Por Guillermo Romero Salamanca
En diciembre del 2019 el mundo se enteró del nacimiento del Covid-19. Con expectativa, incredulidad, tranquilidad se tomó el tema y los servicios de Salud del mundo escasamente le prestaron atención. Incluso la Organización Mundial de Salud demoró más de 4 meses para declarar la pandemia.
Colombia, incluso, no tenía Ministro de Salud y luego de conversaciones con los partidos políticos, se nombró a Fernando Ruiz y comenzaron las primeras declaraciones sobre lo que sucedería.
Se trataba de una pandemia y había que organizar el encierro. La cuarentena obligada ocasionó decenas de gastos extras. Los ahorros se fueron en la compra de mercados y hacer previsión para múltiples gastos que llegarían.
Los bancos, en principio, anunciaron que habría un alivio al alargar las cuotas, situación que fue bien recibida, pero luego de unos meses, llegaron los intereses y las llamadas para los pagos de las deudas.
La pandemia ha originado un empobrecimiento general en el país. Además de la falta de ingresos, aumentó el desempleo, la violencia, la delincuencia y el descontrol sanitario.
Son más de 60 mil muertos y un número desconocido de familiares que han perdido a sus seres queridos, miles que han quedado con quebrantos de salud y con problemas sicológicos.
La situación mental hasta ahora se está estudiando no sólo por la enfermedad, sino por situaciones de soledad, encierro y pensamientos sobre su situación futura.
Seleccionamos 10 gastos extras por culpa de la pandemia, pero el listado puede llegar a 100.
- Aumento en los servicios públicos, mercado e intereses bancarios.
Debido a la pandemia, el consumo de agua –porque hay que lavarse las manos varias veces, mayor consumo en lavadoras, aseo en las casas–, energía –televisores, computadores, equipos de radio, bombillos, microondas, estufas y demás electrodomésticos han aumentado sus usos–, gas domiciliario y servicios de internet.
Las entidades bancarias no han tenido compasión con sus clientes y aunque relajaron los tiempos de pago, los intereses siguen al nivel de la usura.
La canasta familiar se incrementó de manera considerable. Los mismos implementos que compraban en febrero del 2020 hoy día pueden costar un 50 % más.
- Tapabocas
Implemento que tenía un costo de 600 pesos y que se utilizaba pocas veces al año, se incrementó hasta los 1.900.
Los de tela comenzaron con un precio de 2 mil pesos y ahora están sobre los 5 mil. También hay los que poseen diseños y más capas de protección.
Una caja de tapabocas se consigue desde los 10 mil pesos –chinos y de dudosa procedencia—hasta 24 mil en droguerías del país.
De todas formas, según los estudios realizados el uso de tapabocas y el distanciamiento social son, hasta el momento, el remedio más valioso de autoprotección.
“Las mascarillas, ha dicho la Organización Mundial de la Salud, deben utilizarse como parte de una estrategia integral de medidas para suprimir la transmisión y salvar vidas; el uso de una mascarilla por sí sola no basta para proporcionar una protección adecuada contra la COVID-19”.
“Si la COVID-19 se propaga en su comunidad, cuídese adoptando algunas precauciones sencillas, por ejemplo, manteniendo el distanciamiento físico, llevando mascarilla, ventilando bien las habitaciones, evitando las aglomeraciones, lavándose las manos y cubriéndose la boca y la nariz con el codo flexionado o con un pañuelo al toser. Consulte las recomendaciones de su lugar de residencia y trabajo”, complementa.
- Uso de guantes.
En marzo del 2020, con la llegada del Covid-19 se recomendó el uso de guantes de látex para proteger la piel y las manos ante un posible contagio por asirse a unas escaleras o, simplemente, coger algún producto contaminado.
La alcaldía de Bogotá, por ejemplo, anotó que “el uso de guantes desechables parece generar confianza porque recordemos que el coronavirus no solo se adquiere por las gotículas que se dispersan por el aire sino también por el contacto directo de las manos con superficies o personas contagiadas”.
“Los guantes protegen las manos, es cierto, pero si por alguna razón te descuidas y como es un hábito normal tocas tus ojos, nariz o boca con los guantes contaminados, estarías igual de expuesto al virus, que, si no los llevaras puestos y te tocaras la cara sin antes haber lavado tus manos con agua y jabón”, agregó.
