Por Guillermo Romero Salamanca

Yanelda Jaimes es sinónimo de trabajo, profesionalismo, perseverancia, pero, sobre todo, es símbolo de la buena radio.

Lleva 20 años levantándose a las 2 de la mañana y en el camino a RCN Radio escucha noticias, mientras mira persistentemente su celular, lee portales de docenas de medios de comunicación, revisa sus fuentes, porque quiere estar al día de los sucesos que han ocurrido las recientes horas mientras dormía.

Vive para la radio. “Tengo radios hasta debajo de la cama”, alardea para mostrar su amor por este género periodístico.

Cuando llega a la Torre Sonora con el “buenos días”, pero los guardias le contestan con un “será buenas noches”. Y la historia se repite de lunes a viernes a las 3 de la mañana.

Es sencilla al poner el toque humano a cada una de sus notas. Le duelen todas las situaciones de violencia y de guerra en el mundo. Termina de asombrarse con un hecho, cuando nace otro, parece que no terminará nunca. Ella busca, de todas formas, las palabras precisas para no llegar a un sensacionalismo. Es la precisión de la experiencia.

Tiene cientos de seguidores. En su cuenta de X tiene más de 76 mil seguidores y gracias a sus crónicas, informes, reportajes y entrevistas, se ha convertido en un referente del buen periodismo en Colombia.

Desde hace unos meses labora en Radio Red, un sistema informativo que organizó RCN Radio y que transmite principalmente por un sistema de emisoras de AM y con un cubrimiento en medios de internet, con apoyo de redes sociales.

Práctica a la hora de hablar y es un personaje preciso para una “tertulia”, como se llama uno de los programas de Radio Red.

–¿Cómo ha resultado en su vida esta nueva etapa periodística en Radio Red?

–Ha sido una nueva experiencia, pues estoy acostumbrada a la esquizofrenia de la noticia, a la inmediatez y la premura a la hora de informar. Radio Red, a cargo de Juan Manuel Ruíz, está resultando una experiencia enriquecedora y una manera diferente de informar. Tengo que reconocer que hablar despacio, articular cada palabra y calibrar mi tono, es decir más bajo y pausado, ha sido algo difícil. Yo me caracterizo por hablar fuerte, gritando y rápido.

–¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza cuando se levanta?

–Cuando me levanto, que muy temprano, a las 2 y 30 am, lo primero que pienso es darle gracias a Dios y a la Virgen por permitirme despertar, acto seguido, con el sueño y la pereza que me sigue dando la levantada a esa hora, pienso en las cuentas por pagar, las deudas, los recibos, las pensiones etc., y de inmediato ya estoy  duchándome para salir sin pereza jajajaa. Esa es la mejor terapia que siempre me hago. Porque sigue siendo muy difícil. Es pura carreta que uno se acostumbra a levantarse casi a la media noche. Lo más cómico es a veces cuando llego a RCN a las 3 am, yo saludo «buenos días» y los celadores me responden «serán buenas noches doña Yanelda…». No es fácil, pero ahí vamos como dice el amigo Jbalvin.

–¿Qué tipo de noticias quisiera que no se dieran en Colombia?

–Uy, esa pregunta es muy compleja, Guillermo para responder así tan breve. Pero creo que la radio hoy está en manos de quienes venimos haciendo radio hace muchos años. Que trascienda en el tiempo tal como está hoy, no lo sé. Pero si podemos empezar a hacer contenidos diferentes, como esta apuesta de Radio Red, con el programa que hacemos con Juan Manuel Ruiz, Kelly Kabana, el gran Vladdo, el Capi –que es inigualable– y la gran Carolina Castellanos. Radio más hablada y contada, con contenidos diferentes, que aporten y no destruyan. Para muchos, la Radio sigue siendo una compañía en casa, en la finca, en el campo, en la cocina, en el taller, en la oficina o en el baño. En mi casa tengo radios hasta debajo de la cama y a nosotros, los que llevamos haciéndola muchos años, nos toca seguir cautivando a los jóvenes para que enciendan radio, pero en sus dispositivos o en sus aplicaciones. Hay muchos temas y aprendizajes que no los van a leer jamás, porque hoy se lee menos. Entonces, mi invitación es hacer una radio con contenidos menos informativos y más formativos e incluso educativos. 

–En muchas partes ya terminaron con las estaciones de Amplitud Modulada, en Colombia se persiste en mantenerlas. ¿A qué obedece este fenómeno?

–La verdad no lo sabía hasta que comenzamos este proyecto con Radio Red, imagínate Guillermo que me están escribiendo oyentes en varias zonas apartadas y rurales y ciudades también, que dicen que escuchan el programa y tal. Pues si estas emisoras las tiene RCN RADIO y nosotros podemos generar contenidos, pues me parece magnífico.

