Por Julián Escobar

El día 14 de abril en la capilla de las Paulinas en Bogotá, se llevó a cabo una Eucaristía organizada por lo amigos de la India en conjunto con la comunidad religiosa de Bogotá, con el apoyo de la embajada de este país. Se ofició en hindi, marathi, malayalam, inglés, español y otros idiomas del subcontinente más poblado del mundo para celebrar la Pascua. Fue una misa con elementos propios de las dos culturas, la cual se centró en un tema esencial el cual es la creación de comunidad, entre los países participantes.

El embajador de la India en Colombia, el señor Vanlalhuma, dijo las palabras introductorias a la diáspora india y a los diferentes nacionales que asistieron, con ritos que, respetando la tradición católica, la complementaron con flores, esencias y otros. Curiosamente, los sacerdotes que presidieron esta misa fueron ciudadanos indios que se encuentran evangelizando en Colombia y adonde muchos llegaron casi que por azares del destino, ya que muchos iban para otras regiones del mundo. Para ellos también la misa al principio fue una sorpresa por lo lejanos que están de su país.

Asistentes de varias regiones de la India y con varios idiomas.

Contó Cristhian Salamanca de amigos de la India, que esta edición la marcó la gran diversidad de idiomas, ya que todos los connacionales católicos de este país tienen distintas lenguas maternas, lo que se escuchó cuando en varios momentos, había el famoso spanglish, pero en lenguas que nunca hemos escuchado, causando risas, correcciones y anécdotas, recordando la famosa Torre de Babel.

La decoración, las vestimentas, entre otros son producto de la mezcla de estas culturas. Los altares se cubrieron con flores amarillas y blancas, la música fue sobre la resurrección en hindi y malayalam, los sermones en Marathi, el Evangelio en inglés, mezclas que ocurren ya que entre los mismos estados es difícil la comunicación por la diversidad de idiomas. No es de olvidar que no importa la lengua, sino el mensaje, en ese día alrededor de la unión. No solamente estuvieron los asistentes con saris, vestimenta típica de ese país, sino también los sacerdotes quienes también usaron elementos de su cultura. Recordemos la diversidad del catolicismo que en sus vertientes europeas incluye el árbol de navidad, propio de las religiones sajonas y las leyendas que a lo largo del territorio nacional se traslapan con tradiciones indígenas, casos notorios como el de Bochica y la Virgen María en Iza, Boyacá.

De igual forma, toda la ceremonia se centró alrededor de la creación de comunidad. Durante esta época en el evangelio se habla de la resurrección y de cómo a los apóstoles los unió el miedo, emoción que todos los seres humanos hemos sentido en algún momento, para unirse y así solucionar sus problemas terrenales.

Estas ceremonias que nos llevan como un país católico en su inmensa mayoría llevan a ese sentimiento de unión. Los eventos de la embajada de la India se han enfocado en esto ya que han buscado una integración entre colombianos e indios más allá de lo comercial y estrictamente diplomático.

Bendición de las ofrendas.

Crear una comunidad católica en la India debió ser difícil. Es importante anotar que sólo el 0.4% de la población es católica en ese país, a diferencia de nosotros, pero es una construcción de más de dos mil años, primero por Santo Tomás, luego por colonizadores portugueses, franceses e ingleses, para llegar a que haya un grupo significativo en otros lugares del mundo. No olvidemos además que, en un subcontinente dominado por el hinduismo, islam, budismo, entre otros, tener así sea una minoría, es un desafío interesante desde el punto de vista espiritual.

La misa finalizó con unas onces ofrecidas por los amigos de la India. La comida fue una mezcla del pan de occidente con pasteles aromáticos de oriente y té. Mejor que esto, imposible, ya que pocas veces se ha oficiado una misa en tantos idiomas tan lejanos del español, además de sabores tan diferentes.

Vanlalhuma, embajador de India en Colombia, dirigió unas palabras a los asistentes.

La señora Rochelle Mirandoa, ciudadana india radicada en Colombia desde hace más de quince años, nos cuenta que esperan hacer una próxima edición donde se siga incluyendo a la comunidad religiosa de ese país radicada acá, los cuales no sabían de la existencia de una diáspora significativa de connacionales suyos que tuvieran sus mismas creencias. De igual forma destacaron el gran porcentaje de colombianos que asistieron a una capilla llena en su totalidad.

Todos estos eventos organizados por los amigos de la India y la embajada nos deben hacer reflexionar sobre la creación de comunidad no solamente entre dos países, sino entre nosotros. Si una misa se puede dar en cinco idiomas, que a veces guardan poca o nula entre ellos y es armoniosa ¿No podría ser nuestra convivencia igual? Bien se habló a lo largo de la ceremonia que el catolicismo en su origen buscó afianzar lazos entre personas a través de unos valores y una doctrina alrededor de las buenas acciones. Esta ceremonia nos invita a buscar lo mismo.

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