Por James Fuentes

Se le sentía la calle, pero nunca perdió la elegancia. Hace unas horas se confirmó la muerte de don Rafael Ithier a sus 99 años. El legendario músico, que ya se había retirado de las giras internacionales por salud, parte a la eternidad.

Don Ithier era muy querido por sus colegas. Era habitual oír a otros cantantes y agrupaciones saludarlo en sus canciones. Rubén Blades, Roberto Lugo y El Conjunto Quisqueya le dedicaron un tema titulado “Homenaje a Rafael Ithier”. También lo hicieron Richie Ray & Bobby Cruz en el número musical “La vieja reguetona”, donde Bobby exclama: “¡Rafael Ithier, volvió la salsa con reguetón!”. A su vez, en el solo de piano de la canción “El barbero loco” de El Gran Combo, se escucha a Andy Montañez —cantante de la agrupación en aquel entonces— decir: “Y con ustedes, el hombre que recorta, afeita y rasura las blancas y las negras… ¡Rafael!”.

En una ocasión, los amigos de la compañía Combo Records, de don Rafi Cartagena, me invitaron a un concierto en el coliseo de Sogamoso, Boyacá. La orquesta telonera era un grupo de jovencitos de ese municipio. Cuando El Gran Combo subió a su show, el pianista de aquel grupo juvenil gritaba desde el frente de la tarima “¡Yo quiero tocar el piano!”. Al terminar la canción, don Ithier tomó el micrófono e invitó al joven a tocar en su lugar (don Rafael era el pianista titular). Ese muchacho interpretó cerca de cuatro canciones esa noche y no lo podía creer, todo gracias al guiño del viejo.

Resulta que tras el lanzamiento de Brujería en versión reguetón por Yaga & Mackie, un periodista inocente —o muy atrevido— le preguntó a Don Rafael Ithier en una rueda de prensa qué opinaba de su ‘debut’ en el género urbano. Don Rafa, que estaba de traje entero y corbata, perdió el glamour por un segundo. Se paró ‘encojonado’ y dejó claro que la Universidad de la Salsa no habría facultad de perreo: ‘¡El Gran Combo no ha grabado reguetón, y nunca lo vamos a hacer!’.

Tuve el honor de presentarlo en muchas oportunidades a través de las 15 emisoras que he laborado en mi vida. Enmarcaré la foto con él y la llevaré a la sala de mi casa con orgullo.

Descansa en paz don Ithier, como dijo Robespierre “La muerte es el comienzo de la inmortalidad.”

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