Con el nuevo alcalde de Bogotá.

EL PERIODISMO NUNCA VA A FENECER

–Nuevos cambios y nuevos retos. ¿Hacia dónde cree que va el periodismo?

–El periodismo nunca va a fenecer. Siempre surgirán nuevas olas, nuevas tendencias, nuevas figuras, algunas trascenderán en el tiempo y otras morirán apenas en el intento.  Creo que los que aún hacemos periodismo decente y con ética, debemos fortalecer el periodismo tradicional en el que se confirma antes que informar y se hace contexto de un hecho o noticia. Yo la verdad no he podido entender cómo una persona puede quedar informada con un TikToker instagramer, como se llaman ahora, ¿que en 30 segundos te informa de la guerra en Israel por ejemplo? Eso no puede ser periodismo, hay una línea muy difusa que debemos aclararla para no hacerle más daño a la sociedad. ¿Siempre me preguntó también cómo queda una persona que se informa en 30 segundos o un minuto? Es un círculo vicioso, de quien se cree periodista de 30 segundos y de quien sólo se quiere informar en 30 segundos.

–¿Es la Inteligencia Artificial una verdadera amenaza?

–No es una amenaza, pero sí un signo de alerta. Nos toca aceptar que hasta la manera de informarse, formarse, educarse y comunicar ha cambiado. Para mí la pandemia ha sido el mejor ejemplo de que ya estamos girando en otra órbita. Creo que la pandemia fue el mejor momento para confirmar aquello que aprendimos en la universidad sobre lo que dijo el gran Marshall McLujan sobre «La aldea Global». ¿A quién le cabe duda de ese postulado cuando de un momento a otro nos vimos encerrados en una habitación de una casa informando al mundo sobre una pandemia? Eso hubiera sido imposible una década atrás.  Gracias a esa tecnología todos pudimos ver en directo las miles de muertes, sentir el dolor del mundo, etc.  Entonces creo que debemos prepararnos para aprovecharla lo mejor que se pueda, en beneficio de todos. No le tengo miedo.

–¿Cómo analiza la situación de Colombia?

–La situación de Colombia sigue siendo muy compleja. Llevo 30 años en este trajinar, como decía antes, contando muertos.  Comencé en el 91 cuando se armó la nueva Constitución de Colombia, cuando todos creíamos que íbamos a dejar la casa roja de Tirofijo, la corrupción, los carros-bomba, los ataques a poblaciones, los desplazamientos forzados, los secuestros, las masacres, los mismos políticos de siempre, los pícaros, etc y etc.  ¿Qué tenemos hoy? ¿Qué estamos informando hoy los medios? Que una masacre en Norte de Santander, que el secuestro del padre de Luis Díaz, un jugador de la selección Colombia, que asesinados jóvenes que habían sido reclutados por los ilegales e intentaban escapar, que paro armado en el Chocó. Que las Farc ya no son FARC sino disidencias, que ya no hay paramilitares, pero sí bandas criminales, que los “pelusos”, que los “Pachenca”, que la Oficina, que la Mesa”, “los Costeños”, “la Local”, “la Cordillera” y “los mexicanos” entre otros. Ante ese panorama sigo creyendo lo que sabiamente dice, reiteró nuestro escritor colombiano, Juan Gabriel Vázquez, en su libro, «Volver la vista atrás», NO SÉ POR QUÉ LA VIOLENCIA EN COLOMBIA SE RECICLA.  Esa frase encierra toda la filosofía de por qué en Colombia seguimos igual o peor que antes.

–¿Cuántos años lleva madrugando?

R: Llevó ya 20 años en estas duras jornadas.

COLOMBIA ES UN PAÍS MADRUGADOR

–¿A qué madruga Colombia?

–Colombia es un país muy madrugador.

Una anécdota: Hace muchos años, yo trabajaba en Caracol y me enviaron a Buenos Aires a cubrir las elecciones en las que quedó presidente Néstor Kirchner o su esposa Cristina, la verdad ya no me acuerdo (jajjaja) El hecho es que había sido una jornada larga y para transmitir al otro día me debía desplazar a la emisora en Buenos Aires que era filial de Caracol. Yo le dije al colega que cómo hacía para llegar a la emisora al otro día y me respondió que sí, que nos viéramos a las 9 de la mañana. Yo le abrí los ojos cuanto más grande pude y le dije que si estaba loco, que yo tenía que estar ya al aire con toda la información a las 5 de la mañana.  El colega se aterró y me dijo que allá era a otro ritmo, que jamás llegaban a informar a esa hora, que en mi país estábamos locos. Ahí respondo tu pregunta, estamos locos, Guillermo.