Pero después en una nota publicada por la Deutsche Welle en español aseguraban que “el uso de los guantes desechables puede incrementar el riesgo de una infección por varias razones, como que son hechos de un material poroso que sirve de barrera contra fluidos espesos y ante virus tan microscópicos solo protegen durante un corto tiempo”.
- Tapetes para limpiar zapatos.
Otra de las medidas de bioseguridad implicaba el uso de los tapetes para limpiar el calzado.
“Hacer su tapete casero, será una tarea fácil y de bajo costo, ya que se pueden utilizar algunos elementos con los que cuenta en casa, los materiales requeridos corresponden a una bandeja plástica o metálica, espuma, lámina o malla plástica perforada, periódico y desinfectante como hipoclorito de sodio o comúnmente límpido y agua”, enseñó la Universidad Inca.
De inmediato, apartamentos, oficinas, centros comerciales, empresas y hasta iglesias se llenaron de estos tapetes con bandejas para llenarlas de químicos.
- Jabones antibacteriales
La recomendación surgió por todas las entidades de salud.
Una forma de contagio del COVID-19 se da a través de las manos, es por eso que se recomienda un constante lavado con agua y jabón por un tiempo mínimo de 40 a 60 segundos, o usar gel antibaterial a base de alcohol al 70%.
¿Cómo me contagio del covid-19 con las manos?, se preguntaban los ciudadanos y la respuesta fue: “Al tocar una superficie contaminada con el nuevo coronavirus,
Estas superficies se contaminan cuando una persona contagiada tose o estornuda y sus gotas de saliva que expulsa caen sobre estos objetos”.
Luego de 8 meses de su uso, un científico salió en televisión para aclarar que se estaba luchando contra un virus y no contra una bacteria.
De todas formas, el virus también se repele con el buen lavado.
- Líquidos desinfectantes.
El listado es largo: detergentes, clorox, límpidos y demás agentes para la limpieza del hogar.
Ante el aumento de limpieza, aseo de las residencias, usos más frecuentes de lavadoras, fregado de pisos, el incremento en gastos de químicos aumentó.
“Primero limpie las superficies sucias con agua y jabón, y luego use desinfectante.
Limpie o lave los artículos de acuerdo a las instrucciones del fabricante.
Lávese las manos con frecuencia con agua y jabón por al menos 20 segundos.
Si hay una persona enferma, asigne un dormitorio y un baño separados para esta persona (si es posible)”, son algunas de las recomendaciones frecuentes.
No sin antes agregarle el acrecentamiento en cafetería y más comidas.
- Caretas y trajes médicos, gorros.
Aunque en principio los Elementos de Protección Personal son para los centros de salud, al principio de la pandemia se recomendó el uso correcto de las mascarillas de protección, visor, careta, mono gafas, bata manga larga anti fluido, diferentes capas de guantes, entre los cuales se encuentran limpios y estériles, vestido quirúrgico debajo de la bata y gorro quirúrgico.
Para el personal que tiene contacto directo con el paciente se recomienda usar el tapabocas N95 este, se debe manipular con la mano no dominante pasando la tira inferior a nivel de la coronilla y tomando las precauciones para que sea fácil de retirar, para mayor protección se debe colocar otro tapabocas convencional encima del tapabocas N95.
Las gafas de protección personal son indispensables, estas también deben quedar al nivel de la coronilla.
- Termómetros.
Los hay caseros, pero un incremento grande para las unidades residenciales consistió en termómetros para vigilantes, pegados de dispensadores para los geles y los tapetes.
En algunos centros comerciales la inversión fue mayor al equipar con poderosas cámaras, computadores y programas para contar con las medidas de bioseguridad que indicaron las autoridades y que ahora, poco a poco.
- Planillas y papel higiénico
Infinidad de resmas, fotocopias, bolígrafos y planilleros se adquirieron y se llenaron con datos que no prestaron utilidad alguna más que para sacar bases de datos para la delincuencia.
El gasto millonario en papelería fue innecesario.
La contaminación de docenas de implementos se verá en los próximos meses.
Otro de los gastos que se incurrieron fue la exagerada compra de papel higiénico que terminó con las existencias en los supermercados.
- Equipos de computación.
Con la pandemia las empresas encontraron que se podían ahorrar unos pesos al tener a sus empleados en lo que se ha denominado como “Teletrabajo”, pero para mantener el puesto, se ha debido recurrir a la adquisición de nuevos aparatos, con todos sus aditamentos como micrófonos, audífonos y programas de software.
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