Por Guillermo Romero Salamanca
En Sevilla no se ponen de acuerdo sobre cuál es el color de la ciudad. Unos dicen que es ocre, otros que albero, unos más amarillo quemado y hay quienes sostienen que todo depende de la edad con que se mire.
Sevilla es mágica, es historia, es placer con su sol, un mar de historia repleto de conocimiento permanente.
Cada esquina, calle, templo, museo, muro u suelo guardan reliquias de las aventuras más sorprendentes. Por donde se camine en esta ciudad se encuentra con la historia. Por fortuna, los sevillanos saben lo que tienen y cuidan desde las baldosas romanas –como lo hizo la Duquesa de Sevilla– hasta su río Guadalquivir, sus museos, sus tradiciones, su gastronomía que la convierten en arte y la sonrisa franca, sincera y abierta de sus mujeres.
Sevilla es una ciudad donde se hace realidad lo que parece imposible. Una ciudad en la que los sueños se cumplen.
Primero se debe conocer el mayor templo gótico de la historia. «Hagamos una Iglesia que los que la vieren labrada nos tengan por locos’, así tradujo el pueblo lo que determinaron los canónigos de Sevilla en 1401. La Catedral de Sevilla, declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad, es la más grande del mundo en estilo gótico y el tercer templo del cristianismo.
Sus números son abrumadores: 5 naves, 68 bóvedas, 116 metros de largo, 76 metros de ancho y hasta 37 metros de altura, además del mayor retablo de la cristiandad y la torre campanario emblema de la ciudad: La Giralda, con 104 metros de altura y 25 campanas.
LA CIUDAD DEL HONGO GIGANTE
Se puede Caminar por un hongo gigante. Cuando fue construido recibió millones de críticas, pero luego se dieron cuenta de la majestuosidad del monumento.
El Metropol Parasol es la estructura de madera más grande del mundo. Conocida popularmente como ‘Las Setas’, esta singular construcción, diseñada por el prestigioso arquitecto Jürgen Mayer, se ha ganado ya un lugar de honor en el imaginario mundial. Desde allí se observa toda la panorámica de la ciudad y los turistas pueden captar las mejores fotografías.
Adentrarte en el mayor casco histórico de España con casi cuatro kilómetros cuadrados lo convierten en el más extenso de España y uno de los mayores de Europa. En tal espacio se suceden calles «imposibles», plazas donde «el tiempo se detiene» y monumentos extraordinarios. Recorrerlo significa hacer un repaso por la historia, y no sólo de la ciudad o del país, sino una clase magistral por la historia continental y mundial.
Sevilla fue la ciudad más importante del mundo en el siglo XVI, nodo fundamental de las rutas marítimas con América y centro estratégico para los comerciantes europeos de la época.
ARTE PURO EN MOVIMIENTO
En la ciudad también está el Museo del Baile Flamenco, situado en pleno centro de la ciudad, en el barrio de Santa Cruz, entre la conocida Plaza de la Alfalfa y la Catedral. Está dedicado a una de las expresiones artísticas que más arraigo e importancia ha tenido en la cultura de Andalucía, como es el baile Flamenco.
Es el primer, y único museo en el mundo conocido hasta la fecha, dedicado a dicho arte. Visitantes de todas las partes del mundo, llegan a conocer de cerca los orígenes y evolución de una tradición y cultura centenaria. La creación del Museo se debe a la iniciativa de la bailaora sevillana Cristina Hoyos.
Se puede pasar por la segunda pinacoteca de España, creada en septiembre del año 1835 e inaugurada oficialmente en 1841. Se ubica en la llamada Plaza del Museo, que está presidida por una escultura dedicada a Bartolomé Esteban Murillo. Es un museo fundamental para conocer tanto la pintura barroca sevillana, especialmente de Zurbarán, Murillo y Valdés Leal, como la pintura andaluza del siglo XIX.