–¿El caso de Luz Mery Tristán, por ser famosa, tal vez, les abrió los ojos a los colombianos para hacer notar que sí hay violencia contra la mujer?

–No, ese caso lo que hizo fue develar que la violencia contra la mujer está presente en todos los estratos, en todas clases sociales. De puertas hacia adentro la violencia intrafamiliar es muy fuerte. Creo que está incrustada en la sociedad. Lo que pasa es que ahora es más visible porque las mujeres denuncian más, ya no hay tanta pena ni pudor del qué dirán. Pero creo que esta tasa tiene que tener un descenso en algún momento, porque ya son más las mujeres que se ponen los guayos y se defienden. Hay hombres que ya saben que sus mujeres también pueden ser violentas y mejor se quedan quietos. Ellas también saben poner los ojos morados. Con esto no quiero decir que ese sea el camino, sino que creo que hay más respeto entre uno y otro.

–Miles de personas se lanzan al Tapón del Darién, sin importar perder la vida, padecer hambre, ser ultrajado sexualmente, ¿Nos estamos volviendo inhumanos?

–No. Lo que pasa es que nosotros como ciudadanos o periodistas por sí solos no podemos hacer más que informar. Este es un problema que  vislumbró el Papa Francisco en su visita a Colombia en septiembre del 2017. La migración humana es el fenómeno del siglo XXI. Los estados deben ser humanitarios y estar dispuestos a su acogida y brindar ayuda.  Pero lamentablemente ya en Europa, por ejemplo, los llaman plaga, indeseables, miserables, delincuentes, etc.  Europa, con tantas guerras de sus vecinos, lo de Ucrania, ahora Medio Oriente y los que siempre vienen de África y otros países árabes, pues está a punto de reventar. Europa está cargada, es una bomba de tiempo. Alguien debe hacer algo.  Lo del tapón del Darién, y los miles de venezolanos que buscaron refugio en Colombia, dan cuenta que esto no es un problema de pocos, sino de todos los gobiernos.

–Yanelda ha contado decenas de historias muy humanas sobre lo que ocurre en nuestro país. ¿Cuál de todas esas notas le ha impresionado más?

–Nunca deja uno de asombrarse e impresionarse por los diarios sucesos que pasan en Colombia y el mundo. Cuando uno como periodista pierde esa sensibilidad, está jodido, como decimos en el argot de los medios, apague y vámonos. En estos momentos me tiene compungida todo lo que está pasando en Israel y Palestina. Ver esas fotos de los jóvenes israelíes bailando, llenos de vida, siendo esperados por sus padres y después aparecer descuartizados, me conmueve mucho. Pero también ir al otro lado de la frontera y ver cómo en Gaza, no todos son terroristas, Ya se ha informado ampliamente que no toda Palestina es Hamás. Ver tantos niños muertos, padres bañados en lágrimas, besando sus rostros inertes y ensangrentados. Mujeres, humildes y envejecidas por tanto dolor que por años llevan consigo, es muy duro. De parte y parte hay rudeza en el conflicto, y nadie lo para. Eso me tiene orando todos los días al Creador y a la Virgen para que ayude a esas personas, no más dolor. 

–¿Qué deberíamos hacer los colombianos para ser más humanos y pensar un poco en los demás?

–Esa pregunta es muy subjetiva y personal. Creo que cada quien debe examinarse y hacer su análisis propio si es egoísta, si puede dar algo de lo que le sobra o simplemente de lo que tiene para ayudar a su prójimo. ¿A si y muchos preguntar y quién es tu prójimo? Según la Biblia, tu prójimo es tu «próximo», quien esté más cerca de ti y quizá tiene hambre mientras tú comes a manteles y lo ignoras. Un familiar, un vecino, el señor o la señora que te ayudan en casa que por vergüenza no te dice que eso que te sobra a ella le hace falta. Aprendamos a leer las necesidades que hay en los otros, no esperemos a que nos pidan, porque quizá no lo van a hacer, dales ante que te pidan, pero no te aproveches después de ellos. Creo que así, poco a poco, podemos ir aportando para tener un mejor mundo para nuestros hijos y nietos que ya vienen en camino. jajaja.

–¿Cuál debe ser el compromiso del periodismo en estas realidades?

–El periodismo colombiano se ha caracterizado en toda la región de esta parte del continente como unión de los más serios, rigurosos y responsables. Eso no lo podemos perder, tenemos todo para seguir adelante pese a las amenazas y la incertidumbre que hay en Colombia.

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