Por Guillermo Romero Salamanca

De pronto usted está en el hotel Hilton de Washington, prende la radio y en el 94.3 una voz retumba y parece romper los parlantes. Su acento es colombiano, con un toque caleño y al volverlo a oír acierta: es Raúl López Bastidas, una de las voces nacionales más renombradas en los Estados Unidos.

¡Qué bueno tener a un compatriota en la escala radial del mundo!

Hace 40 años Raúl López Bastidas era el locutor más popular de Santiago de Cali. Tenía 28 años de edad, era el director artístico de las 5 emisoras de RCN en la ciudad, don Efraín Arce Aragón le había hecho una propuesta para ocupar una posición a nivel nacional en la cadena.

Además, el Grupo Publicitario de Pedro Chang y Fernando Parra lo tenían como el candidato ideal para ser el presentador de un programa de televisión en una franja obtenida por ellos en la reciente licitación nacional.

Pero en ese noviembre de hace cuarenta años, todo cambió. Ahora, mientras observa la Casa Blanca en Washington y espera su programa en 94.3 de la ciudad, recuerda aquellos momentos.

En sus tiempos de estrella en Santiago de Cali.

“Todo fue como un sueño. Quería conocer los Estados Unidos, muy especialmente New York, y un día sin muchas pretensiones decidí ir a buscar la visa. Al entrar al consulado de Santiago de Cali, me encontré subiendo las escaleras con Helenita Vargas quien me preguntó por qué estaba yo ahí. Luego quiso ver la documentación que yo llevaba, y entonces sorprendida me preguntó “¿Esto es todo lo que traes para aplicar para una visa a Estados Unidos?”. Ya estábamos al final de la escalera y de pronto ella tocó a una puerta, alguien abrió e inmediatamente entró. Helenita ya tenía en sus manos mi pasaporte y la carta de recomendación firmada por el gerente de RCN Cali, lo único que yo llevaba. Me dijo que esperara en la sala. Media hora más tarde yo recibí la visa de turista impresa en mi pasaporte. Nunca supe por qué ella tenía acceso al interior del consulado ni cómo logró conseguir que me dieran una visa sin tanto requerimiento”, relata todavía asombrado.

Cumplía su sueño: conocer Nueva York, la que nombraban en las canciones de salsa. Después de recorrer sus calles y de aceptar una oferta como maestro de ceremonias de 2 famosos lugares de espectáculos de Queens, El Chibcha y Añoranzas, no lo pensó más: se quedaba en esa selva de cemento.

DE UNA IMPROVISACIÓN A LOS MICRÓFONOS DE SINTONÍA

Raúl inició su carrera radial por casualidad. “Estaba haciendo mi bachillerato y mi afición era cantar en los programas de radio. Aquel día el locutor no se presentó al programa y el gerente se paseaba desesperado por el radioteatro. Entonces vi la oportunidad de poner a prueba otro de mis talentos que era el de imitar las voces de los locutores. Le ofrecí que yo podía conducir el programa y el hombre se tomó el riesgo. Ese día quedé contratado para presentar de lunes a viernes un programa de música para la juventud”, cuenta ahora y sonríe cuando relata que, en su etapa en Nueva York, fue seleccionado en una audición frente cerca de 500 aspirantes.

De todas maneras, Raúl forma parte del grupo de los 8 locutores pioneros en WSKQ-New York, después llamada Mega.

En Colombia tuvo como guía profesional a Carlos Pinzón, pero sus dos grandes profesores fueron Gonzalo Ayala y Armando Plata Camacho.

En Nueva York tuvo otro reto: televisión. Durante varios años el programa sabatino “Hecho en Nueva York” para Telemundo.

Entrevistando a Franky Ruiz y a Tonny Vega

NEW YORK NEW YORK

Preguntarle a Raúl sobre Nueva York es emocionarse. “Era la llamada Capital del Mundo y ahí fue donde encontré la gran oportunidad para desarrollarme como talento y para crecer profesionalmente. Las puertas se abrieron y todo se confabuló para que yo fuera escuchado, aceptado y reconocido. El público de la gran ciudad me identificaba y me seguía, al tiempo que en periódicos y revistas se destacaba mi labor. ¡Fue muy hermoso!

–¿Se puede lograr el sueño americano?

–¡Claro que sí! Y se vale soñar no sólo por el americano. Yo logré el sueño caleño y te aseguro que también fue hermoso.

Durante décadas las grandes figuras de la canción fueron entrevistadas por Raúl López Bastidas. Lo buscaban sus empresarios, las casas disqueras y sobre todo, miles de oyentes.

Con Cristina Saralegui y Gloria Estefan

ENTRE LAS GRANDES FIGURAS

–Cuando lo relacionan con Nueva York, ¿qué momentos le llegan a la mente?

–Muchos. Me dieron 3 veces premio como mejor locutor, como figura radial del año, mejor programador en mercado grande, mejor programa musical “Raúl Tu Música y Algo Más”. En mis años con WSKQ, la hoy Mega de NY, produje “Dos Vidas Y Una Canción”, una mini-novela musical basada en la letra de una canción, -una idea que le presenté al genial Fulvio González Caicedo y la que él consiguió se pusiera nacionalmente por la cadena básica de Todelar con sus libretos y con el elenco de estrellas de las radionovelas. En New York lo llevé a otro nivel cuando logré que los cantantes actuarán la mini-novela de su propia canción.