DELICIAS PARA EL PALADAR
Sevilla es también la capital mundial de la Tapa. ¿Qué son realmente las tapas? La tapa es el corazón de la cultura gastronómica española: pequeños platos de especialidades caseras y tradicionales, o de sorprendentes creaciones de chefs; pinceladas de sabores intensos, sugerentes productos de la mayor calidad… Es una forma de comer que responde a una forma de vida. Vivir la comida, comerse la vida.
En Semana Santa las obras de arte se sacan a la calle y se convierte en un evento donde se ponen de manifiesto tanto las emociones espirituales y culturales como la admiración de las obras de arte. Los pasos muestran tallas realizadas por formidables escultores, desde la época del Barroco hasta nuestros días.
Las procesiones de Semana Santa de Sevilla son las más espectaculares del mundo. No hay comparación. Son únicas. Decenas de cargueros llevan las imágenes en marchas que van unidas a canciones y a expresiones donde se rinde homenaje a cada uno de los pasos.
Para tomar el sol, los sevillanos lo hacen al aire libre, desde infinidad de terrazas donde se relajan sin ningún afán.
Terrazas como las del Hotel Eme, el Hotel Inglaterra o el Hotel Doña María ofrecen vistas directas a la Catedral y a la Giralda con un ambiente sofisticado y mucho, mucho estilo.
ENTRE POSTRES TE HE DE VER
El dulce y los postres son perseguidos por los turistas. Ir a Sevilla y no probarlos es imperdonable.
En Sevilla se puede comprobar que la historia está ahí, sigue presente, que no es un relato guardado en anaqueles ni estanterías, sino que se percibe diariamente a cada paso que das. Ese amor de Sevilla por su legado cultural también se traslada al mundo gastronómico.
Las recetas de los dulces sevillanos de toda la vida se han logrado conservar en establecimientos -algunos centenarios- que atrapan por sus aromas y sus vitrinas como el tocino de cielo, los cortadillos de cidra, las tejas de almendra… y un riquísimo etcétera.
YA VIENE LA FERIA
Los sevillanos se jactan de La Feria de Abril que comienza la noche del “alumbrao”, en el que se encienden las luces del recinto ferial. También esta noche se degusta el tradicional “pescaíto frito” en las casetas. Tras una semana de fiesta constante, la Feria concluye con un gran espectáculo de fuegos artificiales junto al río Guadalquivir.
La Feria es como una pequeña y engalanada ciudad. Un mundo efímero donde las casas son casetas, la iluminación se consigue con farolillos y todas las calles tienen nombres de legendarios toreros.
Si busca descansar en las noches después de largas caminatas quédese en el Barceló Sevilla Renacimiento, emblemático en la ciudad por su arquitectura y su diseño que recuerdan al museo Guggenheim de Nueva York, atrapando al visitante a primera vista.
Situado a orillas del río Guadalquivir, a un paseo andando de la Alameda de Hércules, famosa por sus bares y restaurantes, y a pocos minutos de todos los lugares históricos. La estación de AVE está a tan solo 2,5 km y el aeropuerto San Pablo a 10 km.
Sus 295 amplias y luminosas habitaciones han sido renovadas, convirtiéndose en el alojamiento perfecto para viajes de negocio, turismo urbano o vacaciones en familia cerca de Isla Mágica, ya que el famoso Parque Temático se encuentra a escasos metros.
Si desea escuchar narraciones sobre las películas que se han filmado en la ciudad, el mejor sitio es el hotel Alfonso XIII, en donde sus 151 habitaciones, 19 suites y el confort que le dan sus 5 estrellas, cuentan miles de historias de sus huéspedes. Es considerado el octavo hotel más lujoso de Europa y uno de los 33 del mundo.
Sevilla es una ciudad noble, generosa y enorme. Digna de visitar y de llevarse los mejores recuerdos.
Con información de www.spain.info, www.esmadrid.com y www.visitasevilla.es
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