Por Oliver Blackbourn,

Gestor de Carteras y Multiactivos de Janus Henderson Investors

América Latina y algunas economías emergentes están expuestas, aunque no del todo vulnerables, los analistas esperan que el conflicto frene sus acciones bélicas cuanto antes para evitar impactos profundos en las finanzas globales.

Las fluctuaciones del conflicto en Oriente Medio tienden a provocar oscilaciones en el precio del petróleo, un componente importante y volátil dentro de las variables que experimenta la inflación en la mayoría de los países del mundo y en especial en economías emergentes como las de América Latina. La energía ha venido ejerciendo una presión a la baja sobre la inflación, por lo que es más probable que cualquier aumento de los precios del petróleo y el gas se traduzca en una mayor inflación a corto plazo.

Dado que las perspectivas de los bancos centrales y la deuda pública dependen en gran medida de los datos de inflación, las escaladas en Oriente Medio han tendido a impulsar el aumento de los rendimientos y las expectativas de retrasos en los recortes de las tasas de interés. Esto podría persistir mientras las subidas del precio del petróleo sean modestas.

Sin embargo, un aumento mayor de los precios podría tener el efecto contrario, ya que los mercados empezarán a preocuparse de que el aumento de los costos de la energía y del sector eléctrico, en general, perjudican al crecimiento, lo que podría acelerar los recortes de los tipos de interés.

Impacto en los mercados bursátiles en medio por este conflicto

Una escalada del conflicto que pueda interrumpir el suministro de petróleo y gas desde Oriente Medio podría tener un fuerte impacto negativo en los mercados bursátiles, especialmente en América Latina, Europa, Asia, que dependen en mayor medida de las exportaciones de la región.

El encarecimiento del petróleo pesaría en contra de la mejora del entorno manufacturero que ha contribuido a impulsar estas regiones. Nuevas subidas graduales del precio del petróleo que empujen al alza los rendimientos de los bonos también podrían ser negativas en última instancia para los mercados bursátiles, ya que es más probable que las elevadas valoraciones se cuestionen con rendimientos más altos de los bonos.

Las regiones más afectadas financieramente por el actual entorno internacional

Europa y Asia parecen las más expuestas, dada su mayor dependencia de las importaciones procedentes de Oriente Medio. Las interrupciones del suministro o un aumento significativo del costo de la energía podrían desencadenar una situación crítica para la industria de ambas regiones.

En Europa, un aumento del coste de la energía que desencadene una tendencia a la baja de la inflación también podría ser un verdadero desafío financiero para el Banco Central Europeo (BCE), sobre todo si se produce en un momento donde los indicadores macroeconómicos están decreciendo debido a las repercusiones negativas sobre el gasto de los consumidores y la producción industrial.

En América Latina para esos países que dependen de la importación de hidrocarburos puede haber un impacto significativo y el encarecimiento de los costos de esta industria, lo que podría paralizar ciertos sectores económicos.

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