Por Jairo Cala Otero

1.- «Aida Victoria Merlano explota: «No entiendo por qué el juez me pinta como la gran villana»». Una gran equivocación de los periodistas es usar el verbo explotar, lo hacen convencidos de que así dicen que algo o alguien se ha salido de su estado normal y ha caído en exacerbación del ánimo. Tal equivocación se ve reflejada en esta cita, tomada de una noticia de la página en Internet de RCN Radio. El Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) registra tres entradas para el verbo explotar: «1. Extraer de las minas la riqueza que contienen. 2. Sacar utilidad de un negocio o industria en provecho propio. 3. Utilizar abusivamente en provecho propio el trabajo o las cualidades de otra persona». En ninguna de ellas se habla de exaltación de los ánimos, enfurecimiento o manifestación extrema de un disgusto. Eso es, como se dice coloquialmente, «harina de otro costal». En lugar de explotar, pueden usarse otros verbos como rabiar, enojar, enfurecer, enardecer, ensoberbecer. La frase pudo ser: «Aida Victoria Merlano se enojó: «No entiendo por qué el juez me pinta como la gran villana»».

2.- «¿Por qué el Jueves Santo hay que visitar siete monumentos?». Pregunta que a manera de título usó Jaime Horacio Arango Duque en el diario El Colombiano, el 28 de marzo de 2024. Cabe preguntarnos también por qué el redactor cree que tales visitas son obligatorias. ¿Creerá que, si no se hacen, se sufrirá condenación, o se padecerá alguna adversidad? Nadie puede saber en qué pensaba él al redactar, lo cierto es que el giro «hay que» entraña una obligatoriedad. En realidad, nadie está «obligado» a visitar siete monumentos el Jueves Santo. El mismo redactor lo dijo en el texto: es una tradición (no obligación) de la Iglesia católica. Luego su pregunta precisa era: «¿Por qué los creyentes visitan siete monumentos el Jueves Santo?».

3.- «El jueves 27 de marzo de 2014 la vida de la familia Ponce de León – Gutiérrez de Piñeres cambió.  Natalia Ponce de León, una mujer de 33 años, fue atacada en la portería de la residencia familiar por un hombre que cubría su cabeza con una capota y le arrojó ácido sulfúrico en el cuerpo, quemándole toda la cara, los brazos, una pierna y medio abdomen». Fragmento de noticia publicada en la página de RCN Radio. Tres fallas, así: 1. Como la aludida se llama Natalia, se sabe, obviamente, que es mujer; no se necesita repetir «una mujer». 2. Es imposible que alguien cubra su cabeza con una capota, puesto que capota es una «cubierta plegable que llevan algunos vehículos». 3. La forma de gerundio «quemándole» está mal empleado. Veamos el derecho lingüístico de la frase: «El jueves 27 (…), Natalia Ponce de León, de 33 años, fue atacada en la portería de la residencia familiar por un hombre que cubría su cabeza con una capucha y le arrojó ácido sulfúrico en el cuerpo, que le quemó toda la cara, los brazos, una pierna y medio abdomen».

4.- «La Pasión de Nereo: el hombre que lleva 30 años caminando 66 kilómetros con una cruz a cuestas entre dos pueblos de Antioquia». Ni Mandrake, el mago de la tira cómica, figuró nunca en la inverosímil hazaña de caminar durante 30 años seguidos. Menos aún, ¡gastar tantísimo tiempo para recorrer 66 kilómetros! Ese absurdo sí fue posible en la imaginación (y en la mala redacción) de Cristian Álvarez Balbín, periodista del periódico El Colombiano. El verbo llevar, en tiempo presente (lleva), y el gerundio caminando, trastocaron el sentido de lo que el redactor quería decir. Además, en el subtítulo decía: «Asegura que un mandato de Dios que le llegó en sueños lo ha puesto en este peregrinaje que esta semana santa ajusta tres décadas de tradición entre La Unión y Girardota». Omitió las comas requeridas. Lo que quiso decir Álvarez: 1.- «La pasión de Nereo: el hombre que en cada Semana Santa camina 66 kilómetros con una cruz a cuestas entre dos pueblos de Antioquia». Otra opción: «Hace 30 años, en Semana Santa, Nereo camina 66 kilómetros, con una cruz a cuestas». 2.- «Asegura que un mandato de Dios, que le llegó en sueños, lo ha puesto en este peregrinaje (o peregrinación), que esta Semana Santa ajusta tres décadas de tradición entre La Unión y Girardota».

5.- «Reportan el secuestro de una líder social junto a sus dos escoltas en el Catatumbo». Título de noticia publicada en la página de Caracol Radio. Los femeninos existen en el idioma español para que se usen, pero muchas personas los ignoran deliberadamente, o por crasa ignorancia. Líder tiene su correspondiente femenino: lideresa. Además, en el cuerpo del texto informativo se leía: «(…) es una madre de familia, es una lideresa del Catatumbo, dijo Carmen García, presidenta de la Asociación Madres del Catatumbo». Ni transcribiendo la expresión correcta le entró en la testa la grafía al autor de la noticia; es decir, pudo haber copiado la palabra lideresa, que Carmen García pronunció claramente. El título era: «Reportan el secuestro de una lideresa social junto a sus dos escoltas en el Catatumbo». Mejor aún: «Secuestrados una lideresa social y sus dos escoltas en el Catatumbo».

6.- «Dos personas capturadas y un menor de edad aprehendido en La Tebaida». Título en el periódico Nueva Crónica Quindío. Para su autor, capturar y aprehender no son sinónimos; significan situaciones distintas, lo cual es un craso error. Sí significan lo mismo: privar de su libertad a alguien. Simplificado, el título pudo ser: «Tres personas fueron capturadas en La Tebaida». ¡El niño también es persona!

7.- «Tras lograr establecer la ubicación de una lujosa vivienda donde tenían amordazado de pies y manos al ‘influencer’, las autoridades lograron entrar al lugar sin levantar sospecha y sorprender a los 5 secuestradores pertenecientes a la oficina de Envigado». Fragmento noticioso del periódico virtual Pulzo.com. A kilómetros se nota el extravío lingüístico de su autor. 1.- El verbo lograr puede evitarse cuando otro verbo en infinitivo lo sigue. 2.- La persona secuestrada era, probablemente, habitante de otra galaxia, pues para haberle amordazado los pies y las manos debía de estar «hablando» mucho por esas extremidades. Realidad: una mordaza es un «objeto que se pone en la boca para impedir hablar». 3.- Los anglicismos, como influencer, pueden traducirse: influenciador, o productor de contenidos. 4.- Los nombres de delincuentes y de sus ‘organizaciones’ llevan comillas y mayúsculas cuando las requieran. Recomposición del fragmento: «Tras establecer la ubicación de una lujosa vivienda, en donde tenían atado de pies y manos al influenciador, las autoridades entraron al lugar, sin levantar sospechas, y sorprendieron a los 5 secuestradores, que militan en la banda delictiva conocida como “Oficina de Envigado”».

8.- «Sedante equino era camuflado en baño quería llegar hasta Bogotá para hacer drogas». La absurdidad extrema es convertir una cosa en un ente racional; así lo plasmaron en este título de la página de televisión Don Tamalio, en el que se afirmaba que un sedante equino «quería llegar hasta Bogotá». Obviamente, las sustancias no razonan, no piensan, luego tampoco se desplazan ni tienen deseos, como el redactor lo sostiene. Enmienda: «Sedante equino fue escondido en baño de un bus con destino a Bogotá; lo usarían para producir alucinógenos».

9.- «Es hora de que Bucaramanga y Santander conozca la verdad del caso ‘Vitalogic’». Frase de un editorial del diario Vanguardia, antes de producirse la condena contra el exalcalde Rodolfo Hernández Suárez, involucrado en tal caso. Dos fallas en una quedaron en la expresión: 1. Santander contiene a Bucaramanga, o Bucaramanga hace parte de Santander, que es lo mismo. Es redundante, entonces, tratar de diferenciarlos y de unirlos mediante la conjunción ye (y). 2. Aunque la anterior falla es una imprecisión geopolítica, en gramática, al citarse dos sustantivos propios (Bucaramanga y Santander), se forma un plural; luego el verbo tenía que estar en plural (conozcan), no en singular, como escribieron. Corrección: «Es hora de que Santander conozca la verdad del caso Vitalogic». También: «Es hora de que Bucaramanga conozca la verdad del caso Vitalogic».

10.-Embargaron bienes del reconocido humorista ‘Carroloco’, señalado de ser testaferro del Clan del Golfo». La información del caso tuvo eco en todos los medios periodísticos de Colombia. Pero en el diario El Colombiano presentaron este título, con dos imprecisiones: 1.- No fue un embargo, sino 39 allanamientos a propiedades del grupo delictivo «Clan del Golfo», de las cuales 4 estaban a nombre de Juan Guillermo Noreña Zapata, conocido en la farándula como «Carro Loco». Un embargo es la «retención, traba o secuestro de bienes por mandamiento de juez o autoridad competente»; sucede, generalmente, cuando una persona no paga las deudas económicas contraídas con una institución crediticia. No es ese el caso del humorista. Un testaferro, en cambio, es una «persona que presta su nombre en un contrato, pretensión o negocio que en realidad es de otra persona». Luego los bienes no le pertenecen a Noreña Zapata, sino al citado grupo de delincuentes, por lo cual es acusado judicialmente, no señalado, como estilan consignarlo siempre los redactores judiciales. Corrección: «Allanaron bienes del “Clan del Golfo”; reconocido humorista ‘Carro Loco’ es acusado de servirle de testaferro».

11.- «Mientras los niveles de UCI sean tan altos, no se debe aperturar nada: Minsalud». Título en la página virtual de RCN Radio. Tanto si lo dijo literalmente el ministro de Salud, como si lo escribió mal uno de los periodistas de RCN Radio, el verbo aperturar parece que empieza a hacer ‘carrera’ entre algunos colombianos. Ese daño a nuestra lengua proviene de los descuidados redactores de noticias, que poca o ninguna atención prestan a su idioma; por ello no lo hablan ni lo escriben bien. ¡Es una pena! Ese verbo aludido es castizo, pero con limitación; de él dice el diccionario: «Aperturar: Abrir algo, especialmente una cuenta bancaria». En cambio, el verbo abrir es mucho más reconocido y legítimo para casos distintos a abrir una cuenta en un banco. El titular de RCN Radio hubiese sido más preciso así: «Mientras los niveles de UCI sean tan altos, no se debe abrir nada: Minsalud».  

12.- «Gobierno protocolarizó las protestas en el país». Título de información difundida por Colprensa y publicada en Vanguardia (Bucaramanga). Quien lo redactó inventó el verbo «protocolarizar», cuyo significado no especificó en el texto para que los lectores hubieran sabido a qué se refería. Además, las protestas no están censuradas ni prohibidas en Colombia (no todavía); por ello hubiese sido innecesario escribir protocolizar, como parece que era la intención del distraído redactor. Corrección: «Gobierno refrendó las protestas en el país».    

13.- «El juez le reiteró que no recibiría ningún beneficio por aceptar los cargos, pues esto no se dio dentro de los tiempos legales establecidos para que así se diera». De una noticia firmada por Laura Usma Cardona, corresponsal del diario El Tiempo en Manizales. Observaciones: 1.- Los adjetivos demostrativos (como esto) tienen función precisa cuando personas u objetos referidos están cerca del hablante o escribiente. En un periódico esa situación es no sólo inverosímil sino imposible; quien escribe no tiene cerca a los protagonistas de las noticias. La segunda descachada: ¡No se dio para que así se diera! Ahora algunos periodistas escriben en lenguaje «filosófico» también. ¡Vea, pues! Enmienda: «El juez reiteró que el acusado no recibiría ningún beneficio por aceptar los cargos, pues ello no sucedió dentro de los tiempos establecidos legalmente».

ESPAÑOL CORRECTO

(27 de mayo de 2004 – 27 de mayo de 2024)

¡Veinte años de enseñanza del uso correcto del idioma español!

Lo que en el principio era un pasatiempo, se convirtió en un apostolado que adquirió plena expresión de la constancia, el desprendimiento y el servicio filantrópico. Apenas 7 direcciones electrónicas dieron soporte a este emprendimiento académico, hoy alrededor de 10 000 personas reciben por correo electrónico el boletín Español Correcto, con anotaciones sobre errores del habla y la escritura en medios periodísticos, con sus correspondientes observaciones gramaticales y correcciones.

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