Por www.lafamilia.info
Para algunos matrimonios hablar de dinero suele ser poco agradable y peor aún, si “hablar” se transforma en discusión, sobre todo cuando llegan las cuentas o a fin de mes cuando no alcanza el sueldo.
Por eso, estos siete puntos –propuestos por David Ning- son una excelente propuesta para tratar el tema, sin discutir.
David Ning, un ejecutivo exitoso y creador del blog moneyning.com especializado en finanzas personales y familiares, propone hablar de dinero en el matrimonio aplicando las enseñanzas de Stephen Covey, el gurú de los buenos hábitos y autor de varios libros de éxito, entre ellos el bestseller internacional “Los siete hábitos de las personas altamente efectivas”. El siguiente, es un resumen del plan de acción propuesto por Ning, inspirado en Covey:
1. Tomar el control de la realidad financiera
Si están cansados de atrasarse en el pago de las cuentas o peor aún, con deudas, es el momento de “echar un vistazo largo y certero a la situación”, dice. Analizar a dónde se va el grueso del presupuesto, dónde se puede recortar; y si, por ejemplo, se va en educación de los hijos, por cuántos años esta situación se va a extender. Lo importante es proponerse no gastar más de lo que se debe, priorizar lo importante y restringir lo menos importante.
Tomar el control de los gastos es directamente proporcional con comer sano, hacer ejercicio a diario, tener tiempo para conversar en familia, leer más, ver más cine, meditar habitualmente y pasar tiempo libre en medio de la naturaleza.
2. Proyectar el futuro como familia
Imaginarse a sí mismos, pero bien a largo plazo. ¿Cómo se imaginan de abuelos? ¿Cómo quieren vivir entonces? David Ning señala que tal cual una casa se construye partiendo por los planos, la situación financiera familiar debe pre- diseñarse. Eso ayuda a tomar decisiones claves como el tamaño de la casa, la distancia desde y hasta al colegio de los hijos y otros asuntos claves como vivir con un ingreso en lugar de dos, o ahorrar.
Una vez que los objetivos están definidos, pueden conversar sobre cuáles son los obstáculos para conseguirlos: deudas, ambiente, presiones, prioridades erradas.
3. Poner lo primero, primero
Si ambos, planeando su futuro, llegan a la conclusión de que desearían tener mejor calidad de tiempo libre, pero no pueden hacerlo por el mantenimiento de una casa grande que los lleva a trabajar en exceso, o porque gastan gran cantidad de tiempo en traslados… ¿No será el momento de atreverse a ver con claridad que han puesto la carreta delante de los bueyes?
Otro ejemplo que plantea David Ning: lo primero que definen es que no desean vivir endeudados, y esa es una prioridad, ¿por qué sucumben a la presión de un hijo que quiere celebrar su cumpleaños con 50 personas en vez de cinco, o ante los amigos que insisten a salir a comer fuera en vez de cenar en sus propias casas?
4. Pensar en “ganar-ganar”
Ning experto en finanzas propone acostumbrarse a pensar: ¿quién gana cada vez que mantenemos nuestras prioridades? ¿Quién pierde cada vez que las olvidamos? Ilustra estas preguntas con numerosas respuestas: desde el caso de matrimonios jóvenes que han sabido ajustarse hasta lograr su primera casa, sin compararse con sus amigos que gastan en decorar casas arrendadas; hasta familias más consolidadas que tienen en vista el ahorro para la tercera edad.
5. Comunicación familiar
David Ning recomienda a los matrimonios hablar con sus hijos y escucharlos. Podemos darnos cuenta -dice- que ellos sí se ven afectados por nuestro estilo de vida. A veces los hijos piden cosas, pero si hablamos detenidamente con ellos veremos que quieren que pasemos más tiempo juntos, o que a futuro nuestras vacaciones sean menos sociales… O, por el contrario, escuchándolos podemos darnos también cuenta qué tan negativamente los estamos educando, acostumbrándolos a conseguir todo enseguida bajo el predicamento de que “después ves cómo pagas”. Nuestras decisiones y nuestra conducta financiera, dice Ning, afecta a los demás.
6. Sinergia como aliados
No hay nada que una más a un matrimonio que la “cooperación creativa”. Ahorrar en equipo, cuando existen prioridades y objetivos comunes, puede transformarse en algo muy entretenido. Porque si llegamos a la conclusión de que el supermercado nos sale muy caro y tomamos como pasatiempo ir juntos a una feria…, duplicamos los beneficios: ahorramos y lo pasamos bien al mismo tiempo. En un mundo tan consumista, dice Ning, se descubren lugares y personas maravillosas cuando uno se salta los intermediarios y llega directo al productor.
7. Finalmente, “afilar la sierra”
Este último consejo, resulta sorprendente: David Ning asegura que las personas que se proponen cuidarse físicamente, espiritualmente, mentalmente y emocionalmente, son las que mejor logran un control y manejo de sus finanzas personales y familiares. Quienes se proponen comer sano, hacer ejercicio a diario, tener tiempo para conversar en familia y con amigos, leer más, ver más cine, meditar habitualmente y pasar tiempo libre en medio de la naturaleza, quedan menos a merced de las tentaciones del comercio, de la comida rápida, de las ofertas de los catálogos del fin de semana.
Las mejores conversaciones sobre finanzas son las constructivas, las que llevan a conseguir plantearse objetivos de largo plazo. Qué mejor entonces, que el inicio del año para planear las finanzas y hablar del proyecto familiar que se quiere construir.
Para algunos matrimonios hablar de dinero suele ser poco agradable y peor aún, si “hablar” se transforma en discusión, sobre todo cuando llegan las cuentas o a fin de mes cuando no alcanza el sueldo.
Por eso, estos siete puntos –propuestos por David Ning- son una excelente propuesta para tratar el tema, sin discutir.
David Ning, un ejecutivo exitoso y creador del blog moneyning.com especializado en finanzas personales y familiares, propone hablar de dinero en el matrimonio aplicando las enseñanzas de Stephen Covey, el gurú de los buenos hábitos y autor de varios libros de éxito, entre ellos el bestseller internacional “Los siete hábitos de las personas altamente efectivas”. El siguiente, es un resumen del plan de acción propuesto por Ning, inspirado en Covey:
1. Tomar el control de la realidad financiera
Si están cansados de atrasarse en el pago de las cuentas o peor aún, con deudas, es el momento de “echar un vistazo largo y certero a la situación”, dice. Analizar a dónde se va el grueso del presupuesto, dónde se puede recortar; y si, por ejemplo, se va en educación de los hijos, por cuántos años esta situación se va a extender. Lo importante es proponerse no gastar más de lo que se debe, priorizar lo importante y restringir lo menos importante.
Tomar el control de los gastos es directamente proporcional con comer sano, hacer ejercicio a diario, tener tiempo para conversar en familia, leer más, ver más cine, meditar habitualmente y pasar tiempo libre en medio de la naturaleza.
2. Proyectar el futuro como familia
Imaginarse a sí mismos, pero bien a largo plazo. ¿Cómo se imaginan de abuelos? ¿Cómo quieren vivir entonces? David Ning señala que tal cual una casa se construye partiendo por los planos, la situación financiera familiar debe pre- diseñarse. Eso ayuda a tomar decisiones claves como el tamaño de la casa, la distancia desde y hasta al colegio de los hijos y otros asuntos claves como vivir con un ingreso en lugar de dos, o ahorrar.
Una vez que los objetivos están definidos, pueden conversar sobre cuáles son los obstáculos para conseguirlos: deudas, ambiente, presiones, prioridades erradas.
3. Poner lo primero, primero
Si ambos, planeando su futuro, llegan a la conclusión de que desearían tener mejor calidad de tiempo libre, pero no pueden hacerlo por el mantenimiento de una casa grande que los lleva a trabajar en exceso, o porque gastan gran cantidad de tiempo en traslados… ¿No será el momento de atreverse a ver con claridad que han puesto la carreta delante de los bueyes?
Otro ejemplo que plantea David Ning: lo primero que definen es que no desean vivir endeudados, y esa es una prioridad, ¿por qué sucumben a la presión de un hijo que quiere celebrar su cumpleaños con 50 personas en vez de cinco, o ante los amigos que insisten a salir a comer fuera en vez de cenar en sus propias casas?
4. Pensar en “ganar-ganar”
Ning experto en finanzas propone acostumbrarse a pensar: ¿quién gana cada vez que mantenemos nuestras prioridades? ¿Quién pierde cada vez que las olvidamos? Ilustra estas preguntas con numerosas respuestas: desde el caso de matrimonios jóvenes que han sabido ajustarse hasta lograr su primera casa, sin compararse con sus amigos que gastan en decorar casas arrendadas; hasta familias más consolidadas que tienen en vista el ahorro para la tercera edad.
5. Comunicación familiar
David Ning recomienda a los matrimonios hablar con sus hijos y escucharlos. Podemos darnos cuenta -dice- que ellos sí se ven afectados por nuestro estilo de vida. A veces los hijos piden cosas, pero si hablamos detenidamente con ellos veremos que quieren que pasemos más tiempo juntos, o que a futuro nuestras vacaciones sean menos sociales… O, por el contrario, escuchándolos podemos darnos también cuenta qué tan negativamente los estamos educando, acostumbrándolos a conseguir todo enseguida bajo el predicamento de que “después ves cómo pagas”. Nuestras decisiones y nuestra conducta financiera, dice Ning, afecta a los demás.
6. Sinergia como aliados
No hay nada que una más a un matrimonio que la “cooperación creativa”. Ahorrar en equipo, cuando existen prioridades y objetivos comunes, puede transformarse en algo muy entretenido. Porque si llegamos a la conclusión de que el supermercado nos sale muy caro y tomamos como pasatiempo ir juntos a una feria…, duplicamos los beneficios: ahorramos y lo pasamos bien al mismo tiempo. En un mundo tan consumista, dice Ning, se descubren lugares y personas maravillosas cuando uno se salta los intermediarios y llega directo al productor.
7. Finalmente, “afilar la sierra”
Este último consejo, resulta sorprendente: David Ning asegura que las personas que se proponen cuidarse físicamente, espiritualmente, mentalmente y emocionalmente, son las que mejor logran un control y manejo de sus finanzas personales y familiares. Quienes se proponen comer sano, hacer ejercicio a diario, tener tiempo para conversar en familia y con amigos, leer más, ver más cine, meditar habitualmente y pasar tiempo libre en medio de la naturaleza, quedan menos a merced de las tentaciones del comercio, de la comida rápida, de las ofertas de los catálogos del fin de semana.
Las mejores conversaciones sobre finanzas son las constructivas, las que llevan a conseguir plantearse objetivos de largo plazo. Qué mejor entonces, que el inicio del año para planear las finanzas y hablar del proyecto familiar que se quiere construir.
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