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Cada vez más aumenta la tradición de la construcción de pesebres. Foto http://sunoticiero.com

Por Guillermo Romero Salamanca

Fue san Francisco de Asís quien tuvo la genial idea de recrear cada año el Nacimiento de Jesús. Él vivió 44 años entre el 1181 y el 1182, pero dejó toda una historia de amor por sus sentimientos hacia la naturaleza y fue el primero en hablar de ecología y considerar a los animales y demás objetos del mundo como “hermanos”.

Después de ser un opulento hijo de un millonario, pasó a vivir de forma austera y fundó Los Franciscanos y a las Clarisas. Sus enseñanzas aún perduran y una de sus tradiciones más recordadas es el pesebre.

En España se les conoce como los Belenes y en América Latina es una de las tradiciones más extendidas. Cada una de las figuras que se ponen en la representación navideña tiene su significado.

En Colombia, personas como el presentador de televisión Jairo Alonso comienza a armar el pesebre desde junio, pintando nuevas figuras y recreando algunas escenas de la época del nacimiento de Jesús.

En Antioquia, Boyacá, Santanderes, Valle del Cauca, el eje cafetero y Tolima es común ver pesebres de grandes tamaños que adornan iglesias, entradas de edificios y en muchas casas tienen la costumbre de armar el pesebre en medio de la algarabía de la chiquillada, mientras se reparten viandas con buñuelos, natillas y uno que otro platillo de la zona.

Plazas, casas urbanas de ese tiempo, carpas en las zonas desérticas, algunos camellos, corrientes de agua y palmeras las pone en esta exquisita representación.

Pero lo que básicamente no debe faltar está constituido con lo siguiente:

Casa de Nazaret. Es el lugar donde se ubican a María, José y el Niño Jesús. Significa el hogar y el valor de la familia. María, representa la fidelidad y el amor a Dios, mujer comprensiva y bondadosa. José, guía espiritual, que se aloja en el corazón del hombre para transmitirle su amor al mundo. El niño Jesús, guía espiritual, que se aloja en el corazón del hombre para transmitirle su amor al mundo.

El buey y el asno. Según la tradición el asno representa a los paganos, el buey, a los sabios y eruditos, ambos incapaces de abarcar la fe porque están cegados por la falta o el exceso de conocimiento.

Los reyes magos. La usanza al armar los pesebres indica que se deben poner a tres personajes cuyos nombres no figuran en el Evangelio, pero que lo denominan Baltasar, símbolo de la noche y se presenta con el incienso en su visita. Gaspar, símbolo del día y trae el oro y Melchor, símbolo de la aurora y se consagra como el dominio del Niño sobre el tiempo y la muerte dándole la mirra.

Las ovejas. Deben estar presentes en abundancia y significan obediencia y docilidad, inspiran confianza.

Los pastores. Representan la humildad que acoge el nacimiento de Jesús, la humidad más pobre y miserable. En los evangelios de Lucas y Marcos, “fueron elegidos por Jesús como los primeros espectadores de su nacimiento”.

La estrella. Se ubica en lo más alto del pesebre y significa renovación. Representa la luz inagotable y refrescante que disipa las tinieblas para darnos esperanza.

Otras figuras habituales son el ángel de la guarda –generalmente San Gabriel, quien anunció a María el nacimiento– pescador, relacionado con Pedro como “pescador de almas”, la lavandera, símbolo de pureza y purificación y soldados romanos que acompañan la dureza del imperio romano.

Así pues, que puede sacar los aviones, los carros militares, los rayos láser, personajes con celulares o los muñecos de plástico de barbies.

  • Con información de la revista Cristovisión.