sucede con las personas que ya no están en las etapas de escolaridad formal?, ¿cómo forman su criterio?

En esta línea, se ha creado un faro, una luz que vale la pena seguir, como lo hacen los marinos en situaciones de peligro y oscuridad. Recursos en diferentes formatos que responden a las diferentes formas de aprender, consistentes en: podcasts, cursos virtuales de capacitación no formal y artículos como este.  

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La misma tecnología que ofrece peligros brinda, también, oportunidades para la formación de manera efectiva y a bajo costo. Específicamente se consideran los pódcasts, transmisiones asequibles y gratuitos para la gran mayoría. Se trata de programas con episodios en formato de audio que se encuentran disponibles en muchas plataformas, como Spotify y Apple Cast, las cuales se usan, también, para escuchar música, se pueden descargar de tal forma que no tenga que tener conexión a internet para poder escucharlos cuando tenga tiempo de hacerlo. Existen todo tipo de programas, aunque, obviamente, no todos construyen conocimiento ni son adecuados para todo público, la mayoría si lo son.

Este Faro proyecta una luz en forma de podcast, que vale la pena seguir, está constituida, principalmente, por entrevistas amenas con personas de las que vale la pena aprender, de generaciones diversas y con profesiones, artes y oficios distintos, las cuales son fáciles de escuchar en diferentes ambientes y a cualquier hora. Desde hace un año se dispone de dos podcasts: Xmaseducacion y Xmasempresas.

El pódcast Xmaseducacion responde a las apremiantes necesidades de las personas, las familias y el sector educativo para formar en valores y desarrollar criterio, propiciándose una Conducta Individual Responsable (CIR) que mitigue el flagelo del matoneo, las noticias falsas, la desigualdad y el bajo nivel de la educación. En los diversos episodios se presentan propuestas del estado del arte que desarrollan competencias socioemocionales y pedagogías que motivan y satisfacen las necesidades de bienestar personal y laboral de este siglo.

El otro podcast, Xmasempresas, satisface las necesidades de emprendedores, empresas y personas para alcanzar la competitividad permanente a partir de la estrategia, la innovación y la capacitación para crear culturas con Conducta Empresarial Responsable (CER). Para ello se conversa en torno a la economía circular, el desarrollo sustentable y las prácticas empresariales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el 2030, planteados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Son ya muchas personas de regiones y países tan diversos, como poblaciones en el río Amazonas, en el Cabo de la Vela (Guajira), Caldono (Cauca), Antigua (Guatemala), Barcelona (España), Corpus Christi y Houston (Estados Unidos), Londres (Inglaterra), Gotemburgo (Suecia) que acceden a los artículos, escuchan los podcasts y participan activamente en los cursos cortos.

Son grandes los retos a nivel personal y social que es necesario resolver, pero si trabajamos hacia un faro valido que posibilite construir un mejor bienestar para todos, entonces lo lograremos, esto es ser parte del #genplata.

¿Listo para seguir a un faro para construir una vida mejor?

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