Como director musical y de programación conté con locutores excepcionales de diferentes nacionalidades, entre ellos Polito Vega a quien admiraba desde mis años en Cali cuando escuchaba su voz en las grabaciones de la Fania All Stars. Tuve el respeto de la industria disquera que confió varias veces en mi opinión para decidir cuales canciones lanzar a nivel internacional y en Estados Unidos.

Recibí todo su apoyo para mi programa de “Conversaciones Íntimas Con Tu Cantante Favorito” donde nuestros oyentes concursaban para ganar una invitación al restaurante desde donde transmitíamos; ahí estuvieron, entre otros, José José, Camilo Sesto, Ángela Carrasco, Angélica María, Selena, Alejandra Guzmán, Ricky Martin, Enrique Iglesias, Paulina Rubio, El Gran Combo, Oscar de León, Los Hermanos Rosario, Eddy Herrera, Gilberto Santa Rosa y muchos nombres más que mi memoria no alcanza a registrar. Fue toda una experiencia.

LA SOPA DE ARTISTA

–¿De quién aprendió en Nueva York?

–Me impresionó la historia del maestro Fernando Botero que se refería a “la sopa de artista”. Contaba él que durante sus años iniciales en New York compartía una casa con otros artistas en Brooklyn, donde sobraba el talento, pero faltaba el dinero para comer. En aquellos tiempos lo más barato eran las alas de pollo y así con unas papitas hacían un aguadito. Ellos le llamaban “la sopa de artista”.

–Por qué determina pasar a Washington?

–Corría el año 1999, era el director de Amor 93.1 en New York, pero no me sentía cómodo con el ambiente a mi alrededor y estaba considerando una oferta para trabajar en Miami o llamar a don Jairo Tobón de La Roche quien durante un evento en Bogotá me preguntó si me interesaría conversar acerca de posibilidades para trabajar con Caracol en Colombia. Sin embargo, otra oferta de Mega Communications para dirigir sus emisoras en Washington DC me convenció.

–Cuáles son los proyectos ahora?

–Ya afincado en la capital de Estados Unidos y a medio-retiro, me encuentro ahora al frente de mi propia empresa radial, haciendo un producto simple dirigido a la comunidad inmigrante local, la mayoría mexicana y centroamericana localizadas aquí. Por otra parte, tengo los derechos para Washington DC y Filadelfia de una excelente alternativa televisiva con mucho éxito a nivel nacional y me encuentro en proceso de incorporar un canal digital local.

“QUIERO ABRAZAR AHORA A MIS VIEJOS AMIGOS”

–¿Qué añora de Santiago de Cali?

–El calorcito, la expresión alegre de su gente y poder abrazar a tantos amigos que tengo años de no ver.

–¿Volverá a ganar Donald Trump?

–Es posible. El hombre es un sagaz imprudente capaz de revertir contrariedades sin importarle arriesgar el valor de su palabra.

–¿Qué personaje de la radio admira en estos momentos?

–A Rush Limbaugh, desde 1987 el locutor de mayor sintonía en la radio hablada de los Estados Unidos ganando $84.5 millones al año y a Howard Stern, que gana $90 millones al año. Admiro la capacidad de ambos para retener audiencia y para ayudar a obtener millonarias pautas comerciales.

–¿Qué bueno ha traído la pandemia?

–A mi particularmente, descubrir que el confinamiento reafirmó que en mi casa vivimos en completa armonía familiar.

–¿Cómo vislumbra la radio en un futuro?

–Veo ahora muchos recursos aplicables. Creo que la utilización apropiada de la tecnología digital disponible la puede fortalecer. Está claro que los nuevos milenios saben muy bien cómo convertir las plataformas en algo muy rentable.

–¿Cómo se deben preparar las nuevas generaciones radiales?

–Pienso que sería bueno que estudiaran cuidadosamente cuál fue la inspiración de nuestros pioneros. Aprender de todas esas grandes figuras radiales que se forjaron de manera empírica y asumir con responsabilidad la necesidad de educarse de manera integral para que con ética, esfuerzo y dedicación puedan garantizar a las generaciones que les preceden la permanencia sólida del medio.

–¿Es importante la voz?

–Una voz bonita siempre será un aditivo importante. Sin embargo, dominar el manejo de las tonalidades conociendo el aspecto físico y fisiológico del sonido de la voz, es el arma más poderosa para llegarle a una audiencia.

–¿Con qué sueña ahora Raúl?

–Estar en una casita de campo allá en Colombia, que tenga árboles frutales y espacio para sembrar vegetales y hortalizas.

–¿Qué canción le gustaría oír, cantar y bailar en Santiago de Cali?

–Definitivamente Cali Ají del Grupo Niche. Y a propósito del Grupo Niche, en una de las ocasiones que Jairo Varela me visitó en la radio, mientras conversábamos sonó “Al Rojo Vivo” un tema que yo había programado de la Orquesta Alfa 8, entonces me preguntó que quiénes eran y luego preguntó por el cantante. Cuando le dije que era un muchacho jovencito caleño llamado Charlie Cardona me pidió su información.

–¿Ha vuelto a cantar?

–Seguro que sí. De vez en cuando me tiro al ruedo en los karaokes.

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