Por Guillermo Romero Salamanca
Cada domingo, al menos, unas 12 mil personas escuchan el acompañamiento musical de José Nedio Soto en la Basílica del Señor de los Milagros de Buga, uno de los templos de mayor peregrinación en Colombia.
Con su portentosa voz da la bienvenida a los peregrinos de centenares de rincones de Colombia, Ecuador, Perú y otras latitudes, entonando un himno de entrada. Luego canta los salmos, el Aleluya, un tema para las ofrendas, el Hossana, su voz se escucha cuando las personas comulgan y al final interpreta una obra para la Virgen María.
Tiene puesto fijo a la derecha del altar mayor. Maneja con destreza su equipo de sonido, con las consolas micrófonos, partituras y minutos antes de comenzar la ceremonia hace sus ejercicios de calentamiento de voz y afinación.
Entre semana, puede llegar antes de las seis de la mañana para cantar en la primera misa, luego a las dos horas repite su presentación y así sucesivamente en el día.
Así lo ha hecho durante los últimos cuarenta años.
“El objetivo es acompañar al celebrante en la misa, llevar un mensaje claro, bien hecho para que los asistentes comprendan cada instante de la celebración y en definitiva, porque le estamos cantando a Dios. Soy un servidor”, explica José Nedio.
En Buga, la Ciudad Señora, se le puede preguntar a un juez, un taxista, una secretaria, una empresaria o un vendedor ambulante. ¿Conoce a José Nedio Soto?. De inmediato le responden: “claro, es el cantante del Señor de Los Milagros”.
Es más popular que Gonzalo Calero, el director de Voces de Occidente.
Nadie más se llama como él: José Nedio. Lo cierto es que sus padres–don Daniel Soto y doña Bernarda Valencia– deseaban ponerle Jairo, pero en el momento del bautismo, a los padrinos se les olvidó el nombre y le dijeron al padre que sería “José Nevio”. Con el correr de los días el muchacho que cantaba en todas las presentaciones del colegio, lo convirtieron en José Nedio.
Su ilusión era cantar. Ser reconocido por su portentosa voz. Festival, Encuentro, Concurso que había no sólo en Buga sino en el Valle del Cauca, participaba y triunfaba. En su casa conserva más de 15 trofeos donde se destaca el primer lugar por su voz.
Los habitantes de la Ciudad Señora añoran el Festival Nacional e Internacional de la Canción de Buga, encuentro musical que se destacó en el país y que atraía a cada año a personalidades como Raphael, Vicky Carr, Claudia de Colombia, Francisco, Shakira, Fausto, Raúl Santi, Galy Galiano, José José y un listado interminable de estrellas.
Desde luego que José Nedio participó allí y triunfó.
Codiscos lo descubrió y lo llevó a los estudios de grabación donde grabó las baladas “Donde estés” y “Nada cambiará mi amor por ti” que le permitieron llegar a las emisoras nacionales y participar en musicales como “El Show de Jimmy” y “Espectaculares JES”.
José Nedio emprendió una carrera vertiginosa por el mundo de la canción. Tuvo presentaciones en Cali, Medellín, Pereira, Armenia, Bogotá y le comentaron que debía trasladarse a Miami para seguir con su carrera.
Estaba en esas cuando se le presentó Fernando Molina Soto, directivo en ese entonces de RCN Radio –hoy presidente– y le pidió que le cantara en la misa de su matrimonio. Le pareció extraña la petición y nunca antes lo había hecho. Asistió a varias misas para conocer cómo era el asunto litúrgico.
Más de una vez se preguntó: “¿cantar yo en una misa?”, pero al fin y al cabo era la petición expresa de Fernando Molina Soto y pensó que sería una oportunidad para entrar al mundo radial y seguir con su sueño de conquistar al mundo con la balada.
Sus cantos impactaron al público asistente de la encopetada iglesia de San Francisco, en el centro de Buga. Su voz gustó y su estilo llegó hasta los oídos del padre Over Gallego de la Basílica del Señor de los Milagros, quien lo buscó y lo convenció para que siguiera una carrera como cantante en las celebraciones litúrgicas. Le gustó, pero más le entusiasmó escuchar las lecturas. De esta manera ha oído la Biblia al menos unas 6 veces desde el Génesis hasta el Apocalipsis. Cada día repasa un capítulo del Antiguo Testamento, un salmo, un trozo del Evangelio y algo del Nuevo Testamento.
De todos los salmos le gusta el 50 por el sentido del perdón. Y del Evangelio todo lo escrito por san Juan. Habla con propiedad de las escrituras porque al fin y al cabo ha escuchado con atención miles de sermones pronunciados desde nuevos presbíteros hasta obispos.
En 1990 cantó con Fausto “El himno de la alegría” en una festividad de la Basílica y los asistentes aplaudieron hasta el cansancio.
En el 2014 sufrió una enfermedad que lo mantuvo varias semanas por fuera de sus cantos. “Yo le dije al Señor que si era su voluntad, me permitiera volver a la Basílica. Me recuperé milagrosamente y acá estoy de nuevo”, recuerda.
En el fondo de su ser continúa el bolerista, quizá porque escuchaba a su padre interpretar temas de Cuba, México o Puerto Rico. Hace unos meses seleccionó y grabó canciones de Jorge Villamil y Luz Helena Yepes. Cuando comenzó a promocionarlos llegó la pandemia y le aplazó la tarea.
Pero claro, cuando organizan conciertos de música católica, lo tienen en primera fila y por eso ha visitado Aruba, Popayán, Bogotá, Medellín y Barranquilla con un repertorio digno de aplaudir.
Seguidores cuando lo ven a través de YouTube le envían sus mensajes y le piden que para próximas celebraciones cante “Cómo no creer en Dios” o “Cien ovejas”.
Un día una señora se le acercó y le felicitó por cantarle a Dios. Le dijo: “¿se ha dado cuenta de la importancia de su voz para conectar a los asistentes a todo el significado de la Eucaristía?”. José Nedio la comprendió y le agradeció sus palabras.
Su hija Manuela le escuchó un día cantar “Madre de los jóvenes”, dedicada a la Virgen María y le pidió que la interpretara la mayor cantidad de veces.
“Yo la verdad, soy un cantante de boleros que interpreta con alegría temas de alabanzas a Dios y seguiré hasta cuando san Juan agache el dedo”, dice José Nedio, uno de los vocalistas católicos de renombre en Colombia.
–José Nedio, ¿alguna vez ha llorado cantando?
–Resulta emocionante cantar, pero sobre todo interpretar y hace entender este tema que lo dice todo:
“Yo te llevo, desde niño muy adentro
Te encontraba en el pájaro y la flor
En la lluvia, en la tierra y en el silencio
Y en mis sueños cada noche estabas Tú.
Desde entonces quiero darte siempre gracias
Porque puedo darme cuenta de tu amor
Beberé de tu cuerpo y de tu sangre
Y por siempre te daré mi corazón”….